20 de abril de 2024

¿Había que llegar a esto?

25 de abril de 2011
25 de abril de 2011

Había que llegar al punto en que está hoy el equipo de la ciudad, último en la tabla de posiciones con un solo partido ganado y tan solo seis puntos, y primero en la lista del descenso a once puntos del América y trece del Envigado y el Itagüí, para que el entrenador se hiciera a un lado o los responsable del onceno Matecaña lo separaran del cargo y le consiguieran reemplazo.

¿Cuánto le significó esto en imagen a la ciudad y en pesos y en desgaste económico al Deportivo Pereira? ¿Por qué insistir tanto en una persona que no daba muestras de conocimientos, ni de ascendencia sobre los jugadores, ni de formación para ello, ni de tener una estrategia clara para sacar al equipo de la difícil posición en que se encuentra, ni mucho menos de estar avanzando en el proceso de ajuste y engranaje de todas las piezas de la organización?

Si se hubiera tenido la misma persistencia con el profesor Quintabani, que sí hizo un trabajo serio y bueno, y que se le vieron rápidamente los frutos, con seguridad la situación del equipo sería otra muy distinta y la afición no estuviera ante el desconsuelo de un nuevo fracaso y de una amenaza latente de ir al descenso.

Por fortuna se resolvió rápidamente la interinidad, y llega ahora una persona experimentada en estas lides de conducir equipos de fútbol, con una amplia trayectoria en el fútbol colombiano, con muchos conocimientos y con no pocos éxitos a sus espaldas. El reto que tiene en frente no es pequeño y él lo conoce suficientemente bien. Sabe que desde el primer partido hay que ganar terreno, si lo que se quiere, que nos imaginamos que así sea, es no dejar caer el equipo en el descenso y prepararlo para el segundo torneo del año.

Esto, de todas maneras, no libra a los directivos del Deportivo Pereira del juicio que les debe hacer la ciudad por el cúmulo de equivocaciones, por la negligencia para asumir su responsabilidad, por la terquedad para resolver un problema que estaba acabando con la institución y por la desfachatez con que se manejó unos señalamientos que todos los hacían y eran evidentes para toda la afición. No se puede olvidar que así el equipo esté en manos particulares, la insignia y la ficha son de todos los pereiranos.