15 mil indignados, piden renuncia del Alcalde
La multitudinaria marcha que se inició a las 6:00 de la tarde en el sector de El Cable, estuvo acompañada de cánticos y coros de miles de personas que vestidas de negro y con velas encendidas y pancartas en las manos, vociferaban frases contra la administración local y la empresa de acueducto, a las que les atribuyen su posible responsabilidad e indolencia estatal por los trágicos hechos del pasado fin de semana.
Cerca de diez cuadras atiborradas de gente, fueron iluminadas y aturdidas por las voces de familiares, amigos, compañeros y ciudadanos solidarios con las familias que perdieron a 48 seres queridos en la avalancha del barrio Cervantes, que dejó a su vez desolación, pobreza y tristeza.
En un recorrido que se tomó ambas calzadas (cuatro carriles) de la Avenida Santander y que luego siguió por la carrera 22 hasta la plazoleta del edificio de la Alcaldía, no dejaban de escucharse en las voces de niños, jóvenes, adultos y mayores, sin distingos de ninguna naturaleza, frases como “Alcalde mentiroso, el pueblo está furioso”, “Juan Manuel y Álvaro Andrés que renuncien de una vez”.
Igualmente, los indignados y adoloridos manizaleños gritaban consignas como: “No se puede esconder la torpeza, para culpar a la naturaleza” y “Llano Llano, ya no mas, ya no más”.
También se escucharon de las adoloridas gargantas estas frases: “Que renuncien el alcalde y el gerente de Aguas”, “Por el agua, por la vida, Manizales ya no lo olvida” y “Alcalde escondido, el pueblo está ofendido”.
Fue una marcha pacífica, de tristeza, de luto, de solidaridad, de indignación, de rabia, que nació espontáneamente por convocatoria de vecinos de Cervantes, a la que se unieron estudiantes, empleados, trabajadores, obreros, amas de casa, desempleados, y que culminó con un minuto de silencio y la puesta de velas encendidas y flores marchitas en las escalinatas de la sede del Alcalde, de quien muchos insistieron en decir “que por indigno, debe renunciar”, así no remedie la situación. Es poco lo que pidieron: la dignidad, antes que todo.