Redacción chueca, aperturar, tal como
La agonía de la primera década del siglo XXI nos obsequió no sólo agua en cantidades incontrolables, sino también esta muestra de cómo no redactar: “La geografía causada por la tragedia del invierno en Colombia continúa avanzando implacablemente por todo el territorio nacional, en su triste seguidilla el invierno, vemos cómo los ríos se desbordan” (Óscar Tulio Lizcano, LA PATRIA, XII-31-010). Está tan mal redactado este período que no vale la pena corregirlo. Lo más aconsejable es desarmarlo por completo (como si se tratase de un texto empastelado), devolver todas y cada una de sus letras a la respectiva caja del chibalete y componer otro diferente con la misma idea. Analice, señor, y verá: el verbo principal (“continúa avanzando”), cuya acción ejecuta un sujeto inapropiado (“la geografía”), debería tener como sujeto lógico a “el invierno”, que se encuentra desubicado en una frase incidental sin sentido. Las otras palabras -verbos, adverbios, adjetivos-, que aparentemente hacen de sujetos, predicados y complementos, deben ser dejadas en el diccionario para otra oportunidad o para la recomposición de esa oración, por ejemplo, de esta manera: “El fuerte invierno que azota a Colombia por estos días ha causado tragedias desmesuradas; ha hecho que los ríos se salgan de su cauce; y ha obligado a la modificación de la geografía en algunas regiones”. U otra por el estilo, porque hay mil una formas más de expresar lo mismo. Hay otros ejemplos de ‘redacción chueca’, por supuesto, pero con el escogido es suficiente para hacer hincapié en la obligación que de hacer ‘borrador’ tienen los que escriben por oficio, para así corregir lo escrito tantas veces cuantas fueren necesarias hasta lograr un producto digno de ser entregado a los lectores. **
El sacerdote vicentino, Mario García Isaza, me cuenta lo siguiente: “Me llegó una caja enviada desde Suiza, que traía una cinta con esta leyenda: ‘La Aduana Nacional de Colombia advierte que este paquete fue aperturado por la autoridad” (XII-23-010). En castellano no existe el verbo ‘aperturar’; tampoco, por lo tanto, su participio pasivo, ‘aperturado’. La nota no dice si el paquete fue ‘abierto’ en Colombia o en Suiza. Si en este último país, sería muy extraño, puesto que en francés (idioma que hablan en ese país, junto con el alemán y el italiano), ‘abrir’ se dice ‘ouvrir’; si en el primero, no se justifica, porque en este inundado país nadie dice ‘aperturar’ por ‘abrir’, a no ser que se trate de un personaje ciento por ciento esnobista y desorientado. Los paisanos decimos ‘abrir’, y, para la advertencia de la Aduana, usamos su participio pasivo o un sinónimo, verbigracia, “fue abierto, roto, destapado o violado” por la autoridad. Nota: Aunque proceden del mismo verbo latino ‘aperire’ (cuyo participio pasivo es ‘apertum’), y tienen el mismo significado primario (“acción de abrir”), la costumbre les ha dado a los sustantivos ‘abertura’ y ‘apertura’ algunos significados diferentes, así: Al primero, “boca, hendidura, agujero, grieta”; al segundo, el “acto de dar principio, o de volver a dárselo, a los estudios de una corporación, a los espectáculos de un teatro, etc.”; también, la “actitud favorable a la innovación, actitud de transigencia en lo ideológico, político, religioso, etc.”. En óptica, para señalar el diámetro de una lente, se emplean los dos vocablos. No obstante todo esto, no se puede decir ‘aperturar’ por ‘abrir’, ni ‘aperturado’ por ‘abierto’. ¡No, señor! **
La expresión ‘tal como’ se emplea especialmente en frases que encierran alguna comparación (equivalencia de cualidad), por ejemplo, “la encontré tal como la dejé”, vale decir, “la encontré en el mismo estado en que la dejé”. No se le debe, pues, intercalar la conjunción copulativa ‘y’, no sólo redundante sino también entremetida. Dos muestras, tomadas de LA PATRIA, ilustran el asunto: “En esto, tal y como el Gobierno Nacional se ha comprometido, lo primero ha de ser agilizar los mecanismos para reunir recursos…” (Editorial, I-5-11); “Tal y como se esperaba, Soto (ex guerrillero) fue elegido (como presidente del Parlamento venezolano) en la primera decisión…” (Mundo, Pulso, I-6-11). “Tal como”, la expresión correcta. Ya en mayo de 2002 me había referido a este solecismo de la siguiente manera: Es una expresión semejante a ‘tal cual’, y que expresa una equivalencia de cualidad, muy parecida a ‘tanto como’, que manifiesta una equivalencia de grado y a la que no se le puede intercalar la conjunción, por ejemplo, “lo escribió muy bien, pero no ‘tanto como’ para que tengamos que exclamar ¡mejor, imposible!”. Por consiguiente, ‘tal y como’ es una expresión equivocada, que no pueden justificar quienes la usan, ni la naturaleza del idioma, ni su dinámica, ni la posibilidad de aplicar los errores del vecino al enriquecimiento del lenguaje. Elemental.