16 de enero de 2025

Unos manojitos de afectos

4 de marzo de 2012
4 de marzo de 2012

En el pasodoble de Guillermo González Ospina. En el bambuco Caminos de Caldas de Luis Carlos González. En el carbonizado fuselaje de uno de los dos aviones que chocaron en la pista del aeropuerto Las Playas aquel 24 de junio de 1934 cuando nació el mito gardeliano. En los tableros aeroportuarios que anuncian las llegadas y las salidas de los vuelos desde y hacia  la colina iluminada a  la que le  cantó magistralmente el irrepetible Silvio Villegas.

Nos fascina encontrar en la historia publicitaria colombiana las muy  vendedoras frases de Don Arturo Arango Uribe, el papá de Sancho, que llegaron para quedarse en la memoria de los colombianos. La pléyade caldense que tuvo papel protagónico en el crecimiento y desarrollo de la prestigiosa radio colombiana.

Nos agrada  escuchar dictando cátedra en la radio paisa al melómano Alberto Burgos Herrera, un médico egresado de la Universidad de Caldas que es “enfermo”  por la música popular. Unos jóvenes militantes de Fidelidad Blanca que acuden a los estadios del Valle de Aburrá, luciendo sus camisetas del color de las nieves del Ruíz, cuando el Once Caldas (flamante campeón de la Copa Libertadores) enfrenta a domicilio a los clubes antioqueños. El redondel de la Plaza de Toros La Macarena provisto de vallas anunciando la llegada al mercado paisa de la crema Cheers, de la Licorera de Caldas, ante el no rotundo que le ha dado el gobierno de Sergio Fajardo a la fiesta brava. Ver en los puestos de periódicos del céntrico Parque de San Antonio que distribuyen LA PATRIA.

En la sección Hace 100, 50 o 25 años, de El Tiempo, nos gusta encontrar los orígenes manizaleños del fundador del diario bogotano, Alfonso Villegas. Los dos devastadores incendios que se tragaron media ciudad. La última audiencia del caudillo Jorge Eliécer Gaitán, aquel aciago 9 de abril de 1948, horas antes de su asesinato, en la que logró la libertad para su defendido, el militar autor de la muerte de Don Eudoro Galarza Ossa, el director del diario “La Voz de Caldas”. La exaltación del entonces arzobispo de Manizales, monseñor Luis Concha Córdoba, al cardenalato. La irrupción de “Los Leopardos” en la política nacional, el talentoso equipo en el que jugó papel clave el maestro Silvio Villegas. La aparición en la escena parlamentaria de dos inteligencias superiores: Gilberto Alzate Avendaño, “El Mariscal”, y Fernando Londoño y Londoño, ”Pico de oro”. Las vidas y obras de Aquilino Villegas y Otto Morales. La elección y coronación de Luz Marina Zuluaga como Miss Universo, en  Long Beach, California, Estados Unidos, en 1958. La creación de la Feria Anual de Manizales que se inventó en Sevilla, España, el odontólogo Oscar Hoyos Botero. Nos entusiasma hallar en la historia de la caficultura a la gran cuarteta  manizaleña que hizo grande a la “industria madre”: Manuel Mejía, Arturo Gomez, Leonidas Londoño y Pedro Uribe.

Nos encanta rememorar aquellos tiempos en los que hicimos la primaria y la secundaria radial en Transmisora Caldas, la de don Ignacio y Eucario; La Voz del Ruíz, la de don Gilberto y Willy Vargas, y la Radio Manizales, la de Luis Fernando y Valerio Hoyos,  y transitar a pie por la calle “Manizales”, con un kilómetro largo de recorrido, que hace parte de “Prado-centro”, barrio que fue en el pasado algo así como El Poblado de entonces, en cuyas mansiones vivían los más ricos de Medellín. En la esquina en la que nace la arteria funciona un granero que lleva el nombre, en vistoso aviso comercial. de la ciudad de nuestras entretelas.

La apostilla: Nos encanta ver el nombre de Manizales en nuestra cédula de ciudadanía, al precisar el lugar y fecha de expedición, y en las partidas bautismales de nuestras hijas Tatiana, la mamá de Tomás, y Pamela, la mamá de Sebastián y Sofía,  nacidas en la ciudad del corazón abierto y generoso. A su hermano Orlando Júnior le tocó nacer en Bogotá, la ciudad de todos.