Chismes diplomáticos
Los diplomáticos del mundo entero, desde tiempos inmemorables, han tenido dos funciones principales: promover y mantener buenas relaciones con los gobiernos de los países donde se encuentran sirviendo e informar a su Cancillería de cuanto crean pueda ser útil a sus gobiernos, desde políticas de Estado, hasta los más mínimos chismes, como el cáncer en la nariz de un presidente, los ataques de histeria de otro, el gusto por las jovencitas de aquel Primer Ministro, o la cantidad de alcohol que consume algún político clave. ¿Es esto espionaje? No lo creo. El espionaje tiene otro color y otro sabor, no es el cuento corto, o el comentario sobre las capacidades o pecadillos de un personaje.
Nadie puede sorprenderse de que los embajadores envíen mensajes con este tipo de "chisme" a su Cancillería, o que la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, hable francamente con sus embajadores sobre gobernantes, sean estos aliados u hostiles. O, es que ustedes creen que los gobernantes de los países aliados son perfectos. Como cualquier ser humano están llenos de defectos. Para mantener buenas relaciones, hay que conocer tanto a amigos como a enemigos, para evitar la improvisación, para solidificar alianzas, o para bloquear una traición, o sorpresas desagradables de parte de un enemigo. En fin, un gobierno debe, ante todo, mantenerse informado. Así ha sido en todas las épocas; el dueño de la información, sobre todo aquel que la obtiene primero, lleva las de ganar. Las alianzas no son enamoramientos, son solo actos políticos de conveniencia mutua.
Siempre habrá secretos. No creo en los gobiernos de cristal, completamente transparentes. No han existido, ni creo que jamás existan. La total transparencia no forma parte de la psiquis humana, mucho menos de la psiquis de un político, o de un gobierno. Gobernar es como jugar cartas, hay que calcular el juego del contrincante y mantener oculto el propio.
Sin embargo, la decisión del fundador de Wikileaks, de publicar en la web esta información supuestamente secreta, en algunos casos, acarrea graves peligros. Por la manera como están escritos algunos cables, se podrán identificar personas que se acercaron a embajadas norteamericanas a revelar casos de violación de derechos humanos, incumplimiento de acuerdos internacionales sobre la salud, manipulación de elecciones, u otros "pecados capitales" cometidos por gobiernos totalitarios y muchas veces criminales. La seguridad y la vida de estas personas están ahora amenazadas.
La ineficiencia o estupidez del Departamento de Estado estadounidense al no ser capaz de mantener seguros sus secretos diplomáticos, poseyendo como posee una avanzada tecnología y el dinero para sostenerla, es inaudito y alarmante. Algo anda muy mal con esa Cancillería.