Ni raja ni presta el hacha
Acostumbrados a la falta de respeto con quienes ejercemos el control político, porque al sentirse intocables contestan con ligereza para salir del paso, y en esta oportunidad no fue la excepción, presentaron un diagnóstico superficial y carente de propuestas económicas. El Gerente, sin sonrojarse, afirmó que no se podía hacer nada más de lo ya hecho para controlar el tipo de cambio, que simplemente ellos pondrían en práctica el dejar hacer dejar pasar y que si bien había sectores que perdían por la revaluación, otros salían ganadores. ¿En qué manos estamos?
Mientras países como México, Perú, Chile han controlado el tipo de cambio protegiendo sus exportaciones y el empleo, dejamos a la deriva el barco, sin importar que se hunda y con ellos miles de empleos, que muy difícilmente se recuperarán. Colombia lleva en lo corrido del año una revaluación del 10% y los más equiparables países, Chile, México y Perú están muy lejos con el 3,2%, 2,8% y 2,3% respectivamente y su desempleo dista mucho de nuestro 13%. La extraordinaria revaluación que afrontamos se debe en gran medida a la excesiva entrada de divisas proveniente del narcotráfico. No obstante, el Emisor obvia el tema, restándole importancia a estudios que concluyen que este flagelo representa más de dos puntos de nuestro PIB. Basta ver que anualmente salen en efectivo más de 3,500 millones de dólares y estos no son producto de remesas ni turismo, claramente es lavado de activos, ya que Colombia no emite dólares.
He citado en múltiples oportunidades a los miembros del Banco en momentos donde el país soportaba diferentes crisis y ante la actitud pasiva de éste propusimos ideas innovadoras que fueron tildadas de locura, pero que pasado unos meses adoptaban y les daban resultados, no sin haber pagado un gran costo económico y social por la demora. Para mencionar algunas de ellas propusimos: acabar con la banda cambiaria, pasar la deuda de dólares a pesos, utilizar parte de las reservas para pre pagar deuda externa, cambiar deuda externa por deuda interna. Hoy les proponemos que hagamos devaluación programada, con lo que el gobierno destinará los recursos que a bien tenga para cubrir la diferencia entre la tasa representativa y el valor que se decida colocar para promocionar las exportaciones y generar empleo. Por ejemplo si la Tr está en 1850 y el Ejecutivo decide que el tipo de cambio competitivo debe ser de $2100, éste pagará la diferencia. Saldrá menos costoso y efectivo que entregar de manera asistencialista más de 8 billones a sectores que no generan valor agregado ni crecimiento y que están fomentando de paso la cultura del no trabajo. Con esto el gobierno sabrá cuantos recursos destina a la promoción de los sectores que lo requieren y los empresarios tendrán certeza de sus flujos de caja. Este incentivo sólo se otorgará a los productos no tradicionales, deberá ser transitorio y tendrán cárcel los exportadores o productores que presenten exportaciones ficticias.
Le recuerdo a la ortodoxa Junta del Banco que al comprar divisas se está interviniendo, así que si lo vamos a seguir haciendo, hagámoslo de fondo. Urge actuar, pues a mediano plazo vamos a tener una bonanza petrolera y minera, que profundizará la enfermedad holandesa al presionar una mayor revaluación por los reintegros masivos sin generar empleo. Desde ahora debe crearse un fondo de estabilización en el exterior para que mitigue el efecto, utilizar de manera fuerte los encajes para no tener que subir la tasa de interés y controlar los dineros golondrina con un fuerte control de cambios que además persiga el lavado desmedido.
Necesitamos soluciones acordes con la problemática particular que padece Colombia. Señores del Banco no más recetas genéricas impuestas por el FMI, no les de miedo aplicar su conocimiento en soluciones innovadoras porque su manejo conservador no les está funcionando.