Al ministro Cardona
Entre tanta maraña y mentira oficial, el Instituto Nacional de Concesiones, Inco se comprometió hace dos años o más, a trasladar recursos para la construcción de la intersección llamada Circasia 1 ½ o Colegurre, vergüenza de obra en la que se invirtió un montón de plata pero que no representó nada distinto de una nueva malversación o derroche de dineros públicos, como suele pasar en el país acostumbrado a construir puentes donde no hay ríos.
Francamente es inaceptable la táctica de Autopistas del Café con el Quindío. Ha sido empeño deliberado de la empresa constructora de la doble calzada, pero especialmente del ministerio del Transporte y de su amanuense, el Inco, desconocer la importancia del Quindío en el mapa regional del llamado Eje Cafetero.
Lo decimos después de un análisis sereno de la situación presente del Quindío frente a las obras de la doble calzada. El caso de Circasia, desatendido con mil disculpas no tiene explicación, pero y lo que es peor aún, el municipio se quedó sin quien abogara por él, no ha tenido defensor oficial ni de oficio y mientras tanto los inconvenientes viales para acceso y salida del municipio a la doble calzada o Autopista del Café siguen sin remedio de ninguna naturaleza. El ajetreo de la politiquería está por encima de los intereses generales, eso es lo que primero cuenta en esta región y como ese desvencijado mundo anda tan desprestigiado, no tiene eco cuando acude como padrino tratando de encontrar alivio a algún problema social. Los politiqueros perdieron totalmente credibilidad y no garantizan ninguna ejecutoria del Estado a favor de la sociedad.
Antes de que terminara el presidente Uribe su mandato, se hacia imprescindible que sin vacilaciones ni ambages se buscara por parte del ministerio del Transporte o del Inco alguna respuesta a la falta de la intersección, al incumplimiento con el municipio de Circasia, pero ni siquiera los más allegados al gobierno se preocuparon por esta obra. El descuido y la desatención oficial se hace más crítica si se tienen en cuenta las lambonerías del gobierno con el Quindío. Ocho años piropeándonos, pero sin ninguna efectividad en cuanto a ejecutorias en beneficio del departamento.
El ex ministro Gallego del transporte le dio caramelo al Quindío, todo el que quiso. Al departamento lo trató como le vino en gana. No hay que desconocer el tono cordial y familiar de sus charlas, no se pueden olvidar sus historietas sobre el quehacer del gobierno nacional al que estuvo vinculado durante ocho años, pero ese es otro cuento. Lo cierto es que al Quindío le tomaron del pelo sin consideración ni respeto durante ocho años en materia vial.
Falta ver cuál sea la realidad del túnel de La Línea. Está por verse la verdad de ese macroproyecto, el más importante anunciado por el anterior gobierno. El túnel que tantas veces nos han mostrado como la más enorme y gigante de las obras para el Quindío, como si aquí no supiéramos que esa es una antigua necesidad vial del país en la ruta del Pacífico.
De manera pues que como están las cosas no nos salva sino el buen vecino que ahora tiene el país en el Ministerio del Transporte, el ex gobernador de Caldas y ex alcalde de Manizales, Germán Cardona. Que nos ayude este ministro. Él sabe que la obra más antigua del país en materia vial, la autopista del Café, ha materializado importantes viaductos y tramos que han demandado millonarias inversiones en Caldas y en Risaralda. El puente del helicoidal entre Pereira y Santa Rosa es la última demostración de lo que han sido esas inversiones. Señor ministro, que por favor le asignen al Quindío tan siquiera un infeliz recurso que será lo que demande la intersección de Circasia. Gracias ministro. Crónica del Quindío.