5 de octubre de 2024

Contra natura

1 de agosto de 2010

Stephen había dicho que el diablo lo engañó y se disfrazó de burro para tentarlo, aprovechando que lo había abandonado su mujer, pero el tribunal no se tragó el cuento.
La zoofilia es una parafilia que comúnmente se asocia a atracción sexual hacia animales. Esta conducta ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. En la mitología griega, Agenor, hijo de Neptuno, tuvo una hija llamada Europa que era bellísima. Para conquistarla, Júpiter se disfrazó de toro. Del fruto de este amor curioso nacieron tres hijos, dos de los cuales fueron jueces en el infierno. Júpiter también se estuvo “eating” a la bella Leda, a quien conquistó disfrazado de cisne. De esta unión nacieron Cástor y Pólux, quienes vinieron al mundo después de haberse incubado en sendos huevos.
Existe una pintura rupestre en Italia en la cual un hombre tiene relaciones con una burra (Gregersen Edgar. Costumbres Sexuales, Pág. 290). En muchas de las tribus de Norteamérica era común que los hombres copularan con castores, alces y caribúes (Op citada 271).
En algunas culturas existen mitos que predican que su origen fue producto de la relación entre un ser humano y un animal, como la de los esquimales, quienes creen que provienen de la unión de Sedna, una joven que se casó con un perro y tuvieron varios hijos, unos perros y otros hombres. De estos últimos, según el mito, descienden los esquimales.
En muchas religiones, sobre todo las que tienen la cosmovisión Judeocristiana, el acto sexual está signado por la utilidad en cuanto a procreación y por el orden, con las resultas de que se inventaron en la Edad Media una curiosa clasificación de los diferentes tipos de lujuria, en las cuales unas se decía que iban en contra del “orden” moral establecido, como el adulterio, el estupro, el sacrilegio, el incesto y el rapto; y otras iban contra la utilidad, como la simple fornicación sin intención de procrear y el vicio contranatura.
En las regiones rurales de la Costa Caribe colombiana era frecuente el fenómeno del bestialismo como práctica de iniciación sexual de los jóvenes. El poeta Raúl Gómez Jattin le escribió un famoso poema a una burra que dice: Te quiero burrita porque no hablas ni te quejas/ ni pides plata/ ni lloras/ Te quiero sola, como yo/ sin pretender estar conmigo.
La permisividad sexual del siglo XXI está expandiendo el fenómeno de la zoofilia. En España, el presidente de la asociación de zoofílicos (ZOE) declaró que tiene una oveja como concubina, a su turno la vicepresidenta dijo que tiene como “marido” a un mastín, y muy oronda afirma: “Nada como un buen perro para olvidar un mal hombre”.
En fin, el caso del hombre de Kenia revela que la relación sexual con animales es una forma absurda de acoplarse, impulsada en ocasiones por cuestiones folclóricas, como sucede en algunas regiones, o también por la urgencia que despierta la salacidad en el cuerpo humano, que hace que en el hombre se despierten pasiones exóticas que se desfogan con lo que esté más cercano, como en el caso del hombre de Kenia. El Universal.