Fin del imperio Yepista
Por lo tanto, es muy difícil que esta hegemonía se mantenga y continúe manejando a su antojo como lo viene haciendo desde hace casi 40 años los tentáculos del poder en el departamento de Caldas. Ya no tendrá nada, para dar, ofrecer o repartir.
El imperio Yepista, empezó a consolidarse como fuerza política en los inicios de la década de los setenta, cuando Omar Yepez Alzate, líder indiscutible de dicho movimiento, de orientación conservadora, hizo una macabra alianza con Victor Renán Barco López, (q.e.p.d) y Luis Guillermo Giraldo Hurtado,- estos dos últimos liberales-, con el fin de consolidarse como jefes indiscutibles, dueños, amos y señores de la administración de Caldas y sus municipios. Nada se movía sin su anuencia o voluntad. Para aspirar a un cargo por elección popular o puesto público, había que contar con la bendición de tan nefasta tripleta: Yepogiraldobarquista; todos tres, senadores omnipotentes e intocables, arrastraban en su mayor parte los Representantes a la Cámara, Diputados y Concejales. Imponían a su acomodo, los gobernadores, con sus respectivos secretarios del despacho, directores y gerentes de institutos descentralizados del orden nacional, departamental y municipal, quienes les tenían que rendir sumisión y obediencia, so pena de ser sacados de sus cargos como elementos peligrosos e indeseables, hostiles a sus apetencias burocráticas y “democráticas”.
Recordemos, cómo el imperio Yepogiraldobarquista, en el Gobierno de Belisario Betancourt Cuartas, empezó a dar sus primeros coletazos de corrupción; siendo Procurador General de la Nación, Jesús Jiménez Gómez, en una fría mañana del mes de Agosto del año 84, produjo el temible anuncio, del gran robo a Caldas, donde aparecían comprometidos los tres integrantes de la tripleta y toda la administración departamental. Los debates fueron tenebrosos y al mismo tiempo vergonzoso, el Procurador, lanzó en rueda de prensa la lacónica frase: “A Caldas se lo robaron, lo único que dejaron fue el mapa.” Valga decir que en tan lamentable episodio resultaron salpicadas y comprometidas respetables familias del departamento y azúcenos de Manizales, que al final de cuentas muchas de ellas nada tuvieron que ver, puesto que fueron absueltas en los estrados judiciales. Sin embargo, a más de veinticinco años de tan doloroso episodio, continúa el rumor de que el gran robo a Caldas, Continúa, esto lo podemos comprobar por las cientos de demandas que hay en la procuraduría, fiscalía y varios juzgados del departamento. Son frecuentes los pronunciamientos sobre su continuidad, hechos por diferentes medios de comunicación, respetados conocedores de la administración departamental y municipales.
La tripleta Yepogiraldobarquista, empezó a desmembrarse, con el retiro de Luis Guillermo Giraldo Hurtado, quien finalmente prefirió refugiarse en las mieles diplomáticas de donde pasó a promover la segunda reelección del actual presidente Álvaro Uribe Vélez, con los nefastos resultados conocidos. Posteriormente, vino la muerte de Victor Renán Barco López, Senador, muy ducho en la Administración Pública y autor de la mayor parte de las Reformas Tributarias que ha tenido el País en las últimas décadas.
El último de la tripleta fue el senador Omar Yepes Alzate, que al igual Barco López, permaneció como congresista por más de cuarenta años. Prefirió retirarse de la pasada contienda electoral, para cederle el paso a su hermano Arturo, quién por cierto obtuvo una alta votación, faltándole 117 votos para lograr el escaño de Senador.
Hay que reconocer, que no obstante la curul, del doctor Omar Yepes, durante la mayor parte de su tiempo como Senador, estuvo demandada por diferentes circunstancias, siempre salió airoso. Sobre ella, llovieron rayos y centellas, sin embargo, ningún fallo jurídico o político logró desbancarlo como Congresista. También hay que reconocerle su constante desvelo por servir a la comunidad. No existe en Caldas, municipio o vereda, donde no exista alguna obra realizada por el liderazgo político del Senador Yepes, pese a todas las críticas que se le han endilgado, unas justificadas, otras a lo mejor no tanto, sale con el reconocimiento y la admiración del deber cumplido por parte de los miles de seguidores en todo el País.
Los pecados que pudo haber cometido como político y parlamentario, fue el de atornillarse durante tanto tiempo en su curul; confiar demasiado en algunos inescrupulosos recomendados que lo hicieron quedar tan mal, que por eso aún continúa con serios cuestionamientos frente a la Administración Pública. Pero el peor de todos sus errores, fue, el de haberse aliado con los senadores: Barco y Giraldo, para abrir los capítulos más dolorosos y vergonzosos y tristes de la historia Político – Administrativa de Caldas, como el de la corrupción con su consecuente postración para sus municipios y las presentes y futuras generaciones.