«Ahora soy siquiatra de mi mismo».
Está ejerciendo su profesión de siquiatra en primera persona. “Soy siquiatra de mí mismo”. Y no ha pensado, por lo pronto, consultar a uno de sus colegas: “Por ahora me he encomendado a Dios. Es el médico del alma. Me da paciencia, tolerancia, tranquilidad de espíritu para enfrentar esto y para yo mismo incentivar las investigaciones, motivarlas”.
Y en su tono pausado explica: “No estaba muy preparado para enfrentar tanta discusión después de salir del cargo. Fui un poco ingenuo, me imaginé que uno le prestaba un servicio a la patria y después volvía a la actividad privada como si nada.
Estoy asombrado, aunque resulte risible decirlo. Me han hecho acusaciones terribles. Un señor de las autodefensas, que nunca se desmovilizó, salió en noticias 1 a acusarme de recibir plata de los narcotraficantes. Eso es una infamia. Tengo entendido que alias El Alemán hace dos meses también salió a decir que yo tenía que ver con el asesinato de Castaño. Muchas infamias van surgiendo.
Me estoy llenando de prudencia y responderé a todo con el mayor gusto, con la mayor disciplina, con el mayor cariño, sin ponerme paranoico, sabiendo que hay cosas demasiado injustas. Cumplí una responsabilidad y tengo que ponerme a disposición de las autoridades y estar atento a los medios. Creía que esta etapa de mi vida ya había quedado atrás, pero no es así. Todos los días se aprende, este es mi aprendizaje del día de hoy.
CUANDO LOS DELINCUENTES ACUSAN
¿Considera usted que se debe poner algún coto o algún límite a esas declaraciones y denuncias de los delincuentes y a la misma credibilidad que se les concede?
En el año 2006 di una entrevista que generó una polémica terrible porque fue mal entendida. Me preguntaba si estábamos preparados para evaluar bien, cuando alguien desde una cárcel levante un dedo y señale a una persona. ¿Estamos en capacidad de manejar todas estas denuncias? ¿Vamos a poder ser justos al evaluarlas? O esto se va a convertir simplemente en una cacería de brujas y en una picota pública. No fue bien recibido el asunto y nosotros tenemos que acoplarnos a lo que hay.
Obviamente hay un apetito de estos señores que están en las cárceles de decir cosas, porque los vuelve protagonistas, además de recibir algunos beneficios. Personalmente creo que el tema hay que mirarlo con beneficio de inventario.
Conversé mucho con ellos. Y no podemos olvidar quiénes son. Estaban al margen de la ley. Con una enorme facilidad han matado y lo han negado, han mentido. No quiere decir eso que todo lo que digan sea mentira, pero no podemos pensar que lo que se alberga en su corazón es un sano deseo de verdad. Ahí puede haber resentimientos.
Lo que aquí debe haber es un gran trabajo de parte de las autoridades judiciales para evaluar cada circunstancia. A nosotros, a los que fuimos funcionarios, nos toca enfrentar esa dinámica en los medios. Me han dicho los abogados que no es correcto que me entere de una investigación por los medios de comunicación, pero yo para qué me voy a quejar si esa es la dinámica de la democracia en el país.
Quienes tuvimos una vida pública, debemos enfrentar simultáneamente una defensa legal y también un debate público, creo que las dos cosas no son contradictorias. Pero hay que generar prudencia, que no haya polarización porque creo que la polarización nos hace daño, no nos conviene.
¿Cree usted que se han cometido injusticias, abusos, excesos en desarrollo de este planteamiento que nos está haciendo en el sentido de conductas psicopáticas de algunas de estas personas detenidas?
¿Cree que hay gente en la cárcel pagando por estas conductas y mentiras de los otrora delincuentes hoy encerrados?
Es posible que sí. Pero no quisiera entrar a controvertir a la justicia. No me queda bien el papel. A ellos les despertamos un apetito por confesar, por señalar, cuando lo que había en esa estructura de las autodefensas era todo lo contrario, la ley del silencio. Nosotros invertimos eso, con un proceso centrado en la justicia los obligamos a que empezaran a hablar, y cada vez que uno de ellos habla tiene todo el registro noticioso. Eso es tentador y si uno tiene por allá un pequeño rencor usa los medios para hacer daño.
¿Y afortunadamente se salvó de la política.
Yo me retiré de la política, fui Presidente del Partido de la U. Decidí insistentemente renunciar. De verdad no tuve cuero para eso. Usted conoce también ese medio. Me sentía raro en la política, no entendía nada y tal vez llegué muy iluso, muy romántico, creyendo que se podían hacer grandes debates, que podíamos ambientar una gran discusión ideológica hacia el nuevo gobierno; pero me di cuenta de que no. No era lo mío, no me sentí satisfecho y me retiré completamente del ejercicio político. No estoy ahora en nada, no hago parte de la unidad nacional, soy un simple ciudadano que mira desde la calle las cosas y valora las cosas buenas del gobierno pero no estoy en ninguna dinámica política.
LA REUNION CON “EL TUSO”
-Cómo fue su reunión con alias “El tuso”, de la cual habla el delincuente en una grabación?
“Hay cosas ciertas y cosas falsas. Yo me reuní a mediados del año 2005 con alias Danielito, encargado de la desmovilización del bloque guerrillero de Granada, una estructura bajo el mando de Berna. Estaba en ese momento bajo control de las autoridades y con el compromiso de desmovilizar sus estructuras. Alias Danielito me dio unas coordenadas para una reunión. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que era un sitio muy cercano. Allí él me planteó algunos temas que tenían que ver con la desmovilización, pero también me habló de alias El Tuso, que había sido excluido por parte del Presidente del proceso en septiembre del año 2004. Yo le dije que ese tema estaba cerrado, que ese era un asunto sobre el cual el Presidente ya había tomado una decisión.
Terminada esa reunión donde estaba presente Miguel de la Espriella (quien no participó en ninguna discusión) le trasladé el asunto al Presidente Uribe. “Dígale a ese señor que se desmovilice, pero que se entregue inmediatamente a la justicia de los Estados Unidos”, dijo el mandatario. Se le mandó el mensaje a este señor con alias Danielito. El tuso rehusó desmovilizarse y hasta ahí llegaron las cosas.
Él dice que supuestamente entregó plata para que se diera esa reunión. No lo sé. Que lo investigue la fiscalía. Que esa reunión se hizo con el conocimiento del presidente. Falso. Dice además que en ese momento él tenía orden de captura. Cierto. Él tenía orden de captura y por supuesto que estaba por fuera de la ley. Creo que eso es lo que puedo decir sobre esa reunión.
-Sabía usted que iba en un helicóptero del conocido Guillo Angel, antiguo colaborador de Pablo Escobar?
No. Jamás tuve que ver con contratación de helicópteros. Jamás me monté en un helicóptero de un particular. Yo delegaba la contratación del helicóptero en la parte administrativa de presidencia. Ellos lo hacían por contratación pública, o sea que sobre eso debe haber documentos.
Al señor Guillo Ángel no lo conozco personalmente y por supuesto el asunto de que de pronto él me llevó… hay que desvirtuarlo completamente.
“EL TONITO UTILIZADO POR EL TUSO”
¿De dónde vienen las suspicacias y el escándalo sobre su reunión con alias “el tuso”?
Cuando uno escucha la grabación de “El Tuso”… él le pone salsita y suspicacia, como dando a entender que hay algo ilegal. Eso era muy propio de estos señores de las autodefensas, ponerle cierta malicia a todo y dar a entender –casi siempre- que había negocios bajo la mesa. Tenían un gran poder de corrupción. Ellos siempre consideraban que todo mundo tenía un precio, que todo era comprable. De ahí, seguramente el tonito que le pone.
Además creo que puede haber algo de maledicencia en ciertas personas que quieren hacerme daño. O ciertas personas que es obvio que quisieran hacerle daño a la obra del presidente Uribe.
Nosotros no nos podemos poner paranóicos y ante los ataques responder también con ataques anónimos. Nos corresponde como funcionarios que fuimos, serenamente dar las explicaciones del caso y enterar a la opinión pública de los hechos. Lo que corresponda a la verdad. Lo que sea de investigar que lo investigue la justicia.
Es decir que lo que dice El Tuso no es tan grave, sino el tonito.
Si. Él le pone un tono que da a entender como que sobornó a unas personas para que el Presidente de la República diera autorización para yo reunirme con él. Eso es falso. Si el repartió plata y esas personas lo recibieron, que lo investigue la fiscalía. Nadie tenía que dar un soborno para que yo me reuniera con alias Danielito, la persona con la que yo había convenido reunirme.
Dijo algo que sí me pareció grave. Que en esa época a pesar de tener orden de captura, se mantenía en zona de ubicación temporal y que eso lo conocían muchas personas de las autodefensas. Me parece muy delicado.
Eso lo conozco hasta ahora, que él permanecía en la zona de ubicación y los comandantes paramilitares sabían eso. Por supuesto estaban contradiciendo una orden presidencial y era que este señor no podía estar en este sitio. Él lo dice allí como con cierta picardía. Eso llamó la atención y por supuesto, de ser cierto, hay una falla de todos frente al gobierno.
¿En qué medida puede haber falla suya al estar en una reunión con un persona, porque todos los personajes con los que yo me reunía tenían orden de captura encima. Alias Danielito tenía más que alias El Tuso. De hecho existe una norma dentro de la ley, que está vigente en la llamada ley de orden público que hace poco prorrogó el Congreso, que dice expresamente que quien cumple estas labores de paz, en este caso el comisionado, no incurre en delito penal por reunirse con señores que tienen estas órdenes de captura.
LOS FALSOS DESMOVILIZADOS
-¿Cuál es su responsabilidad en una supuesta desmovilización de falsos delincuentes?
Permítame un recuento muy sucinto. Esa fue una desmovilización atípica en el sentido de que fue una desmovilización de una estructura de las FARC. Lo usual durante mi gestión fueron las desmovilizaciones de las autodefensas, que yo las pactaba directamente con los jefes de estas estructuras y por supuesto tenía un conocimiento directo y de primera mano de lo que acontecía.
En este caso nosotros avalamos un proceso que venía adelantando el Ejército, a raíz de información de inteligencia. Ellos me informaron a finales del 2005 que una persona que estaba en la cárcel les había ayudado, para que una estructura urbana de las FARC en Ibagué, el frente Norma Patricia Galeano, entregara las armas. Eso fue avalado por la Sexta Brigada. Nada me generó sospecha, me pareció que evidentemente él era un hombre que conocía muy bien a las FARC y así lo decían sus expedientes judiciales.
Lo único que deslució ese día fue una información sobre un avión, que resultó incorrecta. Ahora me ponen a mí como si yo hubiera hecho un montaje para la desmovilización. Falso. Jamás hice coordinaciones con Olivo Saldaña. Jamás lo visité en la cárcel.