Rafael Correa llega con un discurso conciliador a Bogotá
Hacia las 10:50, el Jefe de Estado ecuatoriano caminó por la pista de la base aérea de Catam, hasta un sitio adecuado para la prensa. Allí brindó una breve declaración, en la que deseó “suerte” y ofreció “apoyo” a la nueva administración colombiana, con la que aspira retomar los diálogos para normalizar por completo las relaciones diplomáticas.
“Un abrazo fraternal de esa patria hermana, amiga, el Ecuador. Muchísima suerte, muchísima suerte, hermanas y hermanos colombianos, en este nuevo periodo de gobierno”. Esas fueron las primeras palabras de Correa, quien en principio debía ser recibido por el Canciller colombiano, pero que finalmente fue acompañado por Camilo Ruiz, delegado para América Latina de la Cancillería colombiana.
“Cuenten siempre con nuestro total apoyo. Aquí estamos para ratificar esa hermandad inquebrantable de nuestros pueblos”, agregó.
La posición conciliadora del Mandatario se registró horas antes del breve encuentro que tenía planificado con Santos, en la Casa de Nariño.
Correa definió con su comitiva la postura que tendría con su colega colombiano. Si bien reiteraría su disposición de avanzar en la normalización de relaciones bilaterales, tenía planeado dejar en claro tres peticiones básicas para avanzar en el proceso de diálogo.
En primer lugar demandar que la Fuerza Pública colombiana tenga mayor control del lado de su frontera común. En segundo término que haya colaboración en el desarrollo de las poblaciones fronterizas, afectadas por el conflicto interno colombiano.
Y, por último, que Colombia entregue los ordenadores del abatido jefe guerrillero Raúl Reyes, así como toda la información del ataque a Angostura del 1 de marzo de 2008, que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas.
Correa llegó a Bogotá acompañado por sus ministros Doris Soliz (Política), Ricardo Patiño (RR.EE.), Miguel Carvajal (Seguridad) y Javier Ponce (Defensa). La comitiva también estuvo integrada por el alcalde de Quito, Augusto Barrera, y los prefectos de Carchi y Sucumbíos.