Mi voto de opinión
Lamentablemente el dinero y la guerra sucia se tomaron la campaña electoral de la Alcaldía de Medellín. Ataques y contraataques han sido pan de las últimas semanas. Y es que el futuro de la ciudad preocupa tanto como el agua sucia que se arroje sobre él. Esa agua sucia trae dinero sucio. En su libro, Mathews señala que "el dinero tiene demasiada influencia".
La percepción de la gente frente al sistema político es que el dinero ha reemplazado su influencia como ciudadanos y como votantes. El dinero "vota", no el votante, afectando la legitimidad de la política electoral. Por ello, hoy, en la intimidad de la urna, hay que pensarlo dos veces.
Grandes y costosas vallas puestas en las avenidas de la ciudad intentan convencer a la gente con promesas populistas: casas sin cuota inicial, internet para todos, no fotomultas, miles de empleos. Los ciudadanos nos debemos cuidar de las falsas promesas y no dar concesiones al populismo.
Aníbal tiene un programa confiable y con gran proyección para los cuatro años que vienen. Su campaña por la vida me seduce, porque como dijo Homero, "la vida está por encima de cualquier riqueza guardada". Con él y con su madre Adela, además, me une el dolor provocado por el secuestro de su hermano Guillermo, un dolor de todos los colombianos. Su buena gobernación es su carta de presentación, el legado de su hermano quedó en buenas manos; es un hombre trabajador y familiar. Por él sería mi voto para la Alcaldía.
Para la Gobernación mi apoyo es para una figura mediática y fresca, que hizo una destacada labor como gerente de Edatel. Allí logró oxigenar la empresa y dejarla produciendo utilidades: Carlos Mario Estrada. Su programa es medible y confiable, contrario a los dos candidatos que están punteando en las encuestas.
Pensé en apoyar a Fajardo, pero luego de asistir a un foro en el Cesde, me decepcionó su programa muy sobreactuado, lo grave cuando uno escucha al candidato Fajardo, es que nos da la impresión de que posee un alto concepto de sí mismo, lleno de clichés y marcado por lo mismo que prometió cuando aspiró a la Presidencia, vicepresidencia y ahora a la gobernación con "Antioquia la más educada", el eje de su programa de gobierno. Mathwes señala. "Los compromisos de los ciudadanos con las actividades públicas no pueden ser medidos en la misma forma que los compromisos políticos formulados en un día de elecciones". Es un encantador de serpientes, porque no es lo mismo un indicador de eficiencia de un municipio como Medellín, que uno de un departamento como Antioquia, tan complejo y tan desigual en su desarrollo cultural, político y económico.
Si Lina García Gañán, de la U, alcanza su lugar en el Concejo, como creo que lo va a lograr, sería la más joven en la historia de esa corporación. Se ha destacado como abogada especializada en derecho constitucional. Hace poco participó en un foro sobre el papel de las mujeres en el Concejo, al que pude asistir en la Universidad Autónoma. García demostró claridad en sus proyectos y respaldo de los asistentes.
Por el lado de la Asamblea Departamental, pienso que Guillermo Palacio cuenta con grande reconocimiento por su carisma y entrega a las clases menos favorecidas; ha direccionado proyectos tan exitosos como Antójate de Antioquia y se ha preocupado por fortalecer las empresas asociativas.
En estos casos se suele decir que las apuestas están echadas. Pero, entre tanto avivato, lo cierto es que en política no conviene esa frase. Hay que actuar, en la urna.