7 de noviembre de 2024

Academicos cuestionan gestión del riesgo en Manizales

9 de noviembre de 2011
9 de noviembre de 2011

Aunque la ciudad se encuentra en alerta roja por la ola invernal, aún no se sabe con certeza si las causas del desprendimiento tengan relación directa con un evento natural, también existe la posibilidad de que haya ocurrido por agua represada en un tubo de 16 pulgadas ubicado en la parte de arriba del barrio y que buscó salida al restablecer el servicio luego de más de 15 días de suspendido.

Según Jorge Julián Vélez Upegui, docente y director del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) en la Universidad Nacional Manizales, “una de las hipótesis más razonables es el hecho de que después de un periodo de no tener un abastecimiento de agua potable, esas tuberías tuvieran burbujas de aire, problemas de golpes de grietas o problemas en la red frente a cualquier movimiento brusco, que pueden generar una desestabilización del terreno”.

Luego de las fuertes críticas de los habitantes de esta comunidad, quienes aseguraron a diferentes medios de comunicación que el agua se estaba filtrando y que realizaron varias llamadas a Aguas de Manizales pero no recibieron respuesta alguna, la Personería de Manizales realizó una visita técnica en la que se detectaron las posibles causas del hecho.

Entre los hallazgos encontraron como antecedentes al evento una pérdida del soporte físico de la loza vial (hueco en la vía), alcantarillas taponadas, grietas de filtración, además de algunas construcciones presentadas en la zona alta que favorecen la filtración de aguas lluvias, como sucedió en las bodegas de la empresa Única y el área de recreo de un jardín infantil.

El experto en medioambiente urbano y docente de la sede, Freddy Leonardo Franco Idárraga, explicó que indiferente de si son o no verdad las denuncias de la comunidad, “para prever y para prevenir hay que tener en cuenta cualquier llamado, la empresa debió ir inmediatamente y verificar el problema; si falta personal pues hay que contratar más, si son horas en las que no se trabaja se deben tener turnos de contingencia”.

Los dos investigadores coincidieron en que la tragedia, que deja a más de 120 familias damnificadas, se debe a un mal manejo de la gestión del riesgo, pues aunque son sucesos que no se pueden definir con antelación, sí son situaciones que pueden mitigarse.