Un veredicto justo y evidente: responsable e indigno.
Una cosa es lo que a uno le parezca y otra, muy distinta, lo que se es. No sé si Daniel Coronel es un extraordinario columnista, pero de lo que si tengo certeza es de que escribe en la revista Semana, tiene sobrado valor civil, es serio y responsable en sus escritos y está libre de cualquier brizna de pusilanimidad.
“Mal de muchos, consuelo de tontos”. No se puede, en ningún caso, justificar y menos procurar en compensar una conducta “inicua” con otra “inocua”. Como el artículo de El Tiempo menciona unos hechos de poca monta como ollas podridas dejadas, también, por algunos ex – Presidentes colombianos, no obstante de tener a su haber hechos de màs gravedad que los mencionados, sin llegar a ser ignominiosos, y que se omitieron por postura facilista y timorata, se hará mención sólo de los enunciados en el escrito de marras.
Se comienza la endeble defensa y/o justificación de la conducta de Uribe en sus dos cuatrienios, afirmándose que ha sido lo usual entre mandatarios colombianos salientes dejar estos nauseabundos legados. La indignidad que se le endilgó al General obedeció mas a una retaliación, pero ante todo, fue absuelto en juicio candente y controvertido; el caso de la ‘Handel’ en el gobierno de López Pumarejo, fue protagonizado por su hijo Alfonso; el escándalo ‘Fadul y Peñalosa’ en el Incora tuvo como actores principales al ministro Peñalosa y al parlamentario Nacho Vives, que terminó preso; a Pastrana Borrero se le señaló de cómplice o encubridor en el negocio de la Electrificadora, sin ninguna prueba concreta; a Turbay Ayala se le criticó por sus calenturas de la cintura para abajo, chisme salido de un Club Social de la ‘alpargatocracia’ cucuteña; a López Michelsen por una carretera que pasaba cerca de la Hacienda la Libertad de propiedad de uno de sus hijos en los Llanos orientales; al gran Belisario lo relacionaron cuando fue Embajador en España y después Presidente para lograr ‘coronar’ el negocio de la importación de los vehículos Pegaso, pero, en cuanto al Metro de Medellín, agrego yo, estuvo màs comprometido el senador Victor Reman Barco, como miembro de la Comisión Parlamentaria de crédito público, que el señor de Amaga.
Dichos escándalos, unos averiguados y otros cobijados por el manto de la impunidad, en ningún momento sacudieron o pusieron en peligro las instituciones y el Estado de Derecho, pudiéndose considerar como un costurero en una comunidad religiosa de Hermanas Bethlemitas frente a los innumerables desmanes y desafueros corruptos y criminales cometidos en las dos administraciones de Uribe Vélez, bajo su siniestra ‘batuta’.
Tampoco tiene cabida el tratar de mostrar al ciclotímico Uribe Vélez de una forma distinta a la que es él realmente, y al cual ya se le empieza a quitar su antifaz, recurriendo a citas de descrestadores“anglicismos” aplicables a la política doméstica del coloso del norte, y que hubiese sido de mejor presentación su escritura en español: “Ya extraño a Bush”, la lista de los “Casi grandes” o la de “Grandes presidentes” o la “Ruta sucia al poder”. La única cita que encaja a la perfección con nuestro ex – Presidente es la del presidente Kennedy, solo basta recordar las elecciones del 2002 y 2006, con el ‘paramilitarismo’ como potencial elector.
La decisión de haber ordenado arrojar la bomba atómica sobre dos ciudades del Japón en 1945, como la guerra iniciada en Afganistán e Irak la justificaron los mandatarios estadounidenses de ese entonces argumentando la preservación de la paz mundial y la seguridad nacional, en ningún momento para presionar reelección presidencial o tender columnas de humo sobre actos corruptos de su gobierno.
En Colombia no tenemos Monte Rushmore para esculpir a los “grandes presidentes” y sus esculturas colgarlas, pero tenemos una galería de cuadros al óleo, esos sí colgados, de todos los 42 Presidentes en propiedad y 43 interinos, en donde se confunden los buenos, los regulares y los malos.
Dentro de ese raudal de corrupción que tuvimos que soportar, hubo dos hechos sangrientos y siniestros de gran relevancia en los dos nefastos cuatrienios de Uribe, que ni el Creador podrá perdonar: los ‘falsos positivos’ y las ‘chuzadas del Das’ (tortura sicológica). En estos dos horrorosos‘programas’ apalancadores de la seguridad democrática se transgrede de manera grave el Estatuto de Roma – Corte Penal Internacional, en su artículo 25.3- responsabilidad penal individual, extensiva a responsables militares y autoridades civiles. El Estatuto de Roma en su artículo 5º señala taxativamente los delitos de los que puede conocer la C.P.I., en caso de que el país signatario procure su impunidad.
La actitud asumida por el gobierno panameño respecto del asilo político concedido a la señora ex –Directora del Das, y los que seguramente concederá, no me extraña y tampoco merece ningún comentario, ya que ese es el estado natural de las ‘repúblicas bananas’. El manejo de este espinoso asunto, que por demás es una burla e irrespeto para Colombia, sólo le compete al presidente Santos.
La verdad es que no espero, como tampoco tantos otros, de veredictos de la historia acomodados por vergonzosos y timoratos ‘historiadores’. Espero, y con toda seguridad, un Auto inhibitorio o una absolución por parte de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, por aquello muy simple de la “solidaridad de cuerpo”, ya que los bandidos, como los bomberos, no se pisan las mangueras.
Pero, eso sí, espero con una seguridad infinita y paciencia extrema que la justicia internacional actúe, juzgue a Álvaro Uribe Vélez con todas las garantías procesales, sea declarado culpable e indigno, y condenado a la privación de la libertad y a otros años màs como pena accesoria, para que en caso de lograr un indulto lo cobije solo en la primera condena.
Deben de estar sumidos en una honda pena moral, todos y cada uno de los fanáticos fieros y recalcitrantes ingenuos que se prestaron como androides para vitorear y engrosar las estadísticas de favorabilidad del Presidente màs perverso y cínico que haya tenido nuestra historia republicana. Uribe no tiene ‘par’.
Manizales, noviembre 25 de 2010.