29 de marzo de 2024

Habemos, en cuclillas, pobre, subjuntivitis

23 de noviembre de 2011
23 de noviembre de 2011


efraim osorio

Después de sus primeras disparatadas y nunca antes vistas aventuras, le dice el Caballero de la Triste Figura a su sufrido escudero: “…pero de aquí adelante yo procuraré haber a las manos alguna espada…” (Don Quijote de la Mancha, I-XVIII). En esta oración, el verbo ‘haber’ tiene el mismo significado del verbo transitivo ‘tener’, acepción que desapareció hace unos cuantos plenilunios. Actualmente, sólo  usamos el verbo ‘haber’ como auxiliar, en todos los tiempos y modos; y como impersonal, únicamente en la tercera persona del singular, inclusive cuando se refiere a la existencia de más de un suceso o circunstancia, verbigracia, “habrá inundación, habrá inundaciones”. Algo extraño tuvo que haber ocurrido, tal vez la escasez de agua, para que don Cecilio Rojas dijera en su llamada a la Línea Directa de LA PATRIA lo siguiente: “Personas habemos a quienes les desagrada saludar de mano” (XI-2-11). ¡Don Cecilio, por Dios! Si exceptuamos un par de locuciones en las que se emplea la inflexión verbal ‘habemos’ y su presencia en la jerga popular, podemos afirmar que ella se esfumó del lenguaje culto. Por lo tanto, su afirmación puede tener tres interpretaciones: “Personas hay a las que les desagrada saludar de mano”, la primera; la segunda, “tenemos personas a las que…”; y la última, “a algunos nos desagrada, etc.”. Por supuesto, don Cecilio, que hay muchas otras formas de expresar su idea, pero la suya no es una de ellas. ¡Palabra! Y recuerde que la alborozada exclamación “¡habemus Papam!” la traducimos por “¡tenemos Papa!”. ***

A la gallina que está empollando se le dice ‘clueca’. Hace setenta años, un día más un día menos, los campesinos le decíamos ‘culeca’, adjetivo del que sacábamos el sustantivo ‘culequera’, cuyos sinónimos, según “Voces fatigadas” de Álvaro Marín Ocampo, son ‘ventolera’ y ‘arrebato’. Recuerdo que las mamás de tan inolvidable época, cuando a alguno de sus incontables hijos se le ocurría un ‘proyecto’ cualquiera, y con insistencia se lo exponía, le decía: “¡Deje esa culequera!”. Además, ¡cómo no! , teníamos el verbo ‘culequear’. De la posición de la gallina cuando está empollando se originó la locución “en cuclillas”, que en la época de Carlos I de España, hace casi quinientos años, era “en cluquillas”, según Corominas. Pero, según Alejandro Samper Arango, columnista sabatino de nuestro periódico, no es ni ‘en cuclillas’ ni ‘en ‘cluquillas’ sino ‘en cunclillas’, como lo escribió en esta frase: “Cada tirada de agua es una abdominal y en cunclillas…” (X-29-11). No obstante, esa entrometida ‘ene’ pudo ser un error de digitación, pero, como todos nuestros gazapos, así quedó impreso por los siglos de los siglos, lo mismo que el artículo ‘una’, que debe ser ‘un’, pues, supongo, se refiere a un ejercicio abdominal.   ***

Hay una diferencia entre ‘hombre pobre’ y ‘pobre hombre’; y no es lo mismo ‘un diablo pobre’ que ‘un pobre diablo’. Generalmente, la colocación de los adjetivos, antes o después de los sustantivos que califican o determinan, no les cambia su significado, pero, como toda regla, tiene excepciones, por ejemplo, el calificativo ‘pobre’ y los demostrativos ‘este, ese, aquel’. En Bogotá, seguramente, unos decían compasivamente “Esos pobres manizaleños tienen que estar sufriendo mucho por la falta de agua”; otros, doctoralmente, afirmaban: “Los manizaleños pobres sufren más las consecuencias de la falta de agua que los pudientes”. Reflexioné así después de leer esta frase de un editorial de El Tiempo: “Aunque los pobres colombianos sean menos que en el pasado reciente…” (XI-4-11). ¿Estoy exagerando? Es posible, pero me parece más apropiado para la idea que se quiere expresar poner el adjetivo ‘pobre’ después de su sustantivo: “Aunque los colombianos pobres…”. ¿Cuestión de gustos? Por éstos, dicen, se vende el calamaco. ***

Hoy, 7 de noviembre, llegó al pabellón de la ‘subjuntivitis’ el señor Gonzalo Duque Escobar, gravemente afectado, pues en un solo examen dio positivo en cuatro de las muestras tomadas. Los especímenes infectados fueron éstos: “…los cien años de la institución que fuera creada por…”; “…en el que hasta ese entonces fuera denominado Parque Sucre…”; “…en el Palacio Departamental que se incendiara en 1925”; “…Manizales, ciudad que fuera fundada el viernes 12 de octubre de 1849…” (LA PATRIA). El especialista le recetó el cambio de esos subjuntivos ‘fuera’ e ‘incendiara’ por los indicativos ‘fue’ e ‘incendió’. Le sugirió, además, que ‘analizara’ su frase “…contar con una organización (…) que tuviera la capacidad de emprender…” y la ‘comparara’ con las cuatro muestras enfermas. –Es todo lo que le puedo formular-, concluyó. ***

Dos calamidades acaban de golpear a los manizaleños: la primera (la falta de agua), grave pero llevadera; la segunda (la tragedia del barrio Cervantes), gravísima e insufrible para los deudos de las víctimas. Hubo luego muchos comentarios y muchos señalamientos y muchas condenas. Condenas, señalamientos y comentarios que me hicieron recordar el refrán “Ya hecho el daño, todos lo hubiésemos evitado”, que Jacinto Cruz de Elejalde explicó así: “Es la ‘magia’ de la percepción retrospectiva, que nos ‘ayuda a prevenir’ los desastres una vez ocurridos”.