19 de abril de 2024

Me quedo con Angelino

18 de septiembre de 2011

Le han llovido críticas: editoriales de periódicos, expertos que tratan de explicarle al pueblo colombiano, aunque éste no entienda, por qué cada día son más caros los productos. Muchos colombianos dejan de comprar elementos básicos para su supervivencia, por pagar altos precios por la energía, el agua y la salud. Las cuentas, sencillamente, no dan. "Cada país tiene en el papel los pobres que quiere tener", leí hace poco en un seminario nacional.

El editorial de El Tiempo , titulado Populismo desviado , además de tildar soterradamente a Angelino de ignorante, trata de justificar la metodología usada por Planeación. "Los retos empíricos no son pocos -dice-, como construir una canasta calórica que se ajuste a la diversidad regional y social de un país como Colombia". ¿Quién entendió? Nadie, ni el propio exdirector del Dane que pidió que le explicaran cómo los expertos del Banco Mundial y la Cepal, calcularon la canasta familiar. Tampoco entendió el experto profesor de la Universidad Nacional, Ricardo Bonilla, que criticó el valor de la canasta familiar, es decir, los 190 mil pesos.

Según el coeficiente GINI, Colombia se ubica entre los países más desiguales de América y del mundo. Además, el crecimiento anual de la población va cuesta arriba. Un estudio del Banco Mundial sobre la pobreza afirma que la principal diferencia entre un hogar pobre y uno que no lo es, es que los primeros tienen más integrantes.

Angelino tiene la razón y el pueblo colombiano se la da. No se puede negar que la presentación de las cifras y la metodología de Planeación son bastante complejas. Yo, que soy economista de profesión, hago grandes esfuerzos por entenderlas y me gustaría poder explicarlas al ciudadano de a pie, pero en esta situación me veo como el novelista mexicano Juan Rulfo, quien siempre pretendió escribir como habla la gente.

En el pasado el Vicepresidente se mostró a favor de un salario mínimo más alto. Y es que su trayectoria de líder sindical hace que no se trague enteras las frías estadísticas que los gurús de la economía presentan para diseñar políticas públicas.

Angelino no cayó del zarzo: es un demócrata, tiene formación sindicalista y bases sociales sólidas; integró la Constituyente del 91, donde hizo valiosos aportes al Estatuto del trabajo y de la concertación laboral, y ocupó el Ministerio del Trabajo. Por algo Santos lo designó vicepresidente.

Tampoco es un protagonista politiquero, ni populista, como lo insinuaron los medios de comunicación. Ha defendido las causas justas de los menos favorecidos. Me uno a su posición. Sí, que los expertos expliquen en un lenguaje sencillo cómo reducirán la pobreza; cómo los pobres se van a beneficiar del crecimiento económico del país; cómo evitar la mortandad infantil en el Chocó que está en el nivel del promedio nacional de hace 20 años; cómo combatir la pobreza en el campo, que es tres veces mayor que en la ciudad; cómo evitar que la clase media siga caminando por el filo de la navaja con miras a caer en la pobreza.

Creo que Angelino, como Rulfo -y me uno a ellos-, saben que aquello de "escribir como habla la gente", no es mero populismo. Tiene más sentido de lo que parece.