28 de marzo de 2024

Por qué el Polo se declara en oposición a Juan Manuel Santos

21 de julio de 2010
21 de julio de 2010

En este preciso instante, senadores y colombianos, mediante mi vocería y la del doctor Iván Cepeda, en la Cámara de Representantes, el Polo Democrático Alternativo de manera formal, de acuerdo con el Artículo 112 de la Constitución Política de la República de Colombia, se declara en oposición al gobierno del presidente Juan Manuel Santos[1].

Formalmente, además, lamentamos que el Polo sea el único partido que lo hace, pero esa es la realidad. Y esa realidad vamos a razonarla brevemente, señor presidente. Permítame dar algunas explicaciones de por qué hemos decidido declararnos en oposición formal a este gobierno, no rogando, sino exigiendo el derecho de que se nos otorguen las garantías que nos corresponden, garantías que espero empiecen a hacerse efectivas en el día de hoy, porque si ustedes quieren, no nos dejan hablar, pero pienso que nosotros tenemos el derecho de explicarles a los colombianos por qué vamos a estar en oposición al doctor Juan Manuel Santos. Mal empezaríamos si los acuerdos se violan[2] y encima se ponen ustedes en una actitud intemperante para intentar que no hablemos en la noche de hoy. (Aquí es interrumpido por senadores santistas y se pierde una parte de la grabación). Voy a ser breve y, por supuesto, senadores, tendrán ustedes el derecho de refutarnos, pero el colmo sería que no nos dejaran ni hablar en lo que se supone va a ser la democracia santista.

¿Por qué oposición al gobierno del doctor Juan Manuel Santos? Porque el doctor Juan Manuel Santos ha repetido hasta la saciedad, y fue así como ganó las elecciones, que él representa el continuismo del gobierno del presidente Álvaro Uribe. Está registrado en todas partes. Es más, todos lo sabemos, sin el respaldo del doctor Uribe, el doctor Santos nunca hubiera ganado las elecciones. Respaldo discutible y no discutible, pero que es la realidad. Y como el Polo Democrático Alternativo lleva ocho años explicando por qué no respalda al gobierno del presidente Uribe, el colmo sería que sí lo hiciéramos con el gobierno del doctor Juan Manuel Santos.

En el balance que hace hoy el presidente Uribe, con pleno derecho a hacerlo, le quedaron faltando unas cuantas verdades que quiero mencionar aquí. Porque también es nuestro derecho constitucional y legal comentar los discursos del jefe del Estado, y el colmo sería que aquí no puedan hablar sino unos cuantos colombianos. Si la llamada o mal llamada democracia colombiana ni siquiera tolera las expresiones verbales de unos cuantos senadores, de qué tipo de democracia estamos hablando.

El doctor Álvaro Uribe en el día de hoy silenció varios hechos que quiero reseñar y que son los que explican por qué estamos en la oposición. Padecemos el peor desempleo del Continente: 70 de cada cien compatriotas, o están en el desempleo abierto, o están en la economía del rebusque. Tenemos entre 20 y 30 millones de pobres y entre 8 y 10 millones de indigentes. Hay millones de desplazados. Millones de compatriotas se mueren de enfermedades que la medicina podría curar y millones, también, siguen sin educación o con educación de pésima calidad, como suele ser la educación privada, particularmente la de los pobres. Lo que es casi increíble es que en Colombia alguien gane las elecciones ofreciendo continuar con estas situaciones.

Controvertimos también con ustedes en esta Corporación, colegas, en torno a hechos escandalosos de favoritismo y corrupción del presente gobierno, hechos que no vale la pena detallar para no hacerme largo, aun cuando sí voy a recordarlos de pasada. Denunciamos y ratificamos nuestra denuncia sobre la parapolítica, que difícilmente tiene antecedentes en ninguna república en el mundo, toda una serie de conductas tramitadas por el Presidente de la República con la consigna del tapen-tapen, con la consigna de echarles tierra, incluso con la lógica de agredir a la Corte Suprema de Justicia porque la Corte se atrevió a cumplir con la Constitución y la ley. Y todo esto con la coautoría del actual presidente electo, el doctor Juan Manuel Santos. Es esto lo que se quiere continuar. Es un hecho bochornoso, pero aún a estas alturas no hemos oído todavía al doctor Santos expresar ni siquiera el menor arrepentimiento.

¿Qué decir de la seguridad democrática? El debate era y sigue siendo, no si hay seguridad en Colombia, sino si es democrática. Cómo va a ser democrática una seguridad con redadas masivas, con falsos positivos, con chuzadas de los teléfonos por parte del DAS, con bases de guerra gringas. Hoy, cuando estamos conmemorando los 200 años de la expulsión de las tropas españolas del sagrado territorio nacional, nos dan como regalo llenar al país de tropas extranjeras de la única potencia que podría ocuparnos militarmente. De la pérdida de la soberanía es de lo que estamos hablando.

También podemos señalar que la política social de la actual administración, política con la que quiere seguir el doctor Santos, no es más que un asistencialismo clientelista que sin duda a lo que apunta es a poner una especie de lombriz, de carnada, a las políticas retardatarias que dejan en el desempleo a nuestro pueblo y lo empobrecen todavía más. La persecución al sindicalismo, digan lo que digan, es un hecho tanto legal como ilegal durante la administración del presidente Álvaro Uribe.

Y qué decir de la persecución al Polo Democrático Alternativo. ¿No dijo la Fiscalía General de la Nación que en el DAS se había montado “una empresa criminal” para perseguir al Polo Democrático Alternativo? “Una empresa criminal”, es la frase, para dividirlo, para sindicarnos de corruptos y para vincularnos con organizaciones armadas con las cuales no tenemos ninguna relación. Y todo esto es lo que quieren continuar. Estas son las ofertas que ha hecho el presidente electo, el doctor Juan Manuel Santos.

Y quiero hacer un reclamo puntual que tiene que ver con el señor vicepresidente. El doctor Angelino Garzón dijo en días pasados que el hecho de que los TLC estuvieran varados en Estados Unidos y en Europa era un triunfo de los violentos. Senadores y colombianos, quiero repudiar esa afirmación falaz y preguntarles de manera pública al jefe del Estado y a su vicepresidente: quienes nos vamos a seguir oponiendo a este régimen de oprobio ¿somos amigos de los violentos? Que nos lo digan de una vez por todas para saber a qué atenernos. Porque en el nombre de la democracia no se pueden seguir cometiendo este tipo de tropelías.

Y nos dicen que es el gobierno de la unidad nacional. Estoy explicando por qué estamos en la oposición y aclarando que la participación en las mesas directivas del Congreso es en nombre de la oposición –no en nombre de la coincidencia con el gobierno– como la venimos reclamando.

Concluyo diciendo que tampoco somos partidarios de la llamada política de “unidad nacional”. Porque la llamada política de “unidad nacional”, senadores y colombianos, mas que representar unidad, lo que representa es una gran manguala. Porque si se trata de seguir con las mismas políticas que hemos venido padeciendo, ¿cómo hablar de unidad nacional? Es que la unidad nacional tiene sentido si hay unidad en los fines. Pero cómo invitar a la unidad a los que se mueren de hambre, a quienes están en el desempleo, cómo invitar a la unidad a los pequeños y medianos empresarios arruinados de mil maneras, cómo invitar a la unidad nacional si lo que se tiene es un régimen plutocrático de feroz concentración de la riqueza en manos de monopolios y trasnacionales. Nosotros no les jalamos a unidades de mula y jinete, a unidades que a lo que apuntan es a regresar a los tiempos de la Colonia. En estas circunstancias tampoco participaremos ni estamos de acuerdo con el criterio de la “unidad nacional”, porque esa “unidad nacional” de la que se habla no tiene fines de unidad nacional, sino que busca santificar un régimen plutocrático que excluye a millones de colombianos del progreso que debiera desarrollarse en este país.

En estas circunstancias concluyo diciendo: no oponernos sería traicionar nuestro pensamiento, porque estas son nuestras convicciones, que ustedes seguramente de manera mayoritaria no comparten. Por lo que hemos explicado a lo largo de ocho años con cifras, datos, análisis y argumentos de peso es que estamos planteando las razones por las cuales vamos a oponernos a la administración del presidente Juan Manuel Santos.

Espero que aquí en el Congreso de la República el Polo Democrático Alternativo concluya teniendo los derechos de que deben gozar las fuerzas de la oposición, porque nosotros, repito, somos la única oposición que hay definida hoy al gobierno del doctor Juan Manuel Santos.

[1] El Artículo 112 de la Constitución señala que los partidos políticos que se declaren en oposición al gobierno tendrán ciertas garantías. Entre ellas, tener representación en las Mesas Directivas de la Cámara y el Senado.

[2] Se refiere a unos acuerdos sobre el derecho de la oposición a estar representada en las mesas directivas de la Cámara y el Senado, según el Artículo 112 de la Constitución, acuerdos que al momento de esta intervención habían sido desconocidos por las mayorías santistas en el Congreso, pero que a la postre fueron respetados y se aplicaron.