El atraso en ciencia y tecnología
Leí, por ejemplo, en Madrid, que España se ha preparado para ser uno de los centros investigativos mundiales en algunas ramas de la biología molecular y de la genética. Es natural que un país que todavía está atrasado industrialmente, pero que cuenta con un capital humano desarrollado y un sistema educativo de alta calidad, incursione exitosamente en esos campos, como también podría hacerlo en tecnología de información, ya que cuenta con científicos de muy buen nivel y con un cuerpo abundante de ingenieros desempleados.
En Colombia deberíamos estar pensando en qué campos podemos desarrollar actividad científica que nos sirvan de punto de partida para un desarrollo científico más amplio y de trampolín para dar un salto tecnológico. No creo estar equivocado si aventuro que en las universidades de provincia en donde se está actuando en este sentido más evidentemente que en las de Bogotá que tienen mayores y mejores recursos académicos. Posiblemente, los científicos de provincia son más aventados que los de las grandes ciudades por razones que intuyo pero que le corresponde dilucidar a sociólogos o a sicólogos sociales.
En la Universidad de Córdoba, a pesar de haber sido infiltrada y aparentemente manejada por los ‘paras’, han hecho importantes avances en el área de control biológico de plagas. Las universidades de Manizales están formando ingenieros de muy alta calidad, matemáticos y expertos en tecnología de información y ya hay inventos manizaleños rondando y haciendo carrera comercial.
En la Universidad de Cartagena, un profesor formado en Alemania ha creado con un grupo de candidatos a doctorado un centro especializado en contaminación comparable a los más avanzados del mundo. En la misma universidad hay otros grupos que trabajan en medicina tropical, el tratamiento de hongos o etnobotánica que envidiarían otras universidades en el mundo.
Lo que impide que esto se propague y forme un núcleo crítico con suficiente peso específico para provocar una revolución educativa y tecnológica son barreras de diversa índole, muchas de ellas invisibles. En primer lugar está el sistema de remuneración y las recompensas que no privilegia la actividad científica, ni recompensa adecuadamente a quienes invierten en ella. Por eso son contados en una mano los empresario que invierten en el desarrollo de inventos y muchos los obstáculos para que puedan propagar y usufructuar los inventos que financian. Un invento colombiano siempre tiene que luchar contra el estigma de provenir de un país que no es conocido por su tecnología.
Otra gran barrera es la educación. Andrés Oppenheimer se queja de que no hay suficientes ingenieros y muchos científicos sociales. La queja podría ampliarse a que no hay suficientes científicos, sociales o de ciencias duras, y si demasiados profesionales de formación deficiente en oficios que no corresponden a las necesidades.
En parte, esto se debe a que los métodos de enseñanza de las matemáticas, de estadística, la biología, la botánica y las ciencias duras hacen más para ahuyentar a los estudiantes que para atraerlos y estimular a que se desarrollen en esos campos. Otro impedimento ha sido que, con excepción de los jóvenes, los colombianos todavía no nos integramos con el mundo y los jóvenes, que sí están conectados, se quieren ir. El espacio disponible solo alcanzó para arañar la superficie de este tema. Espero que sea suficiente para estimular la discusión.