No tomarnos demasiado en serio
Cuentan la historia de un joven ejecutivo, salido apenas hace dos años de la Universidad, a quien encargaron de un proyecto mixto del gobierno y el sector privado al que le puso todo su mejor empeño para sacar adelante. Trabajó palmo a palmo con otras personas y coordinó las más óptimas acciones para llegar a la inversión requerida, la cual incluía aportes en dinero y un lote de terreno.
Todo estaba listo y el éxito se veía venir hasta que el día de la firma de la escritura de constitución los dueños del lote “sacaron el bulto”. Para que fue eso, Dios mío!!!!. Este muchacho se angustió en demasía y corrió a ver a una de las personas con las que estaba trabajando en el empeño. Al llegar a la oficina de quien era un hombre mayor y de gran experiencia, este le dijo luego de mirarle su cara de desespero. No se preocupe que esto no es el fin del mundo y si el proyecto toca aplazarlo no es su culpa y por lo tanto no es para nada conveniente que cargue con el peso de un fracaso, que no existe aun, ni es suyo, y el cual tampoco está bajo su control. Mejor dicho: no tome las cosas tan en serio, ni las vuelva personales.
El muchacho se calmó y la sociedad arrancó sin la participación del dueño del terreno. El proyecto demoró un poco en su terminación y finalmente lo sacaron adelante. Lo mas importante de esta anécdota es que el joven aprendió la lección y entendió que por más que se luche, a veces hay factores que no dependen de uno, y que por lo tanto resulta inútil desestabilizarse por aquello en lo cual no se tiene control.
Y no tomarnos tan en serio no quiere decir que no seamos responsables. No, ese no es el mensaje. La enseñanza es que hay que actuar con prontitud y excelencia, pero si al final las cosas no nos salen, pues a levantar cabeza y a seguir para adelante con la frente muy en alto, teniendo en cuanta el valor tan grande que tiene para cada individuo su propia paz y serenidad, ya que sin ellas la necesaria sabiduría en la toma de decisiones, no será nada fácil de alcanzar.
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Miami, mayo 22 de 2013