La pintura de Pablo Chaves
¿Qué tiene de importante esta exposición que permanecerá abierta al público hasta el 8 de mayo? Primero que todo, la calidad del trabajo pictórico. Los cuadros que allí se exhiben, – oleo sobre lienzo, acuarela y acrílico – muestran a un artista que ha alcanzado una gran madurez conceptual, porque plasma en cada pincelada su emoción ante el paisaje. El manejo del color, la luminosidad de sus cuadros, el colorido con que llena los espacios, hacen de Pablo Chaves un artista que pinta realidades.
¿Cuáles son esas realidades que pinta en sus cuadros Pablo Chaves? Primero que todo, la cotidianidad. El pintor refleja en su arte el mundo que sus ojos ven. En sus acuarelas, por ejemplo, sobresalen paisajes donde el agua y la guadua se complementan para mostrar el encanto de la naturaleza. Hay luz en esas pinceladas que enseñan el lecho de una quebrada, vida en esos sauces que llenan el entorno, expresividad en esas piedras que dificultan el paso del agua. Como hay autenticidad en esos rostros campesinos que cuidan el secado del café, plasticidad en esas casas de esterilla y bahareque que le dan identidad al campo, costumbrismo en esos bueyes que transportan las canecas de la leche, belleza en esos caballos que transitan los caminos veredales.
Siempre se ha dicho que el artista plasma en sus lienzos la realidad que le toca vivir. Lo que hace Pablo Chaves con su pintura es mostrar esa naturaleza que lo rodea, como diciéndole al espectador que él siente en su alma el sonido del viento cuando mece los árboles. Al mostrar una quebrada reseca el artista está enviando un mensaje para defender el medio ambiente. Y al pintar esos árboles que rodean las viviendas campesinas está expresando su preocupación por la forma cómo el hombre tala los bosques, sin dejar árbol en pie, causando sequia. Los paisajes que Pablo Chaves pinta producen asombro en el espectador. Y el hecho de que al observar un cuadro el público manifieste asombro habla muy bien de esa capacidad que tiene el artista para darle alma al paisaje.
En Caldas, el artista Jesús Franco Ospina ha hecho carrera como acuarelista. Es, en esta técnica, el pintor más reconocido. Pero después de observar las acuarelas de Pablo Chaves uno se convence de que existen otros nombres en la plástica caldense que trabajan esta técnica con una calidad sorprendente. Los cuadros exhibidos en la biblioteca de la Universidad Autónoma muestran a un artista con sensibilidad por el paisaje, que toma los elementos de la naturaleza para interpretar su sentido de la belleza. Ese hilo de agua que parece chocar contra las piedras es, en la obra pictórica de Pablo Chaves, una expresión poética lograda con la magia de la paleta.
Hay una arista en el trabajo de este pintor manizaleño que llama la atención: la del retratista. Los personajes que el pintor lleva a sus lienzos son seres anónimos que muestran en su rostro, como marcado por la tragedia, su angustia existencial. Al observar el cuadro donde una humilde campesina pone a secar granos de café en la puerta de su vivienda el espectador descubre que hay en la expresión de su rostro un rictus de esperanza. En esa mirada llena de ternura se refleja la cotidianidad de una mujer que ve en esos granos que seca al sol una posibilidad de redención económica. Lo mismo ocurre cuando se observan la expresión del rostro de un hombre que arrea una vaca por un camino solitario.
Pablo Chaves tiene ya una larga trayectoria artística. Ha expuesto sus cuadros, con éxito, en salas de Medellín, Manizales, Bogotá y Pereira. Y los comentarios que ha despertado su manejo del color y, sobre todo, sus retratos al óleo, donde los personajes quedan tan vívidos que parecen hablar, lo muestran como un pintor que cada día explora en nuevos conceptos estéticos, dándole a su arte permanencia en el tiempo. Una serie, pájaros sobre ramas, despierta emoción en quien admira esos barranquillos que, posados sobre el tronco de un árbol, muestran una naturaleza espléndida. Hay que ver esta exposición. Admirándola, los sentidos se llenan de ese verde que se riega por las montañas como un canto emocionado a la naturaleza.