14 de octubre de 2024

El mundo jurídico al revés

26 de julio de 2010

Sería una noticia insólita para ese estudiante, pero no para los colombianos que de alguna manera se han acostumbrado a ver violar la Constitución sin inmutarse, de la misma forma que se destapan fosas comunes con mil y más personas masacradas por paramilitares como si nada.

El gobierno colombiano siempre ha violado la Constitución. El propio Presidente de la república es el primero en sesgar o desconocer fallos constitucionales. Y se ha llegado a la desfachatez entre altos funcionarios públicos de sentirse honrados de ir a la cárcel por desconocer un fallo de tutela que les obliga, demos por caso, a reconocer algún derecho laboral, educativo o de salud a algún parroquiano.

Pero la tapa de todo es que en dos recientes fallos de la Corte Constitucional, sobre asuntos de mucha monta, se haya dispuesto de lo que llaman “tiempo prudencial”, dizque para que el gobierno acomode la legislación a las normas constitucionales.

El primer fallo de este tipo fue el referido a la Emergencia Social que expidió el gobierno para enfrentar efectivamente una emergencia en el sector Salud, pero no sobreviniente sino provocada por decisiones mismas del Ejecutivo que han mercantilizado la salud a tal punto que prima sobre ella primero el ánimo de lucro que el interés general.

Dado que toda declaratoria de emergencia en términos constitucionales tiene que derivarse de hechos sobrevinientes, esta emergencia era abiertamente inconstitucional. Pero para que el gobierno pudiera seguir captando unos impuestos sin representación legal y mantener enhiestas jurídicamente otras disposiciones arbitrarias de esa emergencia que no buscaban precisamente favorecer a la gente sino al sector financiero y a las grandes EPS, el fallo de la Corte declarando inconstitucional la emergencia, le dio plazo al gobierno hasta el mes de diciembre de este año dizque para corregir los desajustes constitucionales. Es decir, para seguir violando la Constitución…

Más grave que lo anterior, es que el otro fallo se refiere a las siete bases militares de Estados Unidos en Colombia, autorizadas por el presidente Uribe por sí y ante sí, desconociendo procedimientos constitucionales que obligatoriamente le remitían al Consejo de Estado en consulta; posteriormente al Congreso en aprobación del Tratado y finalmente a revisión constitucional de la Corte, nada de lo cual hizo. Pero la Corte, al hallar inconstitucional este abuso de poder del presidente Uribe, le ha dado un año de plazo para que acomode el irregular procedimiento a la Constitución. Como quien dice, siga violándola…

Este consentimiento de impunidad de la Corte Constitucional no dista mucho de aquel otro proceder de un Fiscal General (hoy embajador en México), que puso en práctica engavetar los expedientes de narcotraficantes mientras pasaba el tiempo y prescribían…

Parece grotesco el ejemplo, y lo es, pero resulta forzoso: es como si al violador de una niña, el juez de la causa no lo condenara de ipso facto sino que en la sentencia dijera que podía seguir abusando de la niña hasta que ésta cumpla la mayoría de edad, a partir de lo cual desaparece el abuso y, por supuesto, la causa.-

Colofón.
“Esta es Colombia”, decía el filósofo Gonzalo González (GOG), cuando veía pasar al arriero dándole palos a la mula cargada de café de lo cual, y para más señas, se derivó un bambuco muy aplaudido: “¡Arre, mujer de los diablos, maldita mula cansada!”.