La ubre con mil pezones
Los terneros, que antes renegaban de su madre (la de los terneros), ya sin haber siquiera abierto los ojos, descubrieron la nueva ubre, que tiene cientos de pezones, y corrieron presurosos a pegarse de la teta. Succionarle al Estado es de esos atractivos tan poderosos como la irresistible tentación de aprovechar al máximo los encantos de una mujer.
Pero acá no hay sutilezas. Los que siempre le han mamado al fisco nacional se han acostumbrado a que ésa es la mejor manera de estar bien nutridos de poder, y que, siendo una descomunal ubre, les garantiza leche para rato. La vaca lechera, marcada en el cuello con la letra “ U “, sabe que antes de convertirse oficialmente en la vaca estatal mas poderosa, comenzó a hacerle fieros a quienes siempre la patearon, le quitaron los cuernos, y la mantuvieron amarrada al botalón de cuanta injuria existe, donde la tildaron de romper el “portillo” del vecino, de tragarse el “pasto” ajeno y de tragarse la leche, o botarla, para evitar una severa mastitis.
¡Oh milagro! Ahora le van a faltar pezones para los chupadores que antes la ultrajaban, pero que, ante semejantes tetas, han caído rendidos, no de mamar todavía, sino de arrodillarse.
La “U”, con un buen libreto , les ha tendido la trampa para que mamen, pero cuando a “ella” le de la gana. La vaca pone las condiciones, mientras los terneros esperan el turno.
No es extraño que el ansia de tan generosa tetera rompiera la abstinencia láctea del tan escurridizo y matrero ternero, apodado en los corrales como “EL POLO PETRO”. El, que siempre había embestido todo, ahora ya sin lazo, se acerca cabizbajo, a ver qué pezón le toca , pues desde que se divirtió, como Nerón ante las llamas de Roma, viendo arder el Palacio de Justicia, ahora lame con cariño el lomo de la vaca. No es de extrañar, pues los animales, aun los más salvajes, tienen sus arranques de ternura. La vaca “U”, debe estar, como la vaca de las propagandas, muerta de la “erre”, pues ella tiene leche, pero sólo la disfrutarán los que ella designe.
Las costumbres políticas, ya convertidas en vicios, o mejor, prostituidas, están condenadas a ser repetitivas, pues una maquinaria bien ensamblada y, además, cada cuatro años haciéndole un concienzudo ajuste con engrase y todo, se seguirá repitiendo.
¿Partidos tradicionales? ¿Cuáles? ¿Acaso el partido liberal existe? ¿O los godos, tan pulcros, tan estrictos en la obediencia a quienes gestaron esos “principios éticos y morales”? ¿Seguirán éstos vivos? ¿O será que sus representantes genuinos son Noemi, “Uribito” , Pastrana, o el trapecista mayor, el ex presidente Betancur? ¿Encaran esos ya tan lejanos tiempos?
Y la llamada oposición, ¿en qué queda? Robledo, hablando solo, pero mamando del fisco. Petro, expulsado por lactar en teta ajena. Y lo más brillante de esas épicas electorales, ya conocida la vaca, la encarna aquel que llegó a la presidencia del país por una desgracia ajena. Si bien es cierto que este país es lechero, los consumidores mayores y más regodientos por las tetas del Estado, son los políticos, de todas las especies, que se agarrarán siempre del pezón, y no se ve que al corto plazo se organice el ordeño.
¿Dónde está el decoro, la dignidad y la defensa de ese ideario que esgrimían antes de saber que Santos sería el ganador?
¿Dónde está la ética, y la guarda de la credibilidad para los muchos idiotas útiles que les dieron el voto y que no serán, con seguridad, los que mamen de la leche de la vaca “U”?
Como siempre, a los de abajo les tocará seguir haciendo cola en el I.C.B.F., para hacerse a la talega de BIENESTARINA, y seguirán enterrados en la desesperanza, como siempre lo han estado.
Los invito a que se vean la telenovela del canal caracol, titulada “Lola Calamidades”.
Hasta el próximo ordeño