25 de abril de 2024

Linda despedida de Armenia a su primer mundial

11 de agosto de 2011
11 de agosto de 2011

El estadio Centenario estaba engalanado para la ocasión, el verde de su césped brillaba como una esmeralda y en las gradas centelleaban los colores y los flashes de las cámaras, cuyos dueños no querían dejar pasar la oportunidad para quedarse con el mejor de los recuerdos.

El público quindiano, ese león dormido, por fin despertó y demostró que tiene las dotes suficientes para animar a cualquier escuadra, lo que evidenciaron los morenos nigerianos y los colorados ingleses, que se exigieron a fondo en busca del tiquete a los cuartos de final.

La bola rodó a las esperadas cinco de la tarde y de inmediato un tsunami de alegría movió a los dueños de casa, que comenzaron con una y al término de los primeros 45 minutos ya llevaban por lo menos unas quince olas de unos diez metros de altura.

Comenzaron con timidez y unos minutos después hasta el más serio, incluso con el ceño fruncido, saltaba de su silla en el vaivén al mejor estilo del mar.

Por fin, después de mucho tiempo y por vez primera tras la remodelación a la que fue sometido, el ‘Jardín de América’ se vio lleno en su totalidad, solo con unos cuantos lunares, quizás los de aquellos que no pudieron asistir por estar un tanto enfermos.

El marco del escenario fue en sí una postal, de esas que todo quindiano enviaría con orgullo a la persona que sea persona en cualquier rincón del mundo.

El amarillo predominó en las tribunas, y cómo no si la noche anterior Colombia había hecho el milagro de clasificarse a los cuartos de final contra todos los pronósticos. Esto no quiere decir que nuestro representativo no tenga con qué estar en dicha ronda, sino que a falta de diez minutos para el pitazo final perdía 2-1 y con valor y contundencia pudo firmar un certero 3-2 que dejó fuera al fuerte cuadro tico con todo y la bocaza del puntero Joel Campbell, que había sentenciado con eliminar a los reyes de la plaza.

Llegó el gol de Nigeria, la afición se enardeció, todos los seguidores del fútbol se pusieron de pie y con un sonoro aplauso escribieron el epílogo de un certamen en el que Armenia fue la plaza que más dianas vio con 23 en seis partidos.
Gustavo Moreno, el padre del mundial, observó desde la zona alta, mientras que Armenia le agradecía por meterla en la historia del fútbol mundial, porque después de una ardua lucha, nuestra ciudad, amigos, ahora es mundialista.
Armenia, agosto 11 (La Crónica) En una tarde soleada, de esas que hacen ver más bello al Quindío, y ante la mirada de más de 18 mil aficionados, Armenia despidió ayer de manera oficial la Copa Mundial Sub-20 de la Fifa Colombia 2011.

En una tarde soleada, de esas que hacen ver más bello al Quindío, y ante la mirada de más de 18 mil aficionados, Armenia despidió ayer de manera oficial la Copa Mundial Sub-20 de la Fifa Colombia 2011.

El estadio Centenario estaba engalanado para la ocasión, el verde de su césped brillaba como una esmeralda y en las gradas centelleaban los colores y los flashes de las cámaras, cuyos dueños no querían dejar pasar la oportunidad para quedarse con el mejor de los recuerdos.

El público quindiano, ese león dormido, por fin despertó y demostró que tiene las dotes suficientes para animar a cualquier escuadra, lo que evidenciaron los morenos nigerianos y los colorados ingleses, que se exigieron a fondo en busca del tiquete a los cuartos de final.

La bola rodó a las esperadas cinco de la tarde y de inmediato un tsunami de alegría movió a los dueños de casa, que comenzaron con una y al término de los primeros 45 minutos ya llevaban por lo menos unas quince olas de unos diez metros de altura.

Comenzaron con timidez y unos minutos después hasta el más serio, incluso con el ceño fruncido, saltaba de su silla en el vaivén al mejor estilo del mar.

Por fin, después de mucho tiempo y por vez primera tras la remodelación a la que fue sometido, el ‘Jardín de América’ se vio lleno en su totalidad, solo con unos cuantos lunares, quizás los de aquellos que no pudieron asistir por estar un tanto enfermos. El marco del escenario fue en sí una postal, de esas que todo quindiano enviaría con orgullo a la persona que sea persona en cualquier rincón del mundo.

El amarillo predominó en las tribunas, y cómo no si la noche anterior Colombia había hecho el milagro de clasificarse a los cuartos de final contra todos los pronósticos. Esto no quiere decir que nuestro representativo no tenga con qué estar en dicha ronda, sino que a falta de diez minutos para el pitazo final perdía 2-1 y con valor y contundencia pudo firmar un certero 3-2 que dejó fuera al fuerte cuadro tico con todo y la bocaza del puntero Joel Campbell, que había sentenciado con eliminar a los reyes de la plaza.

Llegó el gol de Nigeria, la afición se enardeció, todos los seguidores del fútbol se pusieron de pie y con un sonoro aplauso escribieron el epílogo de un certamen en el que Armenia fue la plaza que más dianas vio con 23 en seis partidos.
Gustavo Moreno, el padre del mundial, observó desde la zona alta, mientras que Armenia le agradecía por meterla en la historia del fútbol mundial, porque después de una ardua lucha, nuestra ciudad, amigos, ahora es mundialista.