En lectura, los estudiantes se ‘rajan’
Pepito llega a su casa y le dice a la mamá:
–"Mami, aquí está mi libreta de calificaciones.
La mamá la coge, la observa y dice:
–"¿Qué es esto? Estas calificaciones merecen una golpiza".
El niño contesta:
–"Cierto que sí mamá. ¡Vamos!, yo sé dónde vive la maestra".
Muchos estudiantes colombianos son Pepito. El niño que nunca responde acertadamente lo que preguntan los profesores, porque sencillamente no comprende.
En palabras comunes ese fue el resultado del estudio del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa 2009) que se aplica cada tres años en países socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde). Para el caso colombiano, el 47 por ciento de los estudiantes de 15 años no logra el nivel mínimo adecuado de lectura para desempeñarse en la sociedad, y sólo el 17 por ciento de estos resultados están asociados con las condiciones socioeconómicas de los jóvenes. Es decir, la falta de plata no es la única razón de que los chicos no lean.
En el estudio se evalúan las competencias en lectura, matemáticas y ciencias, y en cada edición se hace énfasis en una de ellas. En 2009 el énfasis fue en comprensión de lectura, un tema que viene de capa caída. La advertencia ya la había lanzado la Cámara Colombiana del Libro, tras un estudio que reveló que un ciudadano de ingreso promedio en Colombia lee libro y medio al año.
Lo complejo del estudio Pisa, según explica Margarita Peña, directora del Icfes, es que "este grupo de estudiantes no está alcanzando un nivel mínimo aceptable para seguir avanzando en su escolaridad exitosamente y mucho menos al salir del sistema educativo". Es decir, se le sigue enseñando a los chicos conocimientos de memoria, por eso no procesan ni interpretan.
Lo que la investigación sugiere es que para niveles tan bajos en los cuales casi la mitad de la población no entiende lo que lee, las políticas públicas tienen que apuntar al desarrollo de capacidades básicas de lectura desde edades muy tempranas, tanto como se pueda, para desarrollar las habilidades y gustos, incluso antes de que los niños entren a las escuelas. En Colombia no lo estamos haciendo con sano juicio.
Estas deficiencias que detecta el estudio en los alumnos colombianos se acumulan y crecen como bolas de nieve y cuando un niño no lee apropiadamente, las limitaciones y deficiencias de aprendizaje que pueden tener son cada vez más marcadas.
Por eso hay que trabajar duro para no terminar como el otro amigo de Pepito:
–"Jaimito, dime el presente indicativo del verbo nadar".
Jaimito contesta gritando:
–"¡Yo nado!, ¡tú nadas!…"
La profesora le dice:
–"Por favor, Jaimito, más bajito".
–"Yo buceo, tú buceas"…
Penoso
*** El informe de la Ocde dice que la falta de habilidades básicas de lectura no les permite a los jóvenes participar de manera productiva en la sociedad moderna y, como consecuencia, no podrían ingresar a la educación superior y enfrentar dificultades para seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas.
*** Menos del 1 por ciento de los alumnos logra desempeños sobresalientes en comprensión lectora, lo que se convierte en una seria desventaja del país en cuanto a su capacidad de realizar innovaciones y de competir en igualdad de condiciones con otras regiones.