Las infortunadas salidas del Ministro
Hace un mes le recordó a los pequeños y medianos campesinos de las zonas inundadas que debían pagar el impuesto predial sin importar cuál fuese su situación de calamidad, y el pasado martes volvió a encender la hoguera en una entrevista para Portafolio con la siguiente declaración: “Vamos a imitar a Perú y si eso no funciona imitaremos a otros, hasta que funcione”, refiriéndose a la estrategia del Gobierno Nacional para hacer crecer el sector agropecuario en Colombia. (Como si se tratara de un experimento con ratas). Qué futuro el que se le viene a los más de 11 millones de productores del campo con esta incertidumbre de la política de desarrollo rural.
Este tipo de declaraciones, sumadas al pánico de los funcionarios públicos y al difícil acceso a los incentivos de los programas, Desarrollo Rural con Equidad –DRE- y Ola Invernal, son los culpables de la inmovilización de la locomotora agropecuaria. Los indicadores de gestión muestran unos resultados bastantes flojos. Según las estadísticas de Finagro, entre enero y abril de este año el crédito agropecuario cayó en más de 200 mil millones de pesos respecto al mismo periodo del 2009. Por su parte, el Banco Agrario presentó una caída en sus créditos al sector por más de 53.000 millones frente o en mismo periodo del año pasado. Estos desplomes del crédito agropecuario tienen una relación directa en la reducción de la superficie cosechada y la producción de alimentos. Ahora no me vengan con el cuento que este pobre desempeño es por culpa del invierno.
Señor ministro Echeverri, la Política de Estado debe ir más allá del mandato de un Gobierno determinado y debe procurar ser la expresión de una visión que compartan los ciudadanos acerca de aspectos esenciales que tienen que ver con sus formas de vida y con sus formas de organización como Nación. No la copia de cualquier modelo de desarrollo rural de los países vecinos.
En nuestro país estamos completamente convencidos que las dificultades de los agricultores no deben ser resueltas repartiendo subsidios de forma injusta sin tener en cuenta la buena gestión de unos frente a la mala gestión de los otros, sino a través de una política integral agrícola acordada con el sector empresarial de tal manera que ayude a contrarrestar y eliminar las causas de las ineficiencias del negocio agropecuario.
La principal causa del subdesarrollo rural es la insuficiencia de los conocimientos que tienen nuestros campesinos porque sus padres no tienen las condiciones de enseñar a sus hijos aquello que ellos mismos jamás tuvieron siquiera la oportunidad de aprender.
El problema del estancamiento en que se encuentra el sector agropecuario se resuelve implementando un programa de educación rural a través de las escuelas básicas rurales, que son la única oportunidad en sus vidas de adquirir las competencias que les permitirían eliminar las principales causas internas del subdesarrollo rural, aplicar la corrección de sus propias ineficiencias y hallar la solución de los problemas que ocurren en sus hogares, en sus fincas y veredas. Además se debe diseñar un esquema ágil de financiamiento con libertad de tasa de interés, incentivos y cobertura de garantías a los créditos sustitutivos de la banca privada, la puesta en marcha de un sistema de seguros agrarios, la privatización de la asistencia técnica, la promoción de las alianzas estratégicas productivas y un plan de vías rurales. La solución está en casa ministro, no se mate la cabeza buscando modelos de otros países. No sea que termine importando el esquema agrícola de Chávez.El Heraldo.