La piratería en Internet, mucho dinero en juego
Los usuarios pueden acceder a los archivos gracias a las redes creadas para compartir contenidos, pero se perjudican las casas discográficas, las productoras de cine y televisión, los fabricantes de videojuegos, las asociaciones de artistas, las casas editoriales y los autores.
Como era de esperarse llegaron las demandas y los proyectos legislativos, para defender los derechos de autor: Ley SOPA (Stop Online Piracy Act) y el proyecto PIPA (Protect IP Act) que se debatieron en el Congreso de Estados Unidos. Mientras tanto los países miembros de la Unión Europea y otras naciones firmaron el Acuerdo Comercial Antipiratería (ACTA), que busca proteger los derechos de autor y establecer normas de propiedad intelectual en Internet; existen, además, proyectos de tipo regional, en el mismo sentido como la ley SINDE en España, la Ley de Propiedad Intelectual en Chile y la Ley HADOPI, en Francia.
Las leyes contra la piratería
La Cámara de Comercio de Estados Unidos anotó al respecto que “Los sitios ilegales se roban la innovación y los productos creativos que se realizan en este país. Al atraer más de 53 mil millones de visitas anuales ponen en riesgo más de 19 millones de trabajos estadounidenses”. Y se afirma que el año pasado en Estados Unidos se vendieron 135 billones de dólares en material pirata, a través de internet. Según un estudio de Envisional Ltd. la industria musical sufrió pérdidas por 17 billones de dólares y 70 mil puestos de trabajos, en dos años. Sin embargo los piratas sostienen que con su actividad generan millones de empleos informales.
Lo que buscan las leyes contra la piratería es que los motores de búsqueda y empresas de internet puedan bloquear a los servidores que tengan material ilegal, sin importar el país donde esté el servidor. Sin embargo la forma de acceder al conocimiento de modo gratuito tiene muchos defensores; por ejemplo el presidente de la Asociación de Internautas de España, Víctor Domínguez, afirma que aunque se busca proteger los derechos de autor, no se debe estar por encima de la libertad de expresión y de la privacidad.
Mientras el mundo seguía con preocupación el debate sobre las leyes SOPA y PIPA en Estados Unidos, el FBI cerró Megaupload, una página a donde llegan diariamente 50 millones de usuarios para descargar y subir información; pero la actuación del gobierno de Estados Unidos fue tan drástica que ordenó la detención del dueño de la compañía y a varios de sus asesores en Nueva Zelanda. Según las autoridades este portal violaba los derechos de autor pues son responsables de que la industria del cine, la música y las casas editoriales, perdieran muchos millones de dólares.
El gigantesco apagón en Internet
Y llegó la protesta de los usuarios contra las leyes antipiratería; decenas de portales suspendieron sus servicios para presionar al Congreso de Estados Unidos. Wikipedia, la enciclopedia más grande de la red, anunció que dejaría de prestar sus servicios y sorprendió a los usuarios con un llamativo aviso, que decía: “Imagina un mundo sin conocimiento libre. Durante una década, hemos empleado millones de horas construyendo la enciclopedia más grande de la historia de la humanidad. Ahora el Congreso de Estados Unidos considera una ley que podría dañar la libertad de internet”. “El apagón” sirvió para que los usuarios tomaran conciencia sobre los efectos que traerían SOPA, PIPA y ACTA. A esta campaña se sumó el grupo de piratas informáticos Anonymous, reconocido movimiento de protesta a favor de la libertad de expresión y de la independencia de internet.
Después del cierre de Megaupload, Anonymous bloqueó temporalmente la página web del Departamento de Justicia y la de Universal Music, para sentar, así, una enérgica protesta; además advirtió al gobierno de Estados Unidos sobre una desestabilización de su economía y de un ataque sin precedentes. Por ahora Anonymous invitó al “Marzo negro”, para que todos los internautas golpeen las ganancias de la industria cultural: que durante un mes no paguen por música, ni por películas, ni vayan a cine; de este modo se busca frenar las ganancias de una industria que está atentando contra la libre expresión en internet.
El llamado “Apagón” produjo pánico. Un grupo de empresarios envió un informe al Congreso de Estados Unidos explicando que las leyes contra la piratería iban a crear “un ambiente de miedo e incertidumbre tremendo para la innovación tecnológica y perjudica gravemente la credibilidad de Estados Unidos en su papel de administrador de la infraestructura de claves de internet”. Y ante la masiva y contundente protesta en todo el mundo, dos congresistas del Partido Republicano pidieron a los legisladores analizar las leyes con mucha cautela, por tratarse de un tema que podría poner en riesgo el liderazgo de Estados Unidos. Por ahora la Casa Blanca le salió al paso a la furiosa reacción contra las leyes antipiratería y anunció que el Gobierno no apoyará proyectos “si fomentan la censura, socavan la seguridad o alteran la estructura de la red cibernética”.
Las leyes y la cacería de brujas
Sabemos que la tecnología avanza con una velocidad impresionante y que la legislación no puede seguirle el paso; la juventud está al pie de la jugada y viene participando en movimientos culturales y del conocimiento que corresponden al siglo XXI pero, mientras tanto, los métodos de regulación de derechos de autor no se han ajustado a las nuevas exigencias y permanecen, todavía, en el siglo pasado. Aquí está la esencia del problema.
Las leyes propuestas, SOPA y PIPA, quedaron congeladas, por ahora, ante la reacción de millones de usuarios de la red, pero parece que lo peor está por venir con la firma del tratado ACTA, impulsado por las grandes corporaciones. Al respecto las páginas informativas RT y Common Dreams anotan que “los proveedores de servicios de Internet patrullarán todos los datos que pasan a través de ellos, haciéndolos legalmente responsables de las travesuras de sus usuarios. Y de detectarse una violación al copyright, al menos en los términos que ellos decreten, usted podría ser desconectado de internet, multado o incluso encarcelado. Y todo esto podría entrar en vigor el año entrante. Aunque ya hay fases en marcha” (Dharmadeva, en El Espectador 31 de enero de 2012). Según lo anterior muchos portales tendrían que cerrar, pues subir canciones, videos, fotos o clips de películas a facebook, youtube o blogs, podría traer consecuencias judiciales para usuarios y portales.
Sobre el mismo tema anotó Vinton Cerf, uno de los padres de internet, en entrevista con El Espectador, que “Mi esperanza es que usuarios, legisladores y empresas tengan la voluntad suficiente de aproximarse a la problemática con un enfoque constructivo que proteja los intereses legítimos de la industria, no impacte la privacidad y la libertad y no interfiera con la seguridad y la infraestructura de la red”. La guerra jurídica entre gobiernos y piratas será muy larga y difícil porque hay mucho dinero en juego. Lo cierto es que terminaremos pagando por muchos contenidos y que el mercado se irá adaptando a las diversas formas de piratería.