28 de marzo de 2024

TLC en el Quindío: tramposos; limosneros y cacos

17 de mayo de 2012
17 de mayo de 2012

La esencia de nuestra clase dirigente se caracteriza en su mayoría de actos por la pérdida de la decencia. Quienes se atreven a pensar diferente, o se cansan, o el sistema mismo se encarga de excluirlos y sacarlos del camino. Los pocos que hablan y dicen las cosas, son en ocasiones amenazados e intimidados. Muchos de los que opinan, se cansan de recibir palmaditas en la espalda con una expresión que sabe a cacho: “dígalo usted que tiene medio, pero si dice que yo dije, lo desmiento públicamente”. Es una actitud cómplice, un silencio basado en la falta de valor civil, por eso es que han gobernado quienes han gobernado.

Si en el departamento del Quindío durante los últimos 20 años hubiéramos sido coherentes con nuestras acciones y la clase dirigente más consecuente con los buenos actos, seguramente podríamos estar hablando de una gran oportunidad para la región con el TLC. Hemos “botado mucha corriente” con foros, sesiones de trabajo, mesas sectoriales y un mundo de cosas que no se han podido materializar por cuenta de los odios, las envidias, los rencores y la baja capacidad que tenemos de trabajar en equipo.

No se ha invertido en lo prioritario porque los intereses de unos pocos ha sido enriquecerse por cuenta del erario. La educación, la investigación, la ciencia y la tecnología no son prioridad, porque los dueños del poder se dejan llevar por otros deseos, marcados casi siempre por la avaricia. El conocimiento científico no se aplica en los actos públicos porque la academia es convidada de piedra o en otros casos, no actúa con autonomía e independencia, no genera crítica, no plantea soluciones, porque está inmersa en ese mismo sistema.

La ausencia de liderazgo nos lleva a ser incapaces de trabajar en equipo o tener gobernantes que llegan al poder a dirigir solo con los suyos y tomar revancha contra quienes “no estaban conmigo”. No tener peso como región ha permitido que el proyecto de zona franca se replique en Pereira habiendo dado el primer paso nosotros, o que iniciativas como Cenexpo tengan entierro de tercera mientras que en Pereira se fortalece su centro de ferias.

El aeropuerto no recibe carácter regional porque no hay quien lidere la causa nuestra y ahora los vecinos están detrás de las concesión que quiere manejar el Ferrocarril de Occidente, porque tienen claro el panorama y seguro se lo llevan para allá, habiendo nosotros inaugurado como tres veces el tren de carga en La Tebaida.

No hemos sido capaces de extender la doble calzada hasta La Paila, ni materializar las obras complementarias de la autopista del Café. En fin, lo que falta es espacio para enunciar más cosas que demuestran que algo falla entre nosotros. Tenemos el potencial, tenemos ventajas, pero nos falta decisión, liderazgo, carácter, pensamiento, y ganas de hacer las cosas bien. El reto está para las autoridades actuales, que deben demostrar con hechos que la corrupción es cosa del pasado y que esta tierra no será más cuna de tramposos, limosneros y cacos. Crónica del Quindío.