6 de octubre de 2024

Del ahogado el sombrero

10 de julio de 2010

No sólo un cambio de estilo –remplazando confrontaciones por propuestas de conciliación–: algo se está reparando de lo heredado del anterior.

Vale aquí mencionar un antecedente hasta ahora mal divulgado al achacársele al Dr. Santos la culpa de los ‘falsos positivos’. Una cosa es que la responsabilidad recaiga en el Gobierno Uribe y otra la participación del Dr. Santos como su Ministro de Defensa. La realidad es que él se encontró con ese fenómeno, creado sobre todo por las recompensas ofrecidas por la resolución expedida bajo el ministro Camilo Ospina y la política de reconocimiento por bajas en las Fuerzas Armadas; pero el Ministro Santos cambió la dichosa resolución, depuró la comandancia retirando a quienes más la habían desarrollado (creando de paso fidelidades más personales hacia él) y nombró dependencias de control y defensa de los Derechos Humanos en todas las unidades. Justo es tener en cuenta que así lo destaca el informe del relator de la ONU para ejecuciones extrajudiciales Philip Alston, y lo hace a pesar de concluir que “hay un patrón de crimen sistemático” en ese tema.

La escogencia de María Ángela Holguín y Germán Cardona para las carteras de Relaciones Exteriores y Obras Públicas puede ser vista como un mensaje de que ni el clientelismo en los nombramientos diplomáticos ni la indolencia ante los malos funcionarios cercanos al Presidente tendrán continuidad: al fin y al cabo ambos renunciaron denunciando que no aceptaban tales prácticas, la una negándose a recibir a tres subalternos nombrados por la única razón o justificación de ser hijos de parlamentarios que apoyaban al Dr. Uribe, y el otro por no aceptar que el Dr. Andrés Uriel Gallego, ministro por ser de la confianza del mismo Presidente no podía ser glosado en actuaciones que podían ser cuestionables. Algo similar pasa con Juan Camilo Restrepo, gran crítico de ‘Uribito’ y de los escándalos de Agro Ingreso Seguro.

Pero más significado puede tener la elección del Dr. Echeverry como Ministro de Hacienda, quien a pesar de su trayectoria como implementador del modelo neoliberal, ha tenido la claridad y el coraje de afirmar categóricamente: “Hay que reconocer que el neoliberalismo fracasó”. Y en relación a las últimas decisiones del Gobierno saliente, anunció que no se venderán Isagén ni Ecopetrol, sentenciando que no es bueno vender activos productivos para convertirlos en gasto (o vender la nevera para pagar el mercado) en clara crítica a la política anterior.

Encuadrado su conocimiento económico por el énfasis y una posterior maestría en Filosofía, su enfoque hacia los efectos sociales del manejo económico se acerca más a la economía clásica o política que a los ‘economistas puros’, y él mismo lo expresa al señalar que la economía se mueve y debe mover alrededor de lo que recibe la población en salud, educación, vivienda, servicios domiciliarios, etc., es decir el consumo (contrario al enfoque monotemático de ‘la confianza inversionista’). El Heraldo.