La gobernadora del Quindío se salió con la suya
Con una sonrisa que no podía disimular la emoción de haber logrado sin posesionarse lo que para muchos era una quimera la gobernadora electa de los quindianos, Sandra Paola Hurtado, salió del ministerio de hacienda esta tarde con la noticia confirmada de que tendrá plata para inversión en su mandato de parte del gobierno nacional.
Las preocupaciones para la doctora Hurtado se generaron cuando en el proceso de empalme y en medio de todas las afugias de un departamento pobre y sin recursos y con una panorama a futuro sombrío por las circunstancias en que han quedado las arcas, un déficit fiscal gravísimo de cerca de dos mil millones de pesos y con la rebaja en los pocos recursos propios, le saltó la liebre de la noticia más preocupante de todas: “El departamento del Quindío no obtendrá regalías por los recursos del subsuelo por tratarse de una región que está muy por encima de la pobreza de otras regiones colombianas”.
El capricho de la ley de regalías sacó de tajo a este departamento y dejó viendo un chispero no obstante que en campaña electoral se oyeron voces que hablaban hasta de 40 mil millones de pesos anuales por este concepto. La demagogia barata se había aprovechado también, como siempre, para buscar votos
Lejos estábamos de entender que una medición del año 2005 nos sacaba de estas posibilidades en un marco discriminatorio y falaz.
Contra los representantes del departamento cayeron rayos y centellas, a lo mejor con justicia, por su indiferencia en el congreso y los responsabilizaban de que ni siquiera se hubieran dado cuenta del asunto.
Mientras nos arrebataban este derecho y con la sombría situación de que no había nada qué hacer sino esperar treinta años a lo sumo para una nueva reforma constitucional, la gobernadora electa Sandra Paola Hurtado dejó de lado divergencias políticas y llamó de urgencia a los doctores Libardo Taborda, Atilano Giraldo y Yolanda Duque, se apoyó en los senadores Baena, Soto y Name y se fue a la capital aprovechando además que debía asistir a una capacitación de exigencia legal para poder posesionarse el primero de enero próximo.
Dos semanas lleva en Bogotá la nueva mandataria de los Quindianos.
Todos los días en la cámara de representantes después en el senado pataleando por todos lados buscando la solidaridad parlamentaria en medio de la discusión de la reglamentación de la ley de regalías.
Cuando nada se podía hacer fue que la señora Hurtado Palacio dejó de lado su intenso trabajo en el congreso y se fue directa adonde el ministro de hacienda Juan Carlos Echeverry, quien como todo zar de finanzas duro e impenetrable. Argumentos de sendos calibres se esgrimieron ante el frío burócrata que no parpadeaba y en atención a su trabajo pregonaba hasta la saciedad la falta de recursos. Un poco ablandado se resignó a buscar ayuda con el director de planeación nacional, Hernando José Gómez, un manizalita técnico pero más humano que Echeverry.
Temas van y vienen hasta que se hizo el milagro.
Se obtuvo por la incansable doctora Hurtado Palacio que para los próximos cuatro años se incluyera al departamento con unos recursos de 25 mil millones anuales para inversiones de parte del Fondo de Compensación Nacional.
Salió con aire de triunfo y aunque sin haberse sentado en el escritorio que le dejará este 31 de diciembre el gobernador López Espinosa ganaba su primer round.
Entretanto, y en medio del pataleo esta noche se discutía aún en el senado de la república el archivo de la reglamentación de la ley de regalías, propuesta del senador Jorge Robledo en compañía de otros parlamentarios que deberá revisarse, seguramente, en el próximo mes de marzo de 2012 para verificar la suerte de varios municipios incluido el departamento de Quindío para ver de rescatar la posibilidad los recursos que en justicia se deben trasladar por concepto de regalías.
En el desayuno de sabe lo que va a ser el almuerzo y con Sandra Paola Hurtado en la gobernación tendremos una ejecutiva que nos genera confianza en medio de tanta tribulación, aunque sus detractores aseguraban que tendrían que llevarla de la mano para que conociera el aeropuerto de Bogotá y evitar que se perdiera.