3 de octubre de 2024

La situación de los mineros de Echandía, en Marmato Caldas

26 de julio de 2010
26 de julio de 2010

minas de marmato

El origen del conflicto tiene que ver con la intención solapada -de la Medoro- de desarrollar una explotación de minería de socavón en un área que, según la legislación vigente es para la explotación de la pequeña y mediana minería y de ninguna manera para las grandes compañías y menos para esta que es de extranjera. Lo que sucede es que la autoridad minera se burla de la legislación y permite los abusos de la empresa canadiense.

Medoro Resources alega que compró los títulos mineros que –dice- le permiten explotar seis minas en el sector de Echandía. Si se respetara la legislación, esa compra sería ilegal.  Los mineros, por su parte, alegan que la compañía quiere adelantar una explotación bastante moderna, mecanizada que con el correr de los días, los dejaría sin material para procesar y con el riesgo de que sus minas se desfonden por la manera como la multinacional adelanta los trabajos. Los canadienses aspiran a sacar 150 toneladas diarias de roca para beneficiar en la parte baja del cerro del Burro.

Y el riesgo es muy alto porque la empresa trabaja en todas las direcciones y se salta los niveles en los que puede trabajar como se denunció ante el Ministerio de Minas en foro realizado en Marmato. En esa reunión, la funcionaria del Ministerio de Minas sostuvo que dada la existencia de esa área como regida por el derecho privado, el Ministerio no tendría autoridad para intervenir en el conflicto de Echandía, lo que da carta blanca a la compañía para intentar imponer sus condiciones a los mineros.   

Si se permite que la compañía se meta a predios ajenos, y son ajenos, -así la compañía alegue la existencia de un título- porque los mineros en una tenencia quieta, pacífica y continua, los explotan desde hace casi veinte años. Son treinta y siete minas, con  doscientos veinte trabajadores directos, las familias de estos y las de quienes prestan servicios, -arrieros, comerciantes, transportadores y otros- que se verían altamente perjudicados, ya que al quedarse con las minas -la compañía- las cierra, se pierden los empleos y con ellos el sustento de trabajadores y familias.

También se verían altamente perjudicados los propietarios, que perderían los ahorros y las inversiones realizadas durante muchos años, para montar molinos y demás maquinaria y para acometer las obras civiles que les permiten, en diferentes montajes, beneficiar el oro que, con métodos artesanales, sacan del socavón estos forjadores de riqueza para la nación.

Antes de cumplirse 24 horas de declarado el Paro, los directivos de la compañía se hicieron presentes en Echandía, pero no para resolver el problema sino para intentar confundir y engañar a los mineros. Sin embargo, ellos no se dejaron y acordaron presentar a la Medoro un memorando donde le plantean los términos para el entendimiento y la concertación con la compañía y que se resume en los siguientes puntos:

•    Que se les reconozca su calidad de poseedores legales y legítimos de esos predios y que quede claro que ejercen su actividad en un área que se rige por el derecho privado de acuerdo con el registro minero nacional.

•    Que, siempre y cuando se llegue a un acuerdo escrito entre las partes, los mineros de Echandía estarían dispuestos a dejar trabajar la compañía, en la explotación minera, pero sobre la base de que garanticen que no harán daños y repararán los mismos en caso de hacerlos.

•    Que como legales y legítimos tenedores, están dispuestos a adelantar una negociación económica sobre los derechos que les asisten como mineros, dentro de los parámetros previstos en la Constitución y la Ley.

•    Que defenderán sus derechos e intereses bajo un marco estrictamente legal y que con su actitud no están atentando contra normatividad alguna.

•    Que no pueden confundirse los intereses de la Medoro con los intereses de la comunidad y que los derechos civiles y económicos de todos los habitantes del sector conocido como Echandía parte alta, deberán ser discutidos y concertados a su debido tiempo.

De esta manera, como lo expresaron en la visita que hiciéramos a la zona, los mineros dejan claro que no están dispuestos a abandonar sus minas y que además tienen, ellos y otros sectores de la comunidad, intereses que proteger y defender como las tierras, los sembrados, las casas, los establos, la escuela, el cementerio y todo lo que significan muchísimos años viviendo en esa colina del oro de Caldas.

Es conocido que en toda el área de Marmato y municipios vecinos, la firma canadiense aspira a desarrollar una explotación a cielo abierto y es conocido también que pretenden hacerlo desplazando a los habitantes del Cerro del Burro -donde está situado Marmato- y   por los procedimientos que ahora desarrollan, quieren también, sacarlos del Cerro de Echandía en una política en la cual, el gobierno le garantiza a la compañía, la seguridad inversionista, y a los mineros -que llevan allí generaciones enteras- les ofrecen ayudarlos a sacar de sus hogares, propiedades y terruños.  

Es deber de demócratas y patriotas de Caldas y Colombia respaldar la lucha civil que adelantan estos mineros y exigir del gobierno y de la multinacional canadiense, respeto y cordura, coherencia y responsabilidad a la hora de resolver el conflicto con la comunidad de Echandía.