12 de octubre de 2024

‘El narcoterrorismo es amenaza para nosotros y para los vecinos’

20 de julio de 2010
20 de julio de 2010

“El narcoterrorismo es amenaza para nosotros y para los vecinos. Un punto medular e irrenunciable de nuestra política exterior ha sido la observancia de las normas internacionales en la lucha contra el terrorismo. Nuestra Patria es una democracia respetable, que tiene la autoridad moral para manifestar ese requerimiento”, aseguró el Mandatario, en su discurso ante el nuevo Legislativo.

Señaló que en el combate al narcoterrorismo el apoyo de los Estados Unidos ha sido fundamental, primero con el Plan Colombia y después con el Acuerdo de cooperación en materia de Seguridad, cuyo texto fue ampliamente publicado por el Gobierno Nacional.

“Hemos pedido cooperación. Hoy también la ofrecemos”, indicó, y agregó que “para hablar sinceramente de hermandad no puede haber criminales de por medio”.

Legalización de la droga no es el camino

El Jefe de Estado también se refirió a la iniciativa que busca que Colombia sea un ‘Territorio libre de drogas’ y destacó la reciente aprobación, por parte del Congreso que hoy concluye periodo, del acto legislativo que prohíbe el porte y consumo de drogas.

En este sentido, reiteró que el camino no es proponer la legalización para enfrentar el crimen involucrado en esta actividad.

“La legalización del consumo aumentó el crimen, facilitó involucrar a niños y adolescentes y amplió el mercado de un negocio criminal de exportación a la oferta doméstica del microtráfico. Con la nueva orientación (la prohibición del porte y consumo), Colombia da un ejemplo”, dijo el Mandatario.

Agregó que Colombia puede ganar la batalla contra las drogas y que así lo demuestran los avances. “Desde el ángulo ambiental es un imperativo para evitar la destrucción de la selva, cuya preservación es nuestra mayor contribución a la lucha contra el calentamiento global”.
Recordó que por eso el Gobierno impulsó el programa de Familias Guardabosques, mediante el cual reconoce la tarea de preservación de la selva. De esta manera, 114 mil familias abandonaron los cultivos ilícitos y se vincularon a la protección remunerada del bosque.