28 de marzo de 2024

¿Legalización la mejor opción?

16 de febrero de 2011

Con fecha 19 de Julio de 2001, el Suscrito, a raíz de una investigación realizada por el ex embajador del Reino Unido en Colombia, – Keith Morris, sobre el tema del cultivo, industrialización, comercio y consumo de droga en Colombia proponiendo su legalización,  escribió un artículo de opinión en el entonces semanario el Espectador titulado: Se abre el debate, sin embargo, la respuesta del presidente de la época, Andrés Pastrana Arango, no se hizo esperar, manifestando que “en su Gobierno,  no, se legalizaría la droga”. Desde entonces, han transcurrido casi diez años y mucha el agua que ha corrido por debajo del puente. Ahora que el tema aparece nuevamente sobre el escenario nacional e internacional, manejado con más seriedad por varios ex presidentes e intelectuales Latinoamericanos, valdría la pena abordarlo con más sentido de responsabilidad y madurez de cara a la realidad que estamos viviendo con connotaciones de por sí muy preocupantes, puesto que, señalan altos índices de no querer ceder por la vía de la justicia.
Desde luego, que para tomar una decisión de tamaña magnitud, se requiere de todo un proceso y estudio sobre cuales, han sido los efectos reales de la lucha contra el narcotráfico en los últimos veinte años y cuales los resultados favorables que tenemos hasta la presente fecha, que a decir verdad, no obstante la acción de las autoridades, parece ser bastante precario no solo en Colombia, sino en todo el mundo.
En lo que respeta a nuestro País, tenemos que aceptar que el recorte que viene haciendo desde hace cuatro años, el Gobierno de los Estados Unidos al presupuesto del Plan Colombia, destinado básicamente a la lucha contra los cultivos ilícitos, es bastante preocupante, pero, considero que hay que entenderlo como un mensaje de no querer aportar más presupuesto, con tan pobres resultados que saltan a la vista. Los pronunciamientos hechos en los últimos días por el Presidente Juan Manuel Santos, sobre la posibilidad de legalización, también allana el camino para buscar nuevas alternativas tendientes a combatir el flagelo de las drogas con instrumentos más eficaces desde el punto de vista pedagógico.     
Hay que ser realistas y debemos aceptar que el negocio del narcotráfico, es el que tiene fortalecido a los grupos alzados en armas, fomenta la corrupción, ha sido la bandera de los paramiliatres y de muchas otras organizaciones criminales, que prácticamente tienen acorralada  la población Colombiana. Nuestros campesinos son los que más han padecido este flagelo, muchas veces al encontrarse en medio del fuego cruzado entre la guerrilla y las Fuerzas Armadas,  tienen que abandonar sus parcelas, dejarlas a la  buena de Dios, para finalmente refugiarse en los centros urbanos fortaleciendo los cinturones de miseria.  
Muchos se preguntarán y entonces ¿qué debe hacerse? Considero que la mejor forma para abordar tan delicada problemática, que prácticamente invadió todas las instancias sociales y de nuestro Estado de Derecho, es: La Legalización con pedagogía y concientización. Es igual al procedimiento que se utilizó para hacer frente al inicial consumo de licor y de otros factores de menor perturbación social como el cigarrillo.
No olvidemos que la mejor arma para combatir una endemia social, es la educación, pero hay que iniciarla desde temprana edad,  en los claustros de enseñanza, creando conciencia en  educadores y padres de familia para que juntos empiecen a generar programas didácticos y de comportamiento. Parte de esta responsabilidad le cabe desde luego al Ministerio de Educación Nacional, para que regrese a las aulas la cátedra de principios y valores, pilares fundamentales sobre las cuales debe construirse toda sociedad perdurable, culta, pacífica y organizada.

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