Una agenda ciudadana
No podemos seguir dejándole esa tarea a los políticos profesionales, porque ya sabemos que ellos esconden la defensa de sus intereses personales, de sus amigotes, socios y familiares bajo la entelequia del interés público. Es hora de cambiar la lógica sobre cuáles deben ser las pautas para gobernar un departamento, una región, una ciudad.
Miren por ejemplo el caso de Santos, acaba de ser elegido presidente con la más alta votación de la historia republicana del país, y su gran propuesta es cuidarle los huevos al presidente Uribe. No hay derecho a que en un país con tantos problemas como Colombia, ese sea el mensaje, que por supuesto no hay que tomarlo literalmente —aunque nunca se sabe—, pero es una señal de la pobreza de agenda para los próximos cuatro u ocho años, lo cual se reflejará necesariamente en las regiones.
Los ciudadanos participamos en política durante los días de elecciones y luego nos retiramos a nuestros asuntos privados, dejando que sean los políticos profesionales quienes definan las prioridades de la inversión pública, del bienestar y del desarrollo. No les pedimos cuentas, y de darse, no los hacemos responsables de su mala gestión o de sus conductas contra el interés público. Es como si con el voto fuera suficiente para expresar nuestras preferencias de gobierno.
En el último tiempo se han lanzado de manera irresponsable no menos de ocho nombres para la alcaldía de Armenia, unos más conocidos que otros, unos con más merecimiento que otros, pero todos bajo la misma lógica de buscar ser elegidos porque sí, porque son jóvenes, porque son hijos de caciques y sus papás tienen la plata, porque son esposas del chancero de la esquina, porque son hijos de comerciantes y oficios varios con fortunas de dudosa procedencia, porque estuvieron en el Congreso y no hicieron nada, porque son amigos del periodista de turno, pero ninguno porque represente una propuesta de trabajo y de construcción de una agenda para la ciudad capital. Igual sucede en relación con el departamento. Esto tiene cambiar.
En las últimas semanas, diversos ciudadanos y ciudadanas provenientes de distintos sectores políticos y sociales, se han estado reuniendo todos los viernes en torno de un proyecto llamado Agenda Ciudadana, cuyo objetivo primordial es la construcción de un marco de discusión para las próximas elecciones locales en relación con las prioridades de inversión y de formulación de lineamientos de política pública en el departamento y Armenia.
No debemos esperar a que sean los equipos de trabajo de los candidatos, armados a última hora, los que definan los temas prioritarios de la inversión pública. Esa hoja de ruta debe quedar definida desde abajo, desde los ciudadanos, y debe formarse con mucha deliberación, mucha discusión, de modo que cuando empiece el debate electoral el próximo año, éste no arranque de cero, y sepan los políticos y la ciudadanía generalmente desentendida de estos asuntos, que hay un grupo de ciudadanos, diverso, plural, comprometido, que está tratando de pensar el departamento y la ciudad capital más allá de nombres e intereses políticos coyunturales. La Crónica del Quindío.