Policía pide perdón por asesinato de niña en una estación en Bogotá
El general Edgar Orlando Vale Mosquera, Inspector General de la Policía Nacional, fue el encargado de pedirle perdón a la familia de la menor de nueve años que fue violada y asesinada en las instalaciones de la policía.
Este acto, que contó con la presencia de varios uniformados y familiares de la víctima, se realizó en cumplimiento a una orden del Consejo de Estado que falló una demanda interpuesta contra la Nación por el padre de la víctima, el agente Pedro Gustavo Vásquez, inicialmente acusado de lo ocurrido y posteriormente declarado inocente.
El Tribunal le ordenó a la Policía publicar el pedido de perdón en las estaciones de todo el país y fijó un plazo de 45 días para que le sea notificado a los magistrados el cumplimento de la sentencia.
«Es inadmisible que al interior de las instalaciones de la Policía Nacional se hubiesen cometido semejantes actos delictivos de las dimensiones como el aquí estudiado, donde un miembro de las Fuerzas Armadas desconoció flagrantemente los derechos a la vida e integridad personal de una menor de edad, en hechos que pueden catalogarse como de vergüenza nacional», dijo el Tribunal.
El Alto Tribunal también ordenó que el papá de la niña sea indemnizado con 100 salarios mínimos mensuales.
Vergüenza en la Policía por este crimen
Sandra Catalina fue violada y asesinada el 28 de febrero de 1993 en la Estación Tercera de la Policía Metropolitana de Bogotá. Ese día la menor de 9 años, llegó hasta el sitio en compañía de su madre Sandra Yaneth Guzmán, quien buscaba al padre de la niña el agente Pedro Gustavo Vásquez González.
Según el informe oficial, la pequeña murió ahorcada con un laso, pero antes fue abusada. Su padre, acusado y detenido, demostró su inocencia. En el caso intervino el FBI con pruebas de ADN que para la época no existían en Colombia. En Estados Unidos se determinó que el culpable era el agente de la Policía Diego Fernando Valencia Blandón, quien una vez capturado, confesó y fue condenado a 45 años de cárcel, pero solo estuvo detenido 10 años.
El crimen de Sandra Catalina causó repudio en la comunidad y en la institución que realizó en esa época una reestructuración en el mando y disciplina.