18 de febrero de 2025

Despedidas ambivalentes

7 de agosto de 2011
7 de agosto de 2011

Lo que queda es el recuerdo, y no solo para los neozelandeses. Una vez derramadas las lágrimas por la eliminación, los equipos participantes rememorarán con agrado los momentos entrañables que vivieron aquí en Colombia, la diversión, y sus impresiones, sobre todo del país y de sus gentes, que en las últimas semanas han ido encariñándose con los distintos combinados nacionales. En todos los estadios hubo emotivas manifestaciones de simpatía hacia los diferentes equipos, que luego dieron las gracias a los seguidores colombianos por su magnífico apoyo.

Expectativas demasiado altas
Una gran decepción embargó el campamento de Uruguay, que al igual que Nueva Zelanda tendrá que viajar a casa antes de lo deseado al haber recabado solo dos puntos en su casillero. Después de los éxitos recientes de las selecciones uruguayas —la absoluta quedó cuarta en la Copa Mundial de la FIFA y se acaba de proclamar campeona de la Copa América, y la prejuvenil quedó subcampeona en la Copa Mundial Sub-17 en México— las expectativas en el país eran gigantescas. Y por eso tanto más grande ha sido la desilusión por la caída prematura. "Este es un momento doloroso para nosotros y, como comprenderán, el ambiente en los vestuarios es muy triste", señaló el entrenador Juan Verzeri con patentes dificultades para encontrar las palabras tras el último encuentro.
Seguro que también eran mayores las aspiraciones de Austria, que al igual que Panamá solo pudo adjudicarse un punto en el Grupo E. Los europeos en particular quedaron muy por detrás de las previsiones, habida cuenta de que hace cuatro años en Canadá llegaron hasta semifinales. "La calidad del equipo no era lo bastante alta para poder sobrevivir aquí", comentó al efecto el seleccionador austriaco Andreas Heraf con espíritu de autocrítica.

Lecciones en la maleta
De lecciones también hablaron el técnico de Panamá y el de la RDP de Corea. Estas dos selecciones, al igual que la de Austria, no consiguieron marcar ningún gol. "Es evidente que la presión de jugar en un Mundial era muy grande", resumió el seleccionador panameño Alfredo Poyatos en relación al desempeño de sus muchachos en Colombia.
Su homólogo norcoreano, a pesar del pobre rendimiento de su contingente, extrajo notas positivas de la actuación de sus pupilos. "Hemos recibido tres lecciones de tres grandes equipos: Argentina, México e Inglaterra", manifestó Jo Tong Sop. "Creo que esas lecciones nos ayudarán a seguir mejorando y a regresar con más fuerza en el futuro".
La escuadra de Malí se marcha sin puntos y sin goles a favor. En un grupo en el que también estaban encuadradas la anfitriona Colombia, la campeona sub-19 europea, Francia, y la República de Corea, el panorama se presentaba complicado desde el principio. Los africanos perdieron sus tres partidos por el mismo resultado de 2-0. El seleccionador, Sekou Diallo, quiso llevarse a casa los aspectos más favorecedores de la expedición: "Malí dispone de un equipo sólido, que se ha desarrollado en comparación con años anteriores. Desafortunadamente no hemos podido mostrar aquí nuestra mejor cara".
La lección que recibieron los australianos en su última jornada fue magistral. En el minuto 18, los Socceroos ya perdían por 4-0 ante el deslumbrante equipo español. Si al principio del encuentro Australia había saltado al césped con la puerta de la clasificación entreabierta, al cabo del primer cuarto de hora ya había quedado claro que su misión en Colombia había tocado a su fin. "Se acabó el Mundial para nosotros, pero fue una magnífica experiencia para los jugadores poder estar en este torneo", concluyó el entrenador Jan Versleijen a modo de resumen de la comparecencia de su equipo en el campeonato.

Venturas y desventuras
La selección de Croacia constató en sus propias carnes lo cerca que puede estar la alegría del sufrimiento. El conjunto balcánico, que abordó su campaña mundialista en Colombia con la máxima ilusión, terminó despidiéndose del certamen sin ningún punto en su casilla. En la que a todos los efectos fue una final por el acceso a octavos, los croatas sucumbieron ante el equipo revelación de Guatemala, que se clasifica para la ronda eliminatoria por primera vez en su historia. Mientras los jugadores guatemaltecos festejaban por todo lo alto el triunfo y el pase, los de la camiseta a cuadros se dejaban caer al césped incrédulos y abatidos, sin poder asimilar realmente lo que acababa de suceder. "La eliminación es dolorosa, porque teníamos grandes expectativas", declaró balbuciente el entrenador croata Ivan Grnja en referencia a su salida prematura de la competición. "Lo siento por la gente de Croacia, que esperaba mucho más de nosotros".
Dentro de un par de días, cuando la amargura por el fracaso deportivo se haya esfumado y predomine el regusto de todas las cosas sabrosas que disfrutaron, también los croatas repasarán con un brillo singular en los ojos su pedazo de vida en Colombia.