Se levantó bloqueo en Corabastos
La próxima semana comenzarán los comités para acordar medidas urgentes y así proponer soluciones para enfrentar la crisis por la que atraviesa la central de abastos más grande del país.
La Superintendencia de Sociedades intervendrá para investigar las denuncias de corrupción. Así mismo, se creará una unidad investigativa para hacer un seguimiento al tema de la inseguridad.
Los comerciantes de Corabastos insistieron en los graves problemas de corrupción que se presentan en la plaza y se centraron en tres denuncias puntuales relacionadas con la seguridad, servicios públicos y contratación.
Piden el aplazamiento de la asamblea general, que se realizará, el próximo 30 de marzo, en donde se elegirá a la nueva junta directiva.
Quienes estuvieron detrás de las protestas insisten en los graves problemas de seguridad que hay en Corabastos. Dicen que no todos los camiones que llegan a la central traen alimentos. Según las denuncias, muchos esconden entre las frutas y verduras, armamento, drogas, licor y todo tipo de contrabando. Aseguran que lo preocupante es que sucede hace cerca de diez años y, a pesar de los múltiples operativos, no caen las células que están detrás de este tipo de actividades.
En mayo del año pasado la Corporación Nuevo Arco Iris reveló una investigación que indica que “la actividad delincuencial no se reduce a las instalaciones de la central, por donde a diario transitan cerca de 200 mil personas y llegan 350.000 toneladas de alimentos al mes, sino que tiene impacto en barrios aledaños como El Amparo, Marantá, San Carlos y Patio Bonito, que registran los mayores índices de hurto y delitos en la localidad de Kennedy. También hay prostíbulos, habitantes de la calle, menores explotados sexual y laboralmente, así como recicladores que están asociados con el expendio de estupefacientes”.
El estudio revela que en Corabastos, donde diariamente se mueven cerca de US$3 millones, el primer poder lo ejercen estructuras criminales que determinan todos los movimientos de ingreso y distribución del tráfico ilegal. Según algunos vendedores, aunque entre 2006 y 2009 se notó una mejoría en la seguridad, la situación se ha recrudecido cuando empezaron a operar en la central cerca de 17 estructuras delincuenciales. Las más identificadas son ‘Los Polochos’, ‘Los Primos’ y algunos que se hacen llamar autodefensas Bloque Capital.