20 de enero de 2025

El Emisor debe bajar ya las tasas de interés

6 de julio de 2012

Así las cosas, el séptimo mes del año arranca con una clara intención de los gobiernos de reactivar la economía global, afectada por una desaceleración o recalentamiento en los llamados Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y una dura recesión en los comunitarios de la Unión Europea. La Reserva Federal de Estados Unidos anunció hace varios meses que mantendrá la tasa de interés entre 0% y 0,25%, al menos hasta finales de 2014, para que el crecimiento económico consolide su expansión moderada con el objetivo macroeconómico de mejorar  las condiciones del mercado laboral. A pesar de esta clara política de `dinero barato`, las tensiones en los mercados globales,  originados en Europa, permanecen como un riesgo alto para la perspectiva de la economía mundial.

El pasado 29 de junio, la junta directiva del Banco de la República ratificó en 5,25% la tasa de interés para los bancos colombianos, manteniendo los tipos inalterados dado que la economía creció menos de lo esperado durante el primer semestre. El gran temor latente del Emisor tiene que ver con el crecimiento anual de la cartera, que a pesar de que continúa desacelerándose y que el crédito a los hogares se ha moderado, aún permanece alto, especialmente el de consumo. Pero es una realidad que los técnicos del Banco Central colombiano deben rehacer sus análisis, pues las decisiones de China, Europa y Estados Unidos los obliga a bajar las tasas en menos de seis semanas.

Hay señales preocupantes de que la economía entre en un lapso marcado por algo más que desaceleración, a la luz de los indicadores, y es preciso en este momento que el Banco de la República actúe en consonancia de los hechos elocuentes que se dan en el concierto internacional. La economía no puede estar inmóvil en medio de un contexto de dinero barato por el tradicional miedo nacional a la inflación. Los nuevos tratados comerciales solo se pueden aprovechar si los empresarios tienen recursos baratos para emprender proyectos que generen empleo.

La República/Editorial