Se enreda presidencia de Zuluaga
En estas condiciones la candidatura de Zuluaga tendrá que transitar un sendero demasiado tortuoso, caracterizado por una aguda confrontación. Leamos lo que dice hoy Off the Record, del Nuevo Siglo:
Todo a tierra
La lluvia de críticas que el expresidente Álvaro Uribe lanzó la última semana contra el mandatario Juan Manuel Santos echó por tierra la gestión que venían realizando en forma callada y discreta algunos amigos cercanos de ambos dirigentes para lograr una distensión. Sin embargo, para algunos de los conciliadores tras el tono duro de los señalamientos de Uribe contra el Jefe de Estado, ya no hay posibilidad de bajar el nivel crítico de esas relaciones, que incluso varios de ellos ya catalogan como rompimiento definitivo y que, aseguran, tendrá repercusiones políticas en el corto y mediano plazos.
Golpe a campaña
Este nuevo pico de las críticas de Uribe contra Santos se presentó en el peor de los momentos, pues era claro que varios de los nombres que vienen sonando para suceder a Juan Lozano en la presidencia de La U estaban presentando como plataforma programática para el cargo, que tenían el suficiente margen de acción para lograr en el corto plazo una distensión entre las alas uribistas y santistas de la colectividad, algo que, obviamente, hoy se ve muy complicado, prácticamente imposible. Así las cosas, a varios de los candidatos a la jefatura única o colegiada de La U les tocará cambiar de discurso.
El poder es para poder
Muy pronto empezaremos a ver caras pensilvanenses en el Sena, cuyo director, Luis Alfonso Hoyos Aristizábal, nació en esos riscos. Hay que aplaudirle a Hoyos el interés que ha puesto por solucionar los problemas de empleo a sus coterráneos cada vez que ocupa un cargo importante. Cuando se desempeñó como director nacional de Acción Social, en esa entidad no cabía un pensilvanense más. Para su desconcierto, toda la maquinaria que montó se la están “bajando” pieza por pieza con la ayuda eficaz y diligente de otro caldense, Jorge Iván Osorio, secretario general de Acción Social, a quien acusan de estar perpetrando una “masacre laboral”. Pero, bueno, Hoyos es un mago y seguramente que absorberá los “echados” de Acción Social. El poder es para poder.
Tadeo en Aranzazu
Vimos el pasado fin de semana en Aranzazu al ex director nacional de Caprecom, Carlos Tadeo Giraldo. Resulta que cuando Tadeo se desempeñó en esa posición, el alcalde de Aranzazu, Gabriel Zuluaga Montes, era su secretario general. Como Tadeo salió del cargo recién inaugurado el gobierno de Santos, y quedó prácticamente en el asfalto, Zuluaga, cuando asumió funciones, le ofreció que si quería acompañarlo como asesor jurídico. Giraldo, abogado de profesión, quien sabe que es mejor pájaro en mano que ciento volando, le aceptó irrevocablemente. Semanalmente viaja una vez a la recordada tierra azoriniana de César Montoya Ocampo para prestar los servicios de asesoría a la alcaldía municipal. La vida, Carlos Tadeo, es como la rueda chicago: unas veces estamos arrita, y otras, abajo.
No cumple los horarios
El notario público de Aranzazu tuvo que pasar hace poco tiempo por una situación embarazosa que todavía lo tiene en un estado de indigestión. Juvenal Valencia, un alto ex funcionario de la Corporación Nacional de Turismo, radicado hoy en ese municipio, su patria chica, se acercó a su despacho para solicitarle un servicio. Pese a que eran las 9 de la mañana, el funcionario todavía no había llegado. Regresó después de las dos de la tarde y le planteó la solicitud, pero el notario le advirtió que el trámite no surtía para esa tarde debido a que tenía que viajar a Manizales antes que cerraran la vía. Tras recordarle que su obligación era atender hasta las seis de la tarde, Valencia le notificó que si se ausentaba en el horario de servicio al público lo denunciaba ante la Procuraduría General de la Nación y la Superintendencia Nacional de Notariado y Registro. Al funcionario no le quedó más alternativa que prestarle el servicio a don Juvenil y quedarse durmiendo en Aranzazu. Necesitamos personas que no tragan entero como Juvenal.