Universidad Nacional de Manizales busca explotar lado económico de taludes
Con este proyecto en el que se hicieron los diseños y estudios de cinco tramos viales que comprenden los municipios de Chinchiná, Palestina, Manizales, Neira y Villamaría, serán intervenidos 36.4 kilómetros, en los que las laderas serán un factor frecuente debido a que las nuevas obras requieren grandes cortes.
Según Carlos Enrique Escobar Potes, docente de la UN en Manizales y coordinador del GTA de Geotecnia del proyecto Anillo Vial de la Región Centro Sur, “todas las vías tienen intervenciones severas, hay sectores muy inestables como La Estampilla o la carretera Salamina- Pácora, que tiene un daño ambientalmente grave puesto que está fuera de la vía pero aún así la impacta. Entonces nos encontramos con que habrá que hacer cambios severos con obras de concreto que son mucho más costosas y otras en donde sólo se debe hacer un perfilado de tierra y una puesta de cobertura vegetal”.
Igualmente además de brindarle estabilidad a las zonas que quedan desprovistas de vegetación después de dichos movimientos de tierra, los Grupos de Geotecnia y Paisajismo de la Universidad trabajan para que todos los elementos que conforman dicho talud como los suelos, las tuberías, la vegetación o los geotextiles sean funcionales.
“Las laderas tienen una oferta ambiental que hay que explorar y es importante observar, porque en la medida que nosotros valoremos la oferta de esos ámbitos se podrán generar unas condiciones económicas más atractivas, logrando que esas zonas se inserten dentro de la dinámica social, de tal forma que las comunidades las empiecen a mirar con otros ojos”, expresó el docente de la Institución.
Con la vegetación aparte de contribuir a recuperar el valor del paisaje, las plantas de acuerdo a cada área de la zona (homogénea, húmeda o seca) ayudan a la regulación del agua, mejorar la calidad del producto hídrico o estabilizar y amarrar el suelo.
Es así como tras obtener los beneficios en el aspecto físico, se busca consolidar el socioeconómico. “Se quieren sembrar especies comerciales como la iraca, el fique, ajenjo o arvenses, con las que se logra amarrar el talud, hacer control ambiental, de erosión y regulen aguas, pero además le sirven a la comunidad, puesto que de allí se pueden hacer sombreros o producir fibra para cabuya, logrando que miren las especies nativas que son muy promisorias como una gran alternativa para su economía”, aseveró Escobar Potes.
De esta forma con dicha propuesta la UN en Manizales busca beneficiar a la comunidad caldense utilizando adecuadamente la diversidad, montañas, el suelo y en general la geología del departamento.
Dichos grupos esperan que al iniciar las obras de construcción puedan seguir vinculados con dicho proyecto y de esta manera de hacerle un seguimiento concienzudo, en donde se visualicen las respuestas del medio, los problemas y los logros.