Paisaje cultural ¿cafetero?
El interrogante que se plantea tiene que ver con hechos preocupantes como que el Eje Cafetero ha perdido el primer lugar en la producción de café del país, Caldas es el cuarto departamento, Risaralda el noveno, y Quindío no aparece en el ranking. Departamentos como Huila, Cauca y Nariño, tienen lugares preponderantes en la producción nacional, al punto que ya se habla de un nuevo “Eje Cafetero del Sur”, y la producción nacional se disminuye en ocho millones de sacos. A múltiples factores se le podría atribuir la actual crisis, una de ellas el rompimiento del pacto internacional de cuotas a principios de los noventa, donde se propagaron las ideas neoliberales con sustento en el Consenso de Washington y donde los precios del café se dejaron a la fluctuación del mercado y la especulación. El mínimo movimiento del precio del café en Wall Street terminó reflejándose en la vereda más lejana de los municipios cafeteros de Colombia.
Sin ir tan lejos el fin de semana pasado fue titular de prensa la caída abrupta en el precio del café, que en enero se pagaba a 861 mil 125 pesos la carga en Chinchiná y Manizales y el fin de semana pasado se pagó a 686 mil pesos; el precio más bajo en un periodo de dos años, consecuencia del bajón de la cotización de la libra de café en la Bolsa de New York a 1,76 centavos de dólar la libra. Una de las peores crisis se advierte en el sector cafetero, el cual se presenta en medio de la ausencia de políticas públicas de respaldo al sector, agobiado por las plagas, el invierno, el agotamiento de la capa vegetal, el encarecimiento de los insumos, las deudas, la reevaluación, entre otras.
Y como para rematar, en medio de la crisis cafetera, anuncia la Contraloría General de la República, y denuncia el senador Robledo, un multimillonario detrimento patrimonial, al Fondo Nacional del Café, que asciende a los 60 mil 297 millones de pesos por manejos indebidos de la Federación Nacional de Cafeteros, hechos que vuelven inexplicable la propuesta, del gobierno del presidente Santos, que propone elevar la contribución cafetera, destinada a dicho fondo, de 6 centavos a 9 centavos de dólar la libra, para que sigan despilfarrando los impuestos de los cafeteros.
Si el gobierno nacional no desarrolla una política de respaldo al sector, la suerte será la misma que corrió la institucionalidad cafetera, que hoy registra como hechos del pasado, que hubo una vez un Banco, una Flota Mercante y muchas instituciones más. No queremos que lo único presentable sean los reinados del café de las fiestas y ferias, la imagen de Juan Valdez y su mula, la Fábrica de Café Liofilizado y un bello paisaje cultural cafetero, mientras miles de campesinos y jornaleros, son expulsados de los cafetales por la crisis y se desplazan a engrosar los cinturones de miseria de las ciudades.
*Abogado-Asesor Jurídico
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