18 de abril de 2024

El seductor toque femenino

26 de julio de 2010
26 de julio de 2010

Colegas bien informados sobre la materia (1) se encargan de recordar lo que ocurría en el país hace más de 20 años con la actividad de las damas en las canchas. Era una labor quijotesca y temeraria, en medio de los escasos recursos y el escepticismo de quienes veían a las mujeres empeñadas en emular a los hombres en el arte de dominar el balón. Debió ser duro, complicado y sin duda objeto de burlas aquel esfuerzo por entrar en terrenos acaparados ancestralmente por el sexo opuesto. Entonces se trataba de una auténtica herejía, un desafío a las costumbres y un salto al vacío.

A la mujer le tocó abrirse paso sin ceder un ápice, con determinación, hasta sentar las bases de lo que hoy se puede considerar como el antecedente sólido de un nuevo amanecer para el taconeo en el fútbol nacional.

De una fase primaria, sin aparente futuro, contra un ambiente machista, se pasó, poco a poco, a los estadios de la constante evolución y el desarrollo sostenido. Orden, disciplina y perseverancia fueron factores precisos para apuntalar  los pilares de la obra que hoy se consolida. El enfoque en las divisiones formativas, con énfasis en la fundamentación técnica y el valor integral de la deportista, sirvió para dejar atrás una organización casi artesanal, y entrar de lleno a un universo de hermosas realidades.

Para Chile me voy

El título que obtuvo Colombia hace dos años en Chile y la clasificación para el mundial Sub17 en Nueva Zelanda, marcaron el hito que se anhelaba. Dos empates y una derrota le abrieron las puertas de la esperanza. El tropiezo del 2010 en Sao Paulo no fue sino eso, una pequeña piedra en el camino, que después se despejó con el subtitulo de las menores de 20 años en Bucaramanga.

De aquel conjunto que triunfó en Chile y el que no pudo repetir en Sao Paulo, surgieron once de las actuales jugadoras que se destacan en el torneo Sub20 de Alemania 2010. Ahí están los cimientos.

En la defensa sobresalen Lina Taborda, Natalia Gaitán, Natalia Ariza y Yulieth Domínguez, en el medio campo están Hasledy Yorely Rincón, Liana Salazar, Tatiana Ariza, Jessica Paola Sánchez y Melissa Cepeda, mientras que Ingrid Vidal y Leydy Patricia Andrade hacen su aporte a la ofensiva. Se alimentan con la experiencia de dos mundiales.

El contingente universal se complementa con las porteras Paula Forero, Catalina Pérez y Alexandra Avendaño; las defensas Jackeline Fonseca y Daniela Montoya; las centrocampistas Carolina Arias, Ana María Montoya y Vanessa Aponte; y las delanteras Katerín Castro y Melissa Ortiz.  

El técnico Ricardo Rozo, bogotano de 40 años, ex jugador de poco vuelo, es reconocido por sus ejecutorias en el medio capitalino, y tuvo el talento y la visión para encontrar el acoplamiento del plantel, afianzar lazos de amistad y robustecer valores, sobre los cimientos del respeto y la confianza. No le dio temor aceptar el desafío, pero tampoco hubo problema con el estilo ni el orden táctico. Todas las jóvenes, ninguna de las cuales ha cumplido los 20 años, traían bajo el brazo el pan de una instrucción adecuada en lo técnico y el apoyo valioso del entorno familiar. Unas pocas actúan en los Estados Unidos, pero en esencia vienen de Bogotá, Valle del Cauca, Antioquia, Quindío y Tolima, donde, desde luego, se presenta el mayor crecimiento del fútbol femenino en los actuales momentos.

La ausencia de respaldo por parte de la Federación de viejas épocas quedó en el olvido. Durante los últimos ocho años se ha mejorado la política administrativa en ese campo, con inyección de recursos económicos y elaboración de programas afines con las necesidades propias del sector. Para ser precisos, la entidad responde a los programas de la FIFA que destina un rubro especial para el impulso del fútbol femenino. Le toca y para bien.

El toque encantador

En Colombia se habla de “las chicas fantásticas” para aludir a las niñas que han brillado en Alemania. Tal vez caigamos en el exceso, propio del aire tropical, aunque el desborde eufórico refleja la empatía que se ha producido entre el público aficionado y su equipo.

Cuando escribimos estas notas, el mundial Sub20 estaba a punto de comenzar la ronda semifinal. A las criollas les correspondía definir el cupo cumbre ante Nigeria, que se dio el lujo de eliminar a Estados Unidos, bicampeón de la categoría. Sin importar lo que ocurra a la hora del juego decisivo, el concepto básico de que estamos ante la ebullición del toque encantador no cambia para nada.

Colombia practica un estilo agradable, de pases cortos y rasantes, que por momentos hace evocar la forma de juego que impuso España en Sudáfrica 2010, dentro de sus justas proporciones. También se mueve con elegancia y técnica, sabe cambiar de ritmo y siempre lleva la mira puesta en el arco contrario. Es un modo de jugar que exaspera al rival, conmueve al hincha y no se duerme en un eterno toque-toque.

Los dos goles ante Suecia, que le dieron el tiquete para las semifinales, fueron de categoría universal, sin tomar en cuenta el género. Hemos visto las repeticiones por la pequeña pantalla, realmente extasiados frente a la concepción de las jugadas y la contundencia del remate. Yoreli Rincón, autora del primero, apenas anda sobre los 16 años. Una perla en plena ebullición. Nació en Piedecuesta, Santander, tierra “garrotera”, el 27 de julio de 1993, lo cual quiere decir que en medio del mundial tocará el cielo de los 17 abriles.

Si alcanzan a llegar más lejos, formidable. En su ruta estaban las halconas (o las Águilas, como lo prefieran) de Nigeria. De lo contrario, tampoco habrá motivo para el desaliento. Colombia ya se encuentra en el Olimpo del fútbol femenino, con el enorme valor agregado de ser el único sobreviviente de la representación americana en el torneo germano. Estados Unidos, campeón reinante, fue desalojado por Nigeria, en tanto que las aguerridas mexicanas cayeron ante la fogosidad y el vigoroso empuje de Corea del Sur. Antes se habían quedado Brasil y Costa Rica.

El paseo español

Como a cada cual hay que darle su crédito, lo justo para el caso de España y el ascenso al podio en Sudáfrica, es mirar hacia el pasado con el propósito de buscar explicaciones. Nada surge al azar ni por arte de magia, dicen en la calle.

Un colega de RCN radio, Jorge Bermúdez (2),  se dio a la tarea de investigar y encontró  una pista valiosa sobre el auge de la “furia roja” ya no sólo en condición de fuerza impetuosa y combativa sino como un aluvión de ideas y de de procedimientos tácticos y técnicos.

El nuevo y triunfal  movimiento comenzó con el vizcaíno José Ignacio Sáez Ruiz, simplemente Iñaqui Saiz, hace unos catorce o quince años, desde la base. Se topó con una generación de oro y la encausó hacia el escenario del que juega para divertirse y hace del balón un objeto mimado, al amparo de la irrenunciable necesidad de abrirse camino hacia el arco adversario y de inflar las redes. El toque español tiene un claro objetivo y es el gol. A veces se demora un poco mes pero siempre lo consigue.

Cuando el irascible Luís Aragonés llegó a la cúspide en la Copa de Europa 2008, no hizo cosa distinta de darle impulso a una corriente que ya tenía cauce propio.

A España le faltaba la joya de la corona y en territorio africano se produjo el golpe esperado. Un hombre sencillo, impasible y atinado en sus planteamientos, extendió el manto de la euforia roja. Vicente del Bosque, a quien en el Real Madrid lo le dieron tratamiento de segunda a pesar de sus ejecutorias, tal vez porque no tiene el carisma de los engreídos, se dio el banquete de la excelencia. Hoy el mundo le agradece ese regalo de la exquisitez que ofreció España.

Tiros cortos

*El antioqueño Hugo Gallego, técnico en receso y comentarista activo, parece ser de la corriente de quienes creen que después del primer puesto nada hay que celebrar. Es entonces firme practicante de la teoría del logro, de boga en los Estados Unidos, según la cual sólo vale ser campeón. Esa, por supuesto, enmarca una posición pragmática que poco tiene que ver con la sana filosofía del deporte y de la competencia humana. Gallego se sorprendía, en el curso de una entrevista radial (3), por el entusiasmo de los uruguayos después de ocupar el cuarto puesto en Sudáfrica 2010. En su esquemático juicio parecía esperar que, en vez de fiesta hubiera un ambiente de funeral. Uruguay, claro, estaba sobrado de razones para sacar pecho. Al cabo de 40 años (desde México 1970, cuando perdió por el tercer puesto frente a los alemanes 1-0), volvía a figurar  entre los mejores de la clásica cita mundialista.  Un reconocido colega y maestro huilense, decano del periodismo económico, subdirector de El Espectador en otros tiempos, solía preguntarnos, cuando veía los afanes de los deportivos por un partido de fútbol o una carrera de ciclismo: ¿y para qué juegan? ¿Para qué corren? El mismo se daba la respuesta: sólo uno puede ganar. Don Darío manejaba la ironía y nos hacia la burla cariñosa. Gallego quizás anda por el mismo camino pero en serio. Se cree su cuento.

*Uno de los principales retos que tendrá Sudáfrica después del Mundial 2010, será la conservación, mantenimiento y uso adecuado de los modernos estadios que fueron construidos y remodelados para el torneo, con gastos por encima de los 2.600 millones de dólares. En un país en el que el fútbol todavía está incipiente en su estructura profesional, se presume que la tarea tendrá ribetes colosales. Se dice que el rugby, un deporte de amplio alcance y acogida entre la población más pudiente, tendrá que dar una mano en tal materia. Asì mismo, deben entrar en juego los grandes conciertos musicales y otros espectáculos deportivos multitudinarios. Las autoridades sudafricanas creen que la fiesta del fútbol dejó sentados los cimientos para nuevos desafíos internacionales, al tiempo de impulsar  el potencial turístico del país. Las cuentas alegres indican que en caso de pérdidas, estas no pasarán de los 300 millones de dólares, una vez hechos los cruces entre inversiones e ingresos y gastos.

*La prestigiosa revista parisina France Football se anotó un golazo con el acuerdo para la unificación del Balón de Oro que desde 1956 ha venido otorgando y el FIFA World Player que le oponía desde hace pocos años la multinacional del fútbol. El convenio se firmó en Johannesburgo, y establece que el primer trofeo de la nueva era será entregado el 11 de enero próximo en Zurich, sede de la FIFA. Se trata, sin duda, de un triunfo merecido para la famosa publicación que nunca quiso renunciar a derechos adquiridos, a pesar de la enorme presión de Joseph Blatter y sus áulicos. Se impusieron la tradición y el sentido de justicia. Gana el fútbol porque no habrá premios dispersos y ganan los jugadores, porque los elegidos ya no tendrán sombra de ninguna naturaleza. Había un desgaste inoficioso.

*Es una lástima que los jóvenes jugadores atlanticenses Teófilo Gutiérrez y Cristian Mejía no hayan podido adaptarse del todo a las costumbres y a la cultura de países como Turquìa y Rumania. Se fueron bien pagados y llenos de ilusiones, y ahora dicen que no están satisfechos. Se quejan del idioma, el frío y la soledad, al tratar de justificarse. Sin pretender juzgarlos,  no está por demás insistir hacia el futuro para que otros, antes de estampar una firma, piensen dos veces en lo que significan ciertos cambios en materia de compromiso y de sacrificio. Teófilo, de 23 años, artillero en Colombia, podría tener esperanza. La sequía goleadora con el Trabzonspor llegó a su final al cabo de doce partidos (5 como titular y 7 en condición de relevo), cuando marcó el tanto de la victoria sobre Racing Genk de Bèlgica en juego de pretemporada. Teófilo alega que no se ha entendido con sus compañeros y le pegan duro las condiciones de vida, a pesar de que dispone de todos los lujos posibles. Menos mal que todavía no ha tirado la toalla y aguarda que ahora las cosas marchen mejor. Quizás soplen otros vientos. En cuanto a Cristian Mejía, de 19 años, anda en afanes parecidos con el Timisoara de Rumania. Las excusas son básicamente las mismas: falta de adaptación. Esperamos que se olvide por un tiempo del arroz con coco y el sancocho de sábalo, compre gruesos abrigos y le ponga el pecho a la brisa de las dificultades.

*Bajo el control de Mano de Menezes quedará la selección brasileña a partir del mes de agosto próximo. El sucesor de Dunga se llama Luís Antonio Venker de Menezes, nació hace 48 años en Passo do Sobrado, Río Grande Do Sul, y es profesor de educación física y administrador de empresas. Lo conocen como Mano de Menezes. De escasa referencia  como jugador, porque no llegó al profesionalismo, tiene poco para mostrar como entrenador, salvo títulos regionales y recientes campañas al frente del Corinthians. Consiguió el cargo por físico descarte, ante la negativa del club Fluminense de Río de Janeiro para liberar a Muricy Ramalho, candidato número uno, y por eso en Brasil algunos ironizan con un nombramiento de “segunda mano”.  La tarea que le espera a Menezes, como siempre sucede con quienes aceptan subirse al potro de la dirección brasileña, no es cosa de menor cuantía. La Confederación quiere que haya renovación y se deje atrás el amargo episodio de Sudáfrica 2010.  Deberá demostrar que le pesa la mano a la hora de conducir a los pentacampeones. El estreno está previsto para el 10 de agosto en Nueva Jersey, frente al representativo de los Estados Unidos. Manos a la obra.

*La presencia de Leonel Álvarez en el cuerpo técnico de la selección Sub20 de Colombia podría resultar  positiva para el mejor desempeño del plantel. El ex jugador antioqueño, de buena campaña con el Medellín, se integra en calidad de asistente, y se supone que estará atento para colaborar con ideas y aportes de tipo personal y estratégico. Nos parece que Eduardo Lara se destaca por su buen ojo para descubrir jugadores, pero suele dejar dudas como conductor desde el banco. Leonel se convierte en un punto de apoyo de primera línea para llenar vacíos. La idea es que se entiendan y laboren en armonía, con respeto y eficiencia.     

*Mientras los políticos se rasgan las vestiduras y atizan el fuego de la “guerra”, el deporte da ejemplo eficaz y certero como vehículo de paz, ajeno a esos desbordes del belicismo y de la estupidez.  Un venezolano, el médico Richard Páez, es el técnico de Millonarios y por el momento la vida le sonríe. A su turno, Santa Fe le abre sus puertas al centrocampista Luís Manuel Seijas, compatriota de Páez. Ambos, como muchos otros ciudadanos del vecino país, hacen su trabajo sin problemas, como debe ser. Esa es la esencia del deporte, alimentar los lazos de unión y amistad, por encima de las rencillas y de los odios irracionales.    

*A pesar de los aspavientos de Florentino Pérez, el acaudalado y soberbio presidente, subsiste la idea de que Raúl González Blanco y José María Gutiérrez, Guti, se van por la puerta de atrás del equipo al que le dieron lo mejor de su talento en los últimos 20 años.  Dejan cifras y logros impresionantes, como lo destaca la prensa deportiva española. Raúl jugó para el club merengue 740 partidos y convirtió 323 goles. Seis títulos de Liga y tres Copas de Europa robustecen su pedestal. Guti dejó su sello en 541 encuentros. Hizo 77 anotaciones y ganó 5 gallardetes de Liga, al lado de 3 Copas de Campeones. Merecían algo más que unas palabras melosas y unas cuantas palmaditas en la espalda.

*Colombia (251) llegaba mucho más lejos de lo esperado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. A pesar de estar en clara desventaja por número de deportistas frente a Venezuela (600)  y México (700), seguía metida en el frente de batalla al aproximarse el final del certamen. La carencia de suficiente apoyo econòmico oficial impidió que se pudiera presentar un contingente completo. El presupuesto de 6.500 millones se redujo a 3.400 y fue necesario hacer dramáticos ajustes en la delegación. De todas maneras, hay que aplaudir el desempeño de los atletas nacionales en Mayagüez y Bogotá.

(1) Jorge Álvaro Peña, el “Fiscal”, cuenta la historia.

(2) Durante una de las transmisiones del Mundial de Sudáfrica 2010.

(3) Charla en el programa Un Café con Hernán Peláez.

(Verbienmagazín)