7 de diciembre de 2024

Gobierno declaró Zona de Calamidad al barrio La Gabriela

6 de diciembre de 2010
6 de diciembre de 2010

Esta declaratoria se toma como medida administrativa con el objeto de que todas las autoridades puedan tomar las decisiones  necesarias,  se acopien los mayores recursos posibles y se coordinen  de mejor forma las tareas de atención  a esta crisis invernal en todo el territorio.

“Todas las personas afectadas que hagan parte del censo van a recibir un estipendio para costear sus arrendamientos en el tiempo que transcurra hasta que el programa de vivienda logre efectuarse y les sean entregadas sus viviendas. Lo primordial ahora es la tarea de completar el rescate de las personas y de tomar las previsiones para que ningún otro sector tenga que enfrentar otra calamidad”, dijo el Ministro Vargas Lleras.

El alto funcionario también manifestó que el Ministerio del Interior y de Justicia se compromete a sacar adelante este proyecto de vivienda para las familias afectadas, y a entregar la ayuda humanitaria necesaria para atender a los damnificados. Ratificó que desde de inmediato esta cartera comenzó a suministrar los alimentos y equipos necesarios para aprovisionar los albergues.

“El Ministerio del Interior  entonces con las autoridades locales, contribuirá con el albergue a costear los arrendamientos y a brindar la más elemental atención humanitaria a las personas que aquí se encuentran contribuyendo también a que se agilicen las tareas de rescate”, sostuvo.

El Ministro Vargas Lleras hizo dos llamados urgentes: el primero, para que las familias de los sectores vecinos al lugar de la tragedia tomen las precauciones necesarias de manera que pueda evitarse un hecho como el de ayer. El segundo, para que todos los colombianos se solidaricen con las personas que lo han perdido todo como consecuencia de un invierno que ha ocasionado estragos en todo el país.

“Invitamos a las personas que están  en las veredas aledañas a que se vinculen al programa, a que no tomen este riesgo. Nadie comprendería que por falta de prevención esto se repita. Sea esta una vez más para convocar la solidaridad de todos los colombianos. El Gobierno está haciendo un enorme esfuerzo y ya está sobrepasando sus posibilidades. Es muy importante que los colombianos en este momento nos unamos con cierto criterio de solidaridad y contribuyamos también a atender esta enorme tragedia”, recalcó.

El jefe de la cartera política anunció que el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, estará en la zona de la tragedia a primera hora de este martes donde liderará todas las acciones de su equipo en coordinación con la Gobernación de Antioquia.

Muchos de los familiares y vecinos hicieron parte de las labores de rescate 

EL MUNDO, MEDELLÍN

Con las primeras horas de claridad se pudo observar el caos que se generó por todas las personas que buscaban a sus familiares y que querían participar de la búsqueda.

En medio de un llanto incontenible y la rabia por no poder acercarse al lugar donde se realizaba el rescate, Sindy García en compañía de algunos familiares de su esposo, pedía desesperadamente a varios policías que le ayudaran a sacar a sus parientes, antes de que murieran bajo la tierra.

Como ella, muchas otras personas cuyos familiares o conocidos quedaron atrapados por el derrumbe, guardaban la esperanza de que fueran rescatados con vida, a pesar de las innegables dimensiones de la catástrofe y de que hubiera pasado más de 24 horas del suceso.

Con la llegada del día, la luz fue mostrando la magnitud del deslizamiento, que tapó a unas 40 viviendas que habían a su paso, lo que originó que cientos de familiares, amigos y vecinos se hicieran presentes durante la mañana y la tarde para ofrecer su colaboración con palas y picos en mano.

De igual manera, la recuperación de cada cuerpo se convirtió en una tortura para las familias, que rogaban terminar con la incertidumbre de saber sobre sus seres queridos, además del difícil proceso de identificación por el que muchos tuvieron que pasar ayer, en la improvisada morgue que se acondicionó en el lugar.

Una pérdida numerosa

La de la familia García es una de las tantas historias impactantes de esta tragedia, pues Sindy, una joven de la zona, buscaba incansablemente este lunes la forma de tener noticias de los cerca de 13 miembros de su familia que habitaban en una calle del sector.

El conteo en medio de su desconsuelo, se limitaba a repetir varias veces los nombres de su mamá, su hermana, su abuela, sus tías, un cuñado, sobrinos y sus pequeños primos, a quienes esperaba encontrar entre cada uno de los rescatados que con el pasar de la jornada eran sacados de las entrañas d ela tierra. A ella, en medio de llantos en los que decía que se había quedado prácticamente sin familia, le parecía estar visualizando el lugar exacto en donde hasta este domingo en la mañana se encontraba la vivienda de su familia. No obstante a la calamidad, hasta ayer en la tarde, continuaba teniendo la fé de que rescataran vivos a algunos de ellos, como ocurrió con su primo Jason García.

Luz Marina Higuita y Juana Palacio, son otras de las personas que perdieron familiares en este deslizamiento, la primera, una mujer que tenía hasta ayer a su hijo, su nuera y sus dos nietos sepultados por la tierra, y la segunda una habitante desde hace más de ocho años del sector, que se salvó de milagro por estar en un cuarto piso, aunque cuenta que su hijo de 22 años no corrió con la misma suerte. Ambas un poco resignadas, sólo piden al igual que la mayoría, que “no nos abandonen hasta sacar el último de nuestros familiares”.

Una experiencia particular la vivió Stiven Castro, un niño que no sobrepasa los 12 años y contaba, mientras miraba las labores de rescate, que vive a dos casas de donde cayó el derrumbe y que cuando todo sucedió, estaba lavando un carro en la calle y tuvo que ver a “un amiguito mío que estaba trabajando en un taller de muebles en frente, que me pedía ayuda, pero eso venía muy rápido y le cayó la tierra encima”.

En esta tragedia, son muchos los niños que fueron víctimas, como es el caso de Juan David Torres de 6 años, quien el domingo había llegado desde San Antonio de Prado a pasar sus vacaciones en la casa de su tía, que junto a él y su hija Ana María Calderón, de 6 años, resultaron sepultados por el alud. Así lo cuenta su otra hermana Rosa Jaramillo, quien expresó que “hasta ahora las autoridades me dijeron que posiblemente no haya vida” y que su cuñado se salvó porque estaba jugando un partido de fútbol cerca.

Al cierre de esta edición, eran 24 los cuerpos que habían sido rescatados por los grupos de socorro que están dispuestos en la zona..

Jenny Zuluaga, su esposo, su prima Luisa Castrillón y dos niños más, también son testigos y sobrevivientes de la tragedia. Jenny, quien está en la semana 39 de embarazo, descansaba en su casa mientras su prima saldría junto a sus dos hijos al parque que quedó sepultado, sin embargo, por esas cosas del destino, cuenta que el niño mayor se puso a jugar con un señor que vendía frutas y eso fue lo que los salvó.

“Estaba sentada en una acera y sentí un estruendo, cuando miré para la montaña, vi que había un polvero horrible y después de coger a los niños, miré para la cancha y vi que venía una señora corriendo y detrás muchos niños corriendo que no alcanzaron a llegar y eso se los tragó” narró Luisa, quien agregó que gracias a Dios alcanzó a avisarle a Jenny y a su esposo quienes estaban dentro de la casa. “Con el susto, empecé contracciones ayer, pero ya me tranquilicé, porque donde mi bebé nazca en este momento no puedo tenerlo en este albergue por las condiciones” aseguró Jenny, quien espera junto a muchos habitantes más, conseguir otro sitio a donde mudarse, por el inminente riesgo.

Las víctimas – Los niños

Si bien se había manejado la cifra de 145 personas desaparecidas en el alud del pasado domingo, en el día de ayer las autoridades determinaron que serían 123 personas las víctimas de esta tragedia, contando las que fueron rescatadas. Del listado que se construyó entre la Cruz Roja, la Defensa Civil y la Alcaldía de Bello, se determinó que una gran mayoría de los afectados serían niños, pues en el momento del siniestro, una amplia cantidad de éstos se encontraban jugando en la cancha del sector y varios más departiendo en algunas primeras comuniones que se realizaron ese día.