Canto al agua
En Bogotá, el rito está programado en lugares escogidos, como las quebradas La Vieja y Las Delicias, los parque El Virrey y Simón Bolívar y el Jardín Botánico. En el resto del país, la ceremonia tiene énfasis en ciudades como Pasto, Pereira y Barranquilla. El hombre depredador de esta época extingue en forma progresiva las fuentes tutelares del agua mediante la tala de árboles y bosques, la deforestación de las cuencas, la contaminación de los ríos.
Al paso que llevamos, el planeta está condenado a morir de sed y de hambre. Factores críticos como el deshielo de los glaciares, el crecimiento de la población, el calentamiento global, con secuelas cada vez más dramáticas como las inundaciones y las sequías, representan el mayor reto del futuro.
Hay, sin embargo, hechos aislados que contradicen la conducta general de la época. Resulta oportuno que esta columna destaque un caso ejemplar que en forma silenciosa se cumple en Villa de Leiva y se convierte en motivo edificante para celebrar el día del agua. Se trata del empeño puesto por los propietarios de unos predios rurales situados a pocos minutos de la población (en el sector de El Roble), para proteger la microcuenca del río Chaina y de paso beneficiarse con el consumo de agua potable y otras ventajas para sus predios.
Ante la inoperancia de la Cooperativa Camilo Daza, que dirigía el desarrollo de dichos lotes, sus dueños decidieron constituir una nueva entidad en diciembre de 2001, y escogieron como presidente al economista Humberto Escobar Molano, uno de los 300 propietarios, quien desde entonces se convirtió en líder inmejorable de ese propósito comunitario.
Obtenida la autorización legal de la nueva empresa (Asociación de Suscriptores del Río Chaina), se le imprimió la infraestructura necesaria para impulsar su desarrollo. Otorgada por Corpiboyacá la concesión de agua, se entró a cambiar las redes obsoletas y a construir un nuevo acueducto, lo mismo que un tanque de captación y distribución y una planta de tratamiento de agua potable. Y se contrataron un fontanero y un guardabosques como personas claves para ejecutar sus respectivas tareas.
Especial mención merece la labor realizada por el presidente, con la asesoría de una idónea junta administradora, respecto al programa de reforestación de la microcuenca del río, misión que ha llevado al arrendamiento y compra de terrenos para aislar cañadas y nacimientos de agua, controlar la contaminación animal y, en suma, preservar y enriquecer la ecología. Además, se creó una asociación de cinco acueductos rurales que defienden los intereses comunales y favorecen la conservación ecológica.
Todo esto se ha hecho posible sobre la base de una gran voluntad colectiva y de un recto, desinteresado y laborioso liderazgo individual, el del presidente Humberto Escobar, que no ha ahorrado esfuerzo para plasmar estos resultados en beneficios evidentes para un conjunto residencial, en pleno contacto con la naturaleza, que cada día se embellece más. En este recinto fue construida una sede campestre de la Fuerza Aérea Colombiana, hecho que le da mayor atractivo al lugar.
El nuevo alcalde municipal, ingeniero Camilo Igua, se muestra interesado tanto en el desarrollo de la localidad como en el florecimiento de los campos, y ha conformado mesas de trabajo con los vecinos para llevar a cabo ideas de progreso de la villa y de mejoramiento rural.
Este es el mensaje que envía Humberto Escobar en el día institucional que celebramos: “El agua es vida, el agua nos la regala la naturaleza. Conservemos el medio ambiente por nuestra salud y la de las generaciones futuras”.
Bogotá, 23-III-2012.