Gustavo Petro Urrego llega al Palacio Liévano en medio de grandes expectativas
No la tiene fácil. Recibe a una Bogotá resentida por el millonario desfalco del cartel de la contratación, secuestrada por los trancones, las obras inconclusas y la inseguridad en las calles.
Consigo trae la promesa, hecha una y otra vez durante su campaña, de desmontar las “mafias que se tomaron Bogotá”. A esto se suma el compromiso inconcluso de los años de gobierno de su antiguo partido, el Polo Democrático, de reducir la inequidad social sin descuidar las necesidades inmediatas de los ciudadanos, como la seguridad, la movilidad y la defensa del espacio público.
Para lograrlo se ha rodeado de un grupo de investigadores y políticos experimentados de izquierda que, con contadas excepciones, no han tenido hasta ahora experiencia en la administración pública (ver recuadro página 10).
El reto para este nuevo equipo es grande. Deberán dejar sus tribunas académicas y críticas para gerenciar cargos administrativos, desde los cuales se enfrentarán con las ya institucionalizadas prácticas políticas que durante los últimos años le costaron tanto al Distrito.
Aunque sólo hasta este 1° de enero será presentado el gabinete de Petro, hay quienes manifiestan temor frente a los nombres que se barajan como posibles secretarios. Para el analista y concejal electo Juan Carlos Flórez, “la debacle de Bogotá se debe a la ausencia durante ocho años de una gerencia pública de calidad. Y el equipo del alcalde adolece del mismo déficit”.
Angélica Lozano, elegida concejal por el Movimiento Progresistas, considera, en cambio, que con sus colaboradores Petro “ha mostrado que quiere un gabinete de alcalde, conformado por personas en las que confía y que comparten su línea política”. Con esto, asegura Lozano, “está demostrando que se la va a jugar a fondo por hacer realidad su programa de gobierno”.
Un programa complejo y ambicioso, que le ha prometido a la ciudad la reordenación de su suelo, la reconciliación con el medio ambiente, la reducción de su segregación social, el salto hacia la sociedad del conocimiento y el saneamiento de sus perversas prácticas de gestión pública.
Para el electo concejal Roberto Hinestrosa, del Partido Cambio Radical, Petro deberá aterrizar algunas de sus propuestas si quiere lograrlo. “Le tengo mucho temor al tema de la improvisación. Esperamos que haga políticas responsables, pues hasta el momento ha hecho propuestas como la integración de las empresas públicas de Bogotá, que deben ser analizadas muy de cerca y con seriedad”.
La relación con el Concejo será, asimismo, un elemento crítico para su gestión: “Él querrá construir una relación distinta, y esto va a generar momentos de pugnacidad no sólo por lo que quiere hacer, sino por las relaciones tradicionales entre el Concejo y el Ejecutivo”, asegura Antonio Sanguino, del Partido Verde.
Junto con varios concejales electos, Sanguino está a la espera de rendir indagatoria ante la Fiscalía en el marco de las investigaciones sobre el escándalo de la contratación en Bogotá. Petro —quien fue uno de los principales denunciantes del desfalco— estará en el centro de esta coyuntura, lo que para Sanguino podría generar una “desafortunada judicialización de las relaciones con el Concejo”.
Con todas las miradas puestas sobre el futuro alcalde y con el corazón adolorido, los bogotanos verán llegar al Palacio Liévano a un exguerrillero que quiere demostrar, como declaró en su discurso de aceptación, “que la paz y la reconciliación en Colombia son posibles”.
De cómo sortee los obstáculos que le esperan dependerá que lo demuestre y salga en cuatro años del Palacio Liévano con miras a mudarse al palacio vecino o prolongue la frustración de una ciudad que alguna vez sintió que avanzaba por un buen camino.
Gustavo Francisco Petro Urrego
Gustavo Petro nació en Ciénaga de Oro, Córdoba, en una familia de fuerte tradición campesina del valle del Sinú. Su casa era de bahareque y techo de Palma. Se crió y educó en Zipaquirá en escuela y colegio público, allí iba con ropa que su madre compraba usada por los bajos ingresos de la familia. Siempre tuvo el primer lugar en rendimiento académico y logró uno de los mejores puntajes del Icfes a nivel nacional. Terminó sus estudios de economía, en la universidad, becado por su promedio de notas a los 20 años de edad. A los 21 Petro fue personero y a los 22 concejal independiente del municipio de Zipaquirá. Desde allí se vinculo al M-19, ala izquierdista de la ANAPO, partido popular al que le hicieron fraude en las elecciones que ganó para Presidencia de la República en 1970.
La actividad de Petro fue siempre la organización de los más pobres, sin usar jamás un arma y sin métodos violentos. Gustavo construyó un barrio en Zipaquirá, donde vivió dos años permanentemente con las familias más pobres del municipio. Con ellos edificó, sin ayuda de nadie, los servicios públicos y la vivienda por autoconstrucción comunitaria de lo que se llamó el barrio Bolívar 83. A pesar de ser un aventajado profesional y concejal del municipio Petro dejó a su familia para vivir entre los pobres de su municipio.
Debido al fortalecimiento que el movimiento popular ganaba en Zipaquirá, liderado por el joven Petro, sobrevino la persecución contra el entonces concejal a pesar que el M-19 era en ese momento un partido legal. El barrio sufrió en octubre de 1985 una represión militar brutal y Petro fue arrestado a través de un decreto de Estado de Sitio que permitía anular las libertades y derechos establecidos en la Constitución de 1886. Llevado a la Escuela de Caballería del Ejército fue torturado durante una semana y, a sus 25 años, fue arrestado durante casi dos años por virtud de una resolución de un general de la República.
Petro se dedicó en la cárcel a enseñar a leer y escribir a centenares de presos. Una vez libre Gustavo Petro se vinculó con Carlos Pizarro y Antonio Navarro al esfuerzo de construir la Paz de Colombia. Luego del asesinato de Carlos Pizarro hace 20 años, lograron ganar las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente e hicieron la Constitución de 1991 que aún hoy rige y es el programa principal de Petro a la Presidencia.
Petro estudió una especialización en administración pública en la ESAP un magister de economía en la Javeriana, hizo estudios de especialización en desarrollo y medio ambiente en Bélgica y estudios de doctorado en administración en España. Sabe hablar y leer en francés y lee el inglés.
Está casado con una sincelejana, Verónica, y es padre de familia de seis hijos. Ha sido calificado como el mejor congresista de la última década. Sus debates lograron desentrañar la trama de corrupción, donde denuncio la entrega de códigos secretos para entregar cupos de contratación a Congresistas, en uno de los actos de corrupción administrativa más grave. Allí Petro mostró cómo el dinero público entregado a congresistas llegaba finalmente a los paramilitares.
Después mostró las relaciones entre decenas de políticos y congresistas con el paramilitarismo en el gobierno de Álvaro Uribe. Fue el primero en mostrar la existencia de falsos positivos, el primero en denunciar las chuzadas del DAS, el primero en mostrar la incidencia del paramilitarismo en las instituciones del Estado.
Por su labor, el 18 de Agosto de 2011, el Congreso de la República exalta el trabajo del ex
senador y candidato a la alcaldía de Bogotá Gustavo Petro; haciendo entrega de la medalla "Luis Carlos Galán Sarmiento", como reconocimiento por su lucha contra la corrupción.
Jamás un voto del Senador Petro fue otorgado para apoyar leyes que perjudicaran a la población más débil del país. Su opción preferencial por los pobres sigue vigente hoy cuando es Alcalde electo de Bogotá 2012 2015.