17 de febrero de 2025

Brasileño de cuna y español de corazón

7 de agosto de 2011
7 de agosto de 2011

Maria Oliveira y su hija Andreia Moreno nunca olvidarán el 17 de julio de 1994. Aunque estuviesen a más de 6.600 kilómetros de su Río de Janeiro natal, dieron a Miami un sabor típicamente brasileño. Familiares y amigos se reunieron en el apartamento de Maria, todos ellos vestidos con el característico amarillo de la Canarinha. La televisión emitía fútbol, una carne deliciosa salía de la barbacoa y la cerveza estaba bien fría.
Cuando Roberto Baggio, en la acción más dolorosa de su carrera, envió a las nubes el penal que daba a Brasil su cuarto título de la Copa Mundial de la FIFA™, la euforia invadió a todos los presentes. A todos, incluido el niño pequeño de Andreia. “Solo tenía tres años, pero ya le apasionaba el fútbol”, declara Maria a FIFA.com.
Maria y Andreia siguieron desde el televisor el torneo de EE UU 1994. Ahora están presenciando la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA como espectadoras en los estadios, y son dos de los rostros más inconfundibles de Colombia. Visten las camisetas oficiales de su equipo, pasean una bandera enorme y sus gritos disparan los niveles de decibelios.
Pero, curiosamente, esas camisetas son rojas, y están decoradas con un escudo de armas, en lugar de cinco estrellas. No enarbolan la bandera del país sudamericano, sino de una nación europea. Y a quien animan es a España, no a Brasil.

Una vida marcada por el fútbol
Maria y Andreia, sin embargo, no son aficionadas que se hayan decantado repentinamente por el caballo ganador, seducidas por el apogeo futbolístico que vive España. Siguen a la Roja porque su número 9 llama a la una vovó (abuela) y a la otra mãe (mamá). Y Rodrigo es el niño carioca que festejaba aquel día entusiasmado el triunfo brasileño en Miami.
El fútbol le hizo mudarse a España a los diez años. Su padre, que se convirtió en su representante, viajó con él. En 2008 llamó la atención del Celta de Vigo. Un año más tarde, fichaba por el Real Madrid. Luego se incorporó al Benfica, y acaba de jugar en el Bolton Wanderers en calidad de cedido.
Pero ha ofrecido su mejor fútbol con la selección española, en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA. Contribuyó de forma decisiva al triunfo de los suyos por 4-1 sobre Costa Rica, al firmar un doblete, y, gracias a su habilidad con el balón en los pies y sus inteligentes movimientos, fue una pesadilla para la zaga ecuatoriana en el duelo que su equipo ganó 2-0, antes de presenciar desde el banco de suplentes la victoria por 5-1 sobre Australia, ya que una tarjeta más hubiese acarreado suspensión.

“Ver jugar a Rodrigo en el Mundial [sub-20] es el momento de mayor orgullo de mi vida”, confiesa Andreia. “No puedo explicar con palabras lo orgullosa que estoy de él. Para él el fútbol lo es todo, y esto es un sueño. Rodrigo es una persona maravillosa, y se ha esforzado mucho para llegar hasta aquí. Se lo merece de verdad”.
Maria, embriagada de orgullo, interviene: “Es lo más emotivo que he vivido nunca. Estoy abrumada. No me malinterprete, nos sentimos muy orgullosos de ser brasileños. Brasil es un país maravilloso, con gente maravillosa. Pero la familia siempre está antes que el país de uno, ¿no? Hemos acabado por amar a España, y también a sus hinchas”.
A Maria, Andreia y Rodrigo podría planteárseles un conflicto de sentimientos. Si todos los pronósticos acaban siendo correctos y Brasil y España superan respectivamente a Arabia Saudí y la República de Corea, su país natal y su tierra de adopción se cruzarán en cuartos de final.

Hijo, sobrino y primo de futbolistas
“¡Espero que no ocurra!”, exclama Andreia, con una pesada sonrisa. “Creo que Rodrigo se siente 50% brasileño y 50% español, aunque España se lo ha dado todo. Le encanta ese país. Se siente muy orgulloso de vestir su camiseta. Aunque resulte duro, haría todo lo posible por eliminar a Brasil. Y, por supuesto, yo lo animaría, a él y a España, con todo mi corazón. ¡Lo siento, Brasil!”.
Maria añade: “Si se enfrentan será bastante raro, ¡aunque Rodrigo puede contar con mi apoyo! Yo siempre he animado a Brasil con pasión, pero me estoy divirtiendo mucho al animar a España. En mi familia el fútbol lo es todo”.
Y en caso de que alguien necesite alguna prueba de que el fútbol es una religión en la familia, Rodrigo se refiere al ex defensor brasileño Adalberto como pai (papá), llama tíos a los campeones de EE UU 1994 Mazinho y Bebeto, y es primo de los jóvenes del Barcelona Rafinha y Thiago Alcántara.
Este último, nacionalizado español, recibió la semana pasada su primera convocatoria de Vicente del Bosque. En caso de que juegue ante Italia (irónicamente, su país de nacimiento), emulará a Heraldo Bezerra, Donato, Catanha y Marcos Senna, al convertirse en el quinto brasileño que compite con la selección absoluta de España.
Y si Rodrigo mantiene el excelente nivel que está mostrando en Manizales, no tardará mucho en ser el sexto. Maria envía un mensaje a Mano Menezes, por si el seleccionador de Brasil piensa en abortar esa posibilidad.
“Rodrigo está muy orgulloso de ser brasileño, pero se ha enamorado de la selección española”, señala. “Está muy orgulloso de vestir esa camiseta, y le encantaría hacerlo también en la categoría absoluta. No creo que vaya a jugar con Brasil”.
Aunque el tiempo dirá si tiene que tomar esa decisión, Rodrigo se halla concentrado en el presente. Y su meta más inmediata es alzar un llamativo trofeo de plata con un toque azul marino el 20 de agosto en Bogotá. Aunque eso suponga tener que derrotar antes a sus compatriotas brasileños.