21 de enero de 2025

Cadenas productivas perversas

18 de marzo de 2012

ana milena lopezDentro de una Cadena Productiva hay unos eslabones mucho más productivos que otros. Mucho menos riesgosos que otros. Con mucho menos trabajo incorporado que otros. Unos eslabones que en vez de utilizar el recurso suelo, semilla, agua,  utilizan el recurso Capital: $$$. Y así cada uno tiene sus características.

El acertijo es: ¿Cómo hacemos para que al finalizar la operación del Agronegocio – donde la rentabilidad no separa los eslabones – la redistribución de los recursos obtenidos sea equitativa?

Lógico, el eslabón más rentable y con cero riesgos no quiere ni saber de compartir rentabilidad con el eslabón menos rentable y con un riesgo que hace palidecer de envidia los deportes extremos. ¿Por qué razón el inversionista que mueve su dinero en Bolsa de commodities a futuros va a tener siquiera que pestañear ante una fugaz imagen de un productor de maíz luchando contra mil  enemigos como “la mancha de asfalto”?

Para vivir en sociedad sin matarnos a piedra, desde la Prehistoria dejamos aflorar algo que traíamos dentro sin saber de dónde, que llamamos Ética. Y desarrollamos unas normas de convivencia muy bien pensadas pero….que muchos no han tenido nunca la intención de cumplir desde ese tiempo. Es lo que conocemos ahora como “La Ley del Embudo”: ancho para mí y bien estrecho para usted. O lo que en la Cadena Productiva podría ser el eslabón donde se ubican los inversionistas de Capital, el sector financiero y los Rothschild y sus amigos.

Para desarrollar y hacer cumplir las normas de convivencia, a las que llamamos Leyes, elegimos unos guardianes que llamamos Gobierno, más precisamente el poder Ejecutivo. El mensaje inicial para nuestros gobernantes era muy claro: intervenir para lograr una redistribución equitativa de los recursos en la búsqueda de una prosperidad para todos. Bueno….pasaron cincuenta mil años y desde el primer día aquellos de la parte ancha del embudo se las ingeniaron para escribir una normatividad que les fuera propicia para tener  cada día un espacio más amplio. Y llegamos a la situación contemporánea muy bien descrita por la sabiduría popular: “La Ley es para los de Ruana”. Sin embargo, si no hay mal que dure cien años pues no es sino que pongamos cuidado a lo que está sucediendo ahora que ya cumplimos cincuenta mil.

Hablando de Cadenas Productivas, por ejemplo la del Maíz y los alimentos derivados, encontramos que en 1987 el rendimiento promedio nacional era de 2.5 toneladas por cada hectárea.  Veinte años después y con un promedio nacional de 4.0 ton/ha, donde se destacan departamentos como Risaralda con 6.9 ton/ha y Valle del Cauca con 5.9 ton/ha, las nuevas 3.0 toneladas adicionales son para pagar el aumento de los costos y no para la prosperidad, faltando aún una tonelada para el punto de equilibrio. Endeudado, el productor debe pedir plata prestada y no a  los bancos privados, pues éstos consideran la agricultura una actividad de altísimo riesgo;  la cosecha o la vende a pérdida o la almacena esperando un mejor precio pero corriendo con los costos de la financiación. Todos lo felicitan anticipando el tamaño del mordisco que les tocará: entre más produzca mejor.  Así es como se llega a una Cadena Productiva Perversa.

Sin embargo, ya hay alternativa y en este proceso de desarrollo sostenible estamos explorando una nueva forma: el Agronegocio. Los holandeses van avanzando con lácteos en Ecuador, donde sencillos productores reciben dividendos de eslabones prósperos. El Agronegocio debe permitir a todos los miembros de la Cadena Productiva tener acceso a una rentabilidad ponderada, donde cada eslabón pueda encontrar con veracidad los costos de su actividad y ajustarlos hasta ser competitivos. En el caso de la producción agropecuaria, la cantidad de costos ocultos por tonelada producida son abrumadores. “Ssshhh….dejad que sigan ocultos….”

En el camino de la prosperidad para todos, el eslabón de Transformación de materias primas y su valor agregado debe respaldar con su rentabilidad otros de alto riesgo. El eslabón Financiero ha de irrigar su rentabilidad en toda la cadena. El eslabón de los Comercializadores lo mismo. Y el riesgo del productor agropecuario ha de repartirse en todos los eslabones de la Cadena. Eso es una Agronegócio en búsqueda de la prosperidad para todos.

Acaban de reunirse 400 caficultores en Pitalito, Huila, con el Señor Presidente. Hablaron de tecnología para adaptarse al cambio climático, de formalización de tenencia de tierras y de un nuevo aporte de 22 mil millones de pesos para asistencia técnica en el 2012. Muy importante. Y se sentaron a manteles con quince funcionarios de su organización gremial, la Federación Nacional de Cafeteros, creada en 1960 para desarrollar el Agronegócio del Café. ¿ Cómo  desconocer que en una maniobra a cuatro manos en el año 2002 esa misma Federación,  comprando el 99% de la recién aparecida comercializadora APROCAFE,  consiguió expropiar a los caficultores el eslabón que contiene la marca Juan Valdés para comercializar desde bebidas parecidas a la Coca-Cola hasta camisetas y cremas de belleza?  ¡ Colombia ha sido el primer país de Latinoamérica en bajar a un gremio de un hermoso Agronegocio del Café!  

Definitivamente, hacemos historia.  Afortunadamente llevamos cincuenta mil años aprendiendo. Ellos y nosotros. Esto está de coger asiento en primera fila para ver cuándo y cómo se equilibran las fuerzas hasta que la prosperidad llegue a todos.

*Ingeniera Agrónoma, Universidad Nacional de Colombia. Mestre, Universidade Federal da Bahía, Brasil.  [email protected]