El personaje del año en el Quindío
La Fiscalía Seccional del Quindío y su compañero de oficio, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), lograron las más grandes investigaciones judiciales de la historia local y pusieron a disposición de los jueces pruebas contundentes que condujeron a condenas ejemplares.
Por eso, también, hay que resaltar la acción de los jueces que comprendieron que la justicia no sólo es para los de ruana. Para mencionar sólo algunos casos: condena al exalcalde David Barros Vélez, con 18 años de prisión por varios delitos contra el patrimonio público, y a su exsecretario de Infraestructura Luis Hernán Giraldo, condenado a 4 años; la exgerente de Redsalud Beatriz Elena Zapata, 10 años; el ingeniero Jorge Mario Patiño Botero, excurador urbano, 30 meses, por el otorgamiento de la licencia de construcción al centro comercial El Oasis, comprobándose que efectivamente esa es zona de alto riesgo, tras encontrarse en la falla geológica Armenia, altamente vulnerable a los sismos. Condenaron a la exalcaldesa de Salento Laura Bedoya de Galvis, al director del hospital de ese mismo municipio, César Tabares y otros funcionarios y personas de esa localidad, también por delitos contra el patrimonio público.
Otros que recibieron el rigor de la Fiscalía y los jueces fueron el exgerente de Empresas Públicas de Armenia Luis Ernesto Gil, que negoció con sobrecostos un lote de propiedad del exconcejal liberal Álvaro Berrío Piedrahíta; y, por supuesto, la enorme investigación relacionada con los cinco concejales y exconcejales de Armenia: Robert Augusto Rodríguez, Jhon Jairo Rincón, Dora Lucía Ramos, Luis Fernando Fernández y Norberto Angulo. Lo más importante es que CTI, Fiscalía y jueces lograron desenmarañar la madeja delincuencial más grande que se ha tejido en la ciudad, con complicidades de partidos y ciudadanos. Y digo madeja, porque los casos mencionados, y otros, están atados, sincronizados por la misma red. A estos hombres y mujeres de la Fiscalía Seccional, del CTI y el cuerpo de jueces, hay que protegerlos y apoyarlos, con mensajes de aliento, porque su trabajo protege el patrimonio público, el dinero colectivo, el buen ejemplo ciudadano.
Pero también hablamos de una entidad como la Contraloría Municipal de Armenia, que durante estos cuatro años logró descubrir grandes faltantes fiscales por vía de las falsificaciones de documentos públicos y privados, o peculados por acción u omisión, o sobrecostos en compras públicas, que no sólo tuvieron sanción fiscal, sino que las investigaciones fueron a parar a la Fiscalía. Y qué decir de la Procuraduría Delegada para la Vigilancia Administrativa que no sólo destituyó e inhabilitó de los cargos a la alcaldesa Ana María Arango y la secretaria jurídica de EPA Luz Estela Nieto Agudelo, por la falsificación de actas de la junta directiva de esta entidad, sino que destituyó también a la senadora Amparo Arbeláez Escalante por el contrato para el fallido teleférico de Buenavista, cuando actuaba como gobernadora del Quindío.
Son muchos más los casos ejemplarizantes, como los mencionados, que me llevan a ratificar, sin duda, que el personaje del año en el Quindío es la Justicia, en manos de la Fiscalía Seccional, el CTI, los jueces, la Contraloría Municipal y la Procuraduría. No hay que desearles el mal a los que han hecho el mal, pero sí hay que alegrarse del bien que han hecho los buenos. Además, es importante recordarles, a los malos, que han hecho el mal, y a los buenos que lo están haciendo bien. Crónica del Quindío.