Fray Rodín y los indios. ¿O los indígenas?
De entrada, a los indigenistas les debe parecer discriminatoria ésta definición, por cuanto consideran que los pocos desarrollados no son los indígenas, si no nosotros,los mayoritarios,oriundos de éste país, que no compartimos la civilización que consideramos poco desarrollada como la caucana.Yo no comparto muchas formas tradicionales de sus relaciones familiares, de su gobierno ni de sus leyes, de aplicar la justicia ni de sus penas, de iluminaciones extrasensoriales, de cierta malicia para aceptar lo que les conviene y echar travesía para llegar a puerto seguro. Las respeto,pero no las comparto.A mis hijos no los levantaría bajo sus normas. Sin necesidad de largas elucubraciones históricas ni sociológicas,no van con la manera como veo la historia , la cultura, la civilización, visión a la que , desde luego ,como colombiano,tengo derecho,sin que me vapuleen, ni me digan godo,uribista,ni paramilitar. Al menos eso espero.Pags 816 y 817. Indio:…3 Se dice del indígena de América,o sea de las Indias Occidentales,a quien hoy se considera como descendiente de aquel sin mezcla de otra raza.Desde luego que de éstos indios,no soy yo. Yo soy,por mi origen, indígena,descendiente de indígena, pero mezcladito con blanco, o sea mestizo , de cabello quieto y crespo en mi juventud,bailarín de mapalé y de currulao con algún éxito,lo que me hace sospechar de cierta ascendencia afrocubana. De los Restrepos negros.Si superaron este galimatías,pueden proseguir a renglón seguido
Mi relación con los indios, o sea con los puros, ha sido ocasional. En Anserma, mi pueblo natal,llegaban cada ocho o quince diías algunas pequeñas familias con sus bártulos elementales, descalzos sus integrantes, de mirada tímida y hacia el piso, a ofrecer en la plaza de mercado algunos artículos artesanales o frutos de su tierra, San Antonio del Chamí.Embera Chamí es su comunidad. Sobre el empedrado colocaban tres o cuatro cayanas,especie como de bateas de barro,sobre las que se asaba la carne ,que adquiría un delicioso sabor.No faltaban los chontaduros ni los chochos,frutillas de color rojo que servían para hacer pulseras o infusiones que curaban enfermedades renales.Ni la harina de meme, exquisita al paladar,eleborada con maíz cocido y cuyo aroma y gusto se atribuía a que era ablandado por los acompasados movimientos de las posaderas de las indias sobre la mazamorra. Permanecían casi sin moverse durante las ocho horas y desaparecían hacia el atardecer,imperceptibles como habían llegado. Y se les decía «memes».Los memes del Chamí. Se les miraba con indiferencia porque apenas balbuceaban algunas palabras en español. Las suficientes para entenderse con el boticario, el cura, el tendero o el policía, que los recriminaba por hacer sus necesidades fisiológicas a la vista de todo el mundo.Nunca ocasionaron problemas y gozaban de la fama de ser humildes y pacientes. Algunas familias pudientes lograron que adolescentes se quedaran con ellas a su servicio y ,aunque duritas de entendederas,resultaban guapas para los menesteres caseros. Cuando me picó el bicho de la política con Gustavo Orozco Londoño y Alcibíades Díaz Aristizábal ,sagaces jefes conservadores ya fallecidos,halagábamos a los indios del occidente de Caldas en busca de sus votos,que en gran parte habían sido conquistados por el ilustre jurista Julio César Uribe Acosta .Las gobernaciones indígenas de San Lorezo,Sipirra y Quiebralomo , en Riosucio, fueron víctimas de nuestros promeseros discursos. Y con algunos de sus seducidos dirigentes, apuramos totumadas de guarapo, cuando estaban cerca los comicios electorales. Nuestros indios votaban por quienes los festejaban la noche anterior.Sobra decir que mis escasos argumentos proselitistas se manifestaron en las urnas.Cero huevitos, como dría el expresidente Uribe.
A estas horas, llegué tarde al tema de los graves hechos sucedidos en el Cauca. Todo se ha dicho y se ha escrito. Como opinador, estoy amarrado y condenado a los refritos.Pero intentemos decir un par de cosas de nuestro propio caletre.Primero,una obviedad. Es demasiado complejo lo del Cauca,para pensar que se pueden obtener resultados inmediatos.Cuando el coctel de injusticias sociales,narcotráfico,guerrilla,paramilitares, excesos de la fuerza pública,violencia indígena, se agita, el resultado es una borrachera general. En la que los actores no saben para donde coger. Por desfortuna , en el Cauca se está al borde de unos enfrentamientos abiertos del Ejército y de la guerrilla. Es decir,una guerra declarada, en la que desde luego, la víctima inocente es la población civil. Todo parece indicar que hacia allá vamos. Porque si el Estado cede un ápice en su presencia soberana en esas tierras, tengan la seguridad de que las guerrillas y los paramilitares, solos o en nefasta alianza, van a llenar el vacío que se presente. Aqui no valdrán conciliadores de primera o segunda clase o paños de agua tibia, como escuelitas o puestos de salud.. Sin ser apocalípticos, podemos predecir una intensidad en el conflicto con devastadoras consecuencias. Nó es con los indígenas la pelea. Los indígenas tienen que ser realistas y nó insistir en apagar el incendio con bastones ,zurriagos o machetes. Lo que deben buscar, es que el derecho humanitario sea respetado por los contrincantes armados. Que el ejército legal se abstenga de exponer, con sus cuarteles en perímetros urbanos,a los civiles. Que las guerrillas, los paramilitares,los subversivos se abstengan de usar armas letales,prohibidas por las convenciones internacionales.¿ Utópico ? . Cada quien busque sus respuestas.Y prepararse para la intensidad de la guerra. En la que necesariamente, habrá vencedores y vencidos. La soberbia es pésima consejera. El Estado puede prevenir las consecuencias. No creo que sea tarde para que la ONU intervenga de manera efectiva en evitar la confrontación, los ríos desmadrados de sangre hermana. Si es del caso, que envíen los cascos azules al Cauca.Ese cuento de que este es el fin del fin y de que las Farc,los paramilitares, los narcotraficantes están en desbandada no obedece a la realidad. Son buenos deseos de hadas madrinas. Ojalá que nos equivoquemos en el diagnóstico. Que la bandera blanca de la paz ondee en las asoladas tierras caucanas. Pero que si nuestros vaticinios se concretan, que Dios nos tenga de su mano.