A prender la locomotora de los TLCs
Por su parte, la industria cedió en su participación, al pasar de 37% de las ventas totales a un 26% en el mismo período. La agricultura también vio reducida su participación del 18% al 11% en la canasta exportadora nacional.
Así lo indica un estudio del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, al señalar que la inexistencia de registros en el DANE sobre las exportaciones del sector servicios no permite el análisis de sus actividades exportadoras que presentan una evolución positiva, según informes sectoriales.
“Esta estructura de nuestras ventas externas refleja la dinámica exportadora del sector minero – energético que el país experimenta, en particular desde el año 2008; el impacto de la revaluación y la crisis del mercado venezolano para la industria nacional; así como la pérdida de oportunidades del sector agropecuario en una coyuntura internacional caracterizada por los altos precios de los productos básicos”, señala el informe del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas.
Una “década perdida” en diversificación
Para Saúl Pineda, director del CEPEC del Rosario, “el país concluyó una década perdida en materia de diversificación de mercados y productos, que hace necesario, ahora más que nunca, que el gobierno y los empresarios prendan una nueva locomotora de los TLCs. No basta con diversificar mercados a partir del petróleo y el carbón, que prácticamente no requieren de acuerdos comerciales”.
El informe muestra que el país ha tenido muy pocas variaciones en relación con los tres países en los cuales se había concentrado recientemente más del 60% de las exportaciones nacionales (Estados Unidos, Venezuela y Ecuador). La única diferencia significativa que se observa en el período 2000 – 2010, es la aparición de China como segundo destino de las exportaciones nacionales y la relegación de Venezuela al quinto lugar entre los socios comerciales.
Estados Unidos, país con el cual aún se conservan expectativas en torno a la aprobación de un TLC en su congreso, presentó un crecimiento constante en el período en consideración, lo cual le permitió a Colombia alcanzar cerca de 17.000 millones de dólares de ventas en ese mercado, aunque ciertamente con una tendencia a la mayor concentración en productos básicos como el petróleo, el carbón, el café y las flores, estas últimas grandes beneficiadas con las preferencias del ATPDEA.
China, por su parte, solo aparece en el radar de los exportadores colombianos desde el año 2009, en directa relación con su alta demanda por “commodities”, que le representó al país ventas cercanas a los 2.000 millones de dólares en ese mercado durante el año 2010, especialmente de carbón, petróleo, hierro, acero y cobre.
En materia de productos, el balance no puede ser más desalentador: los diez principales rubros, que representaban el 60% de las exportaciones en el año 2000, en la actualidad concentran el 68% de las ventas externas de bienes, solo con algunas variaciones en la canasta que está conformada en su totalidad por productos básicos.
¿En que van los acuerdos vigentes?
El informe se concentra en una evaluación preliminar de los flujos comerciales asociados con aquellos acuerdos que han entrado en vigencia entre el 2005 y el 2010.
El Acuerdo de Complementación Económica (ACE 59) entre MERCOSUR, por un lado, y Colombia, Venezuela y Ecuador, por otro, entró en vigencia en el 2005. Desde entonces las exportaciones del país al Mercado Común del Sur se han multiplicado por seis hasta alcanzar los 1.195 millones de dólares en 2010, especialmente en carbón térmico y coque, plásticos, neumáticos y, en menor medida, petróleo, con evidencias de diversificación en algunos productos en relación con Venezuela. Se destaca el hecho de que la balanza comercial del país es cada vez más negativa con el Mercosur hasta alcanzar los 2.770 millones de dólares en el último año.
Por su parte, el tratado comercial suscrito entre Chile y Colombia en noviembre de 2006 –que fue la profundización de un acuerdo previo- entró en vigencia el 8 de mayo de 2009. Las exportaciones colombianas con destino a ese país crecieron tres veces desde mediados de la década pasada, hasta alcanzar cerca de 1.000 millones de dólares el año anterior. En la actualidad, además de petróleo y hullas térmicas, se nota una importante presencia de productos colombianos del sector de azúcares y artículos de confitería en ese mercado y, en menor medida, plásticos, papel y cartón, al tiempo que el país disfruta de la importación, a precios muy razonables, de los excelentes vinos chilenos. Hoy Colombia presenta una balanza comercial positiva de 170 millones de dólares con la nación austral, fundamentalmente asociada a nuestras ventas de productos minero-energéticos.
Finalmente, el TLC con los países del Triangulo Norte de Centro América (Honduras, El Salvador y Guatemala), entró en vigencia para todas las naciones en marzo de 2010. Se destaca el casi inmediato repunte de estos mercados para las exportaciones colombianas que pasaron de 306.8 millones de dólares en 2009 a 560.8 millones de dólares en 2010, con una balanza comercial ampliamente favorable para Colombia. De nuevo, el sector más importante es el de los combustibles, aunque se nota una importante diversificación en productos industriales como medicamentos, plásticos y productos cosméticos.
“El balance inicial de estos acuerdos puede ser prematuro, pero resulta interesante si se tiene en cuenta la incertidumbre vigente en torno a un TLC con los Estados Unidos y la casi segura alza general de aranceles que nos espera en Venezuela durante el próximo mes de abril, sin que se avizore en el corto plazo un acuerdo comercial que reemplace el de la Comunidad Andina”, concluyó Saúl Pineda.