Desde la Ciudad Milagro
Hay periodistas que han pasado décadas como amanuenses de los todopoderosos y su actividad se ha circunscrito a la pecaminosa actitud de alzafuelles y botafumeiros.
Se hicieron a un discutido prestigio siendo aliados de los detentadores del poder y esquivos con la honestidad profesional. Por eso la historia reciente en el departamento del Quindío es pródiga en ejemplos de cómo no se debe ejercer esta profesión.
Por esa manía incestuosa con el poder, venga de donde proviniese, es que se han visto inmersos en conductas reprobables y siguen campantes como si nada les tocara.
Concubinato con la mafia que hizo presencia en los años setenta en el Quindío fue un hecho notorio que todavía no ha sido explicado por algunos que dictan cátedra en insulsos editoriales. Erigieron en notable héroe del empresariado local a un narcotraficante del que recibieron, al igual que Monseñor Castrillón, dádivas a cambio de la zalema y la genuflexión.
Muertes de niños y jóvenes reclutados por el dinero fácil eran vistas, por los que hoy pontifican sobre el ejercicio del periodismo, con indiferencia.
Era notorio que estaban comprados con la plata del tráfico y el vicio. Aun es recurrente el tema histórico de uno de los que hoy sigue con una muy limitada capacidad de escribir y que cree que es al único que le asiste el derecho a opinar, aunque mal lo haga, de llenar los bolsillos con los dólares del generoso hampón de la comarca. El gerente de Cebú Quindío para la época, llevaba los verdes a la oficina del campeón de la doble moral. Hoy critica y se siente autorizado para defenestrar de los que no actúan con similares desgracias. Por ahí circula un recibo de incalculable valor.
Salen a defender lo indefensable para tratar de quedar bien con los que han sido sus aliados naturales y aupan con sus precarios criterios los negociados y los latrocinios.
Como vaca ladrona no olvida el portillo no fue suficiente la escuela de los setentas para reciclarse y con evidente actitud de aliados de lo que sea y con quien sea, recibieron beneficios perniciosos hace muy poco de los nuevos herederos del capo aquel .Cuando el héroe de la Posada Alemana fue enviado en extradición salieron a limpiar su concubinato con un librucho que no resistió un basurero aunque por ahora está debiendo la nueva publicación sobre el que mandaron también a las mazmorras estadounidenses y que por extraña coincidencia dedicó parte de sus oscuros recursos a los hoteles de turismo.
Hoy la democratización de los medios de comunicación a través de esta irreemplazable tecnología nos permite a muchos opinar libremente. Es mejor que nos critiquen porque no hacemos periodismo cooptado por las mafias de cualquier índole y jamás de la mano de los narcotraficantes, bandidos o de los poderosos que tienen a esta pobre sociedad sumida en el caos.
Vergüenza debiera darles omitir información, pasar de agache con los delincuentes y salir a dictar cátedra de periodismo. Este si es un verdadero odio contra la sociedad .
Vale más caminar por los calles a pie, sin vanidades, sin tesoros patrimoniales con la frente en alto que codearse con la élite pútrida y no poder dormir porque la conciencia no permite espantar las pesadillas que ha dejado un precario periplo vital.
Deshonran el periodismo pero dictan cátedra de moral.
Ya viene en camino el libro sobre los de carne y hueso reveladoras historias no contadas de los detentadores del podercito en la comarquita.